ANÁLISIS | The Flash – Quinta temporada (Spoilers)

A diferencia de la oscuridad y la ambigüedad moral de “Arrow”, el Corredor Escarlata siempre nos ofreció los dilemas de un héroe hecho y derecho, rodeado de un universo fantástico, repleto de metahumanos y viajes en el tiempo. Mientras que lo de Oliver Queen es algo más “terrenal” y violento, las aventuras de Barry Allen nos pasean por un mundo de ciencia ficción donde los poderes transforman a los hombres en “dioses”, tanto benévolos como vengativos. Y cuando todo falla, siempre se puede jugar con la línea temporal para retorcer un poco más las cosas.

La cuarta temporada de “The Flash” había subido el nivel de la anterior con un buen antagonista e historia de fondo, por primera vez, alejados de los velocistas. El caos causado por Clifford DeVoe (Neil Sandilands) repercutió durante esta nueva entrega, propiciando la aparición de Nora West-Allen (Jessica Parker Kennedy) -hija de Barry e Iris venida del futuro, quien ya se había colado en varios episodios-, y un villano de turno con motivaciones vengativas: Cicada/Orlin Dwyer (Chris Klein), cuya cruzada contra los metahumanos comienza casi, casi al mismo tiempo que Flash salva a la ciudad durante La Iluminación. O sea, la caída de ese último satélite y la materia oscura que contenía causaron bastante daño, provocando las heridas y el coma de la pequeña Grace Gibbons (Islie Hirvonen), sobrina de Dwyer, además de darle su poder a la daga.

Este artefacto tan particular (básicamente, una esquirla del satélite) puede drenar las habilidades de cualquier metahumano de Central City y dejarlo indefenso a merced de este maloso que jura eliminarlos a todos, sin darse cuenta que él también es uno de ellos. Mientras los cuerpos se acumulan y los meta se reproducen debido a otros objetos que fueron alcanzados por la materia oscura, Barry, Iris y el resto del Team Flash deben lidiar con Nora, quien asegura haber viajado hasta este presente con la única intención de conocer a su papá que desapareció en medio de una “crisis” durante el año 2024. Por ahora, la joven velocista no puede regresar al futuro, así que aprovecha su tiempo para hacer buenas migas con Barry y entrenar junto a él.

Los parientes ‘lejanos’ siempre causan conflicto

Pronto nos enteramos la mala relación que tiene con su mamá, ya que Iris, temerosa de perderla, decidió inhibir y ocultarle sus poderes; además de que logra viajar por el tiempo siguiendo la guía y los consejos de Eobard Thawne/Reverse-Flash, uno de los peores enemigos de Barry. Claro que Nora no conoce toda la historia entre estos dos enemigos mortales, pero igual decide confiar en el villano, quien parece tener un plan para salvar a papá Barry de las garras de Cicada… y sus propias motivaciones. Pero ya vamos a volver a ese asunto.

A Falta de un Wells en Tierra-1, el equipo termina contactando a Harrison Sherloque Wells, un experto detective quien ya supo desenmascarar a Cicada, también conocido como David Hersch, unas 37 veces a lo largo de diferentes tierras. Pero la llegada de Nora cambió radicalmente las cosas en esta línea temporal, alterando la identidad del villano y haciendo aún más difícil la tarea. A lo largo de estos 22 episodios, el Team Flash se abocó a detener a este antagonista escurridizo que los puso en varias situaciones peligrosas, hirió gravemente a Cisco (puntapié para su partida delshow), y propició  la creación de la “cura metahumana”, un suero que puede neutralizar los poderes y, por ende, mantener a los meta a salvo de este raid vengativo.

La creación de esta cura (arma que terminarán usando contra Cicada) abrió la puerta hacia la historia de Caitlin Snow, su padre supuestamente muerto y el origen de Killer Frost, que nada tiene que ver con la explosión del acelerador de partículas. Una característica que la hace inmune al poder de la daga, pero que le genera más de un conflicto familiar con su papá, cuando este revela su lado más oscuro. Una de las tantas subtramas que terminan entorpeciendo la quinta entrega, que pocas veces sabe resolver sus problemas con gracia y mantener el ritmo sin caer en el tedio. Una vez más, cabe recordar que no es tan fácil mantener el equilibrio ante estas temporadas tan largas, pero acá se siente el estiramiento más que nunca, ayudado por un par de villanos poco convincentes y la insoportable intervención de Nora.

Una temporada que puso en jaque a todo el Team Flash

Sacando un par de capítulos más interesantes desde la narrativa o sus personajes como “Cause and XS”, “King Shark vs. Gorilla Grodd” o “Godspeed”, la quinta entrega de “The Flash” no nos dejó un saldo muy positivo que digamos, más que nada por su trama repetitiva donde todos los intentos para derrotar al villano en cuestión van fallando, uno detrás del otro. El regreso de Thawne y su relación paternal con Nora suman un poco de misterio y aire fresco, pero dejar esta resolución hasta el final también dañó el ritmo de una historia estirada hasta el hartazgo.

Después de muchas idas y vueltas, y gracias a la sospechas de Sherloque, Nora debe confesar que trabaja codo a codo con Reverse-Flash, quien en sus últimos días de vida busca un poquito de redención, ayudando a la chica a salvar a su papá. Una colaboración que Barry desaprueba de inmediato, ya que se le hace imposible perdonar (y confiar) al asesino de su mamá. Esta revelación crea más de un drama familiar en el seno de los West-Allen, pero al final termina demostrando que Barry siempre tiene la razón y que no hay salvación posible para los malos.

Dwyer lo intenta cuando se da cuenta de su error y es asesinado por Cicada II, quien resulta ser la crecidita Grace (Sarah Carter) venida del futuro para continuar su misión vengativa. Y lo de Eobard termina siendo pura manipulación -aunque es posible que sienta algo de cariño por Nora-, con el único propósito de que la daga que mantiene sus poderes a raya en el futuro desaparezca y así poder escapar de la prisión para evitar su destino mortal. Un tanto rebuscado, sí, pero este “plan” es de lo más interesante de una temporada que se enfocó demasiado en los dramas familiares en vez de las aventuras superheroicas.

Enemigos para siempre

“The Flash” brilla mucho más cuando encuentra el balance entre estos dos extremos, y sabemos que se puede dar el lujo de caer en el melodrama porque cuenta con actores más preparados (perdón Amell). El problema es no dar pie con bola en cuanto al conflicto principal y el antagonista de turno, una narración que pretende unir cada uno de los episodios (con algunas pausas) y caer bien parada en su desenlace. Y no, no siempre funciona, como en esta quinta entrega que necesitaba, más que nunca, cortar la temporada a la mitad presentando tramas diferentes como sí ocurrió con “Arrow”.  

Lo bueno de la sexta entrega es que llega encaminada rumbo al crossover anual y esa “crisis” que se viene anunciando desde el estreno de “The Flash” en 2014. Los eventos recientes (y la huida de Reverse-Flash) volvieron a alterar la línea temporal, por lo que la desaparición del velocista se adelantó para el año 2019. Esta cohesión del universo televisivo de The CW nos da esperanza para la nueva temporada que parece más entrelazada que nunca con sus compañeras de cadena, con vistas a sumar a “Batwoman”, pero también a despedirse del Arquero Esmeralda.