Desde el regreso de XCOM en 2012 ha habido un renacer del género de estrategia y táctica por turnos. Es en este clima que Netflix vuelve a meterse en el mundo del gaming adaptando otra de sus producciones originales, después de la olvidable aventura de acción basada en Stranger Things lanzada el año pasado.
The Dark Crystal: Age of Resistance Tactics nos propone revivir los eventos de la serie (una precuela de la película de 1982 dirigida por Jim Henson) que cuenta cómo el mundo fantástico de Thra se fue sumiendo en la oscuridad provocada por la maldad de los skekses, después de la fractura del Cristal de la Verdad. A lo largo de las 50 misiones de la campaña principal vamos a seguir la historia de tres gelfling (los duendes del universo de Henson), que se alzarán en contra de los skekses luego de descubrir que éstos obtenían la inmortalidad extrayendo la esencia vital de los poddligns, una raza sirviente esclavizada.
Como en cualquier juego del género los personajes tendrá un rol o trabajo bien definido: el soldado se especializa en ataques cuerpo a cuerpo y es más resistente, el explorador puede realizar ataques de corta y media distancia y evadir, y el reparador se encarga de curar o revivir a sus compañeros y utiliza sus habilidades para mejorar las armaduras. Cada uno de ellos contarán también con habilidades (activas o pasivas) que se podrán desbloquear progresivamente utilizando la experiencia obtenida en las misiones o los desafíos — que también serán la fuente de perlas, la moneda del juego, que permiten adquirir equipamiento como armaduras, armas y accesorios que mejoran los atributos.
Durante la campaña hasta 14 diferentes personajes se unirán a nuestro viaje para ayudarnos a completar el objetivo principal: la unión de todos los clanes gelfling y la derrota de los skekses.
Los trabajos poseen su propio árbol de mejoras, que a su vez permite acceder a otros dos adicionales vinculados al rol principal de cada personaje. De esa forma es posible tener hasta dos trabajos: uno primario, que es el de más rápida evolución y permite hasta tres habilidades activas, y uno secundario, limitado a solo dos. Este es uno de los sistemas más interesantes e importantes del juego, ya que debemos elegir bien la combinación de trabajos para que se beneficien entre sí —como si se tratase de la sinergia en un mazo de cartas de Legends of Runeterra o Magic: The Gathering— y que a su vez ayuden al equipo.
Al momento de atacar aparecen tres indicadores sobre el objetivo: el daño que le vamos a provocar, que depende de la diferencia entre nuestro ataque y la defensa del objetivo; el porcentaje de acierto del golpe, que puede recibir una bonificación o una penalización dependiendo del terreno; y por último el porcentaje de probabilidad de golpe crítico. El orden de acción se expresa a través de una línea de tiempo que a su vez depende de la velocidad de cada personaje. Sin embargo, si decidimos terminar el turno sin realizar ninguna acción con alguno de ellos, en el próximo turno el personaje que haya estado inactivo va a tener prioridad. Este sistema agrega un componente táctico interesante que se puede aprovechar para, por ejemplo, acercar a los personajes al reparador para curarlos o darles un aumento de armadura o ataque.
A medida que avanza la historia se desbloquearán objetos como báculos, hachas o armaduras cada vez más poderosos (y por supuesto más caros) en la tienda. La manera más efectiva de acceder a ellos es completando las misiones de desafío, que son las que mayor cantidad de perlas ofrecen como recompensa. De todas maneras,considerando el público al que apunta, The Dark Crystal ofrece tres niveles de dificultad que podemos modificar en cualquier momento, lo que permite elegir el que más se amolde a la habilidad del jugador y al desafío que quiera afrontar.
Técnicamente el juego cumple con creces. Los movimientos de los personajes son fluidos y están bien animados, incluso en la versión de Switch utilizada para este análisis. Me sorprendió lo bien que funciona por el nivel de detalle del diseño de personajes, aún cuando sufra alguna caída de frames cuando hay muchos personajes y varios efectos (como auras que representan diferentes efectos o estados) en pantalla. Es probable que las versiones de PlayStation 4, Xbox One y PC no sufran ese problema por su superioridad técnica, pero no hemos tenido acceso a ellas para comprobarlo.
La cámara también sufre algunas dificultades. Si bien es funcional y el movimiento es fluido, por momentos será necesario ponerla de forma perpendicular con respecto al terreno -lo que llamaríamos un plano cenital-, para evitar la contaminación visual del escenario que hace que cueste ver dónde es posible mover a los personajes, en particular porque esos espacios no siempre están bien señalizados.
Por desgracia, todo lo que el estudio En Masse Entertainment (en colaboración con BonusXP) hace bien en cuanto al diseño y funcionamiento se ve opacado por los efectos de los hechizos o de los golpes especiales que generan un cambio de estado en los personajes. Algunos hechizos pueden demorar sólo algunos segundos en resolverse, pero otros, como un ataque cuerpo a cuerpo llamado “Golpe Temerario” pueden llegar a tardar más de 10 minutos. En una de las oportunidades lo cronometré, y llegó a tardar 13 minutos, lo mismo que “Rime of the Ancient Mariner” de Iron Maiden. Ese tipo de situaciones afectan el nivel de inmersión del juego, y generaban que solo quisiera terminar cuanto antes con esa misión para seguir adelante. Si bien es un problema, espero que se resuelva con una actualización o un “parche del día uno”, porque el resto del juego funciona perfectamente.
Como sucede con muchas versiones de Switch, en el modo portátil de la consola los textos son muy chiquitos para leer, un contratiempo cuando queremos saber al detalle qué función cumple cada hechizo o armamento para poder decidir a qué personaje equipárselo. Pero ese no es tanto un problema del juego, sino más propio de la optimización para la consola.
La banda sonora apunta a lo épico y fantasioso con tonos de folk, como si Blind Guardian hiciera un “feat” con Rhapsody of fire y Korpiklaani, y acompaña muy bien en el viaje que el juego propone. No es el caso de los efectos de sonido, que se sienten muy genéricos, sobre todo los gritos de dolor o queja cuando se producía el impacto de un golpe. En mi caso silencié los efectos de sonido y dejé solo la música, que encaja con la situación que tenemos que resolver en esa misión.
Disfruté mucho The Dark Crystal: Age of Resistance Tactics, y por fortuna no hace falta saber la historia de su universo o conocer los personajes de antemano para poder jugarlo. La curva de aprendizaje es muy amigable, lo que hace que cualquier jugador, sea un seguidor del género o no, pueda meterse de lleno en esta historia de levantamiento y revolución de los gelfling.
De a poco Netflix se va metiendo en el mundo del gaming, y después del grosero error de Stranger Things, se reivindica con The Dark Crystal. Material para hacerlo tiene de sobra, sólo tiene que saber con quién aliarse para asegurarse un buen producto.
DARK CRYSTAL
Jugué Dark Crystal por poco más de 40 horas, completando un 85% del juego en total, mucho de ese tiempo estuve esperando a que resuelvan los hechizos. Es muy recomendable para tener un acercamiento o una noción de los juegos de estrategia y rol. El juego fue cedido por la distribuidora.