Análisis | Super Crush KO: un cross de izquierda a la variedad

Este año vamos a ver resurgir el género con Streets of Rage 4, pero la triste realidad es que los Beat ‘em up llevan un par de décadas muertos y enterrados. Sin embargo de vez en cuando hay estudios que apuestan por el viejo y querido estilo de juego, como Drinkbox con el genial Guacamelee o el mismísimo Atlus junto a Vanillaware con Dragon’s Crown, entonces los fans del retro gaming estamos de fiesta.

Vertex PopSuper Crush KO comienza cuando una villana, que parece salida de una parodia de Sailor Moon diseñada por Rebecca Sugar, rompe la pared de Karen y secuestra a su gatito

De buenas a primeras, especialmente al ver las capturas de pantalla, Super Crush KO parece lindo pero muy básico, y la realidad no está demasiado lejos de esa primera impresión. Por un lado tenemos un apartado técnico que cumple con lo justo, diseños de enemigos sencillos y repetitivos, niveles que apenas si se diferencian entre sí y todo coloreado en un abanico de tonalidades pastel que eventualmente terminará por saturarnos. Por el otro nos ofrece un sistema de combate diametralmente opuesto, es decir, profundo, intuitivo y desafiante.La propuesta general consiste mezclar la jugabilidad clásica de un brawler de scroll lateral con el ritmo de un hack n slash mientras mantenemos el combo. Los niveles están divididos en secciones que determinan el final del combo, corre por parte de nuestra habilidad administrar cómo despachamos a los enemigos para asegurarnos de no interrumpir el combo cuando pasamos de pantalla. Parece fácil y admito que los controles son intuitivos, pero no resultará una tarea sencilla, en especial si apuntamos a batir récords y completar secciones sin ser golpeados.

Los enemigos son muchos y cada uno tiene un patrón de ataque único. Al comienzo son fáciles para que le tomemos la mano a los controles, pero pronto estaremos esquivando una lluvia de proyectiles mientras intentamos lidiar con una docena de oponentes que tienen ataques imposibles de interrumpir, que disparan misiles teledirigidos y hasta rayos que atraviesan toda la pantalla. Una vez que hayamos entendido la base del sistema de combate comenzará la diversión, porque el ritmo es frenético y siempre nos sentiremos en control de la acción.

El resto de la propuesta cumple con lo básico, pero tampoco es nada despreciable. La banda sonora compuesta por Robby Duguay lleva bien el ritmo de la acción con un divertido estilo de chiptune, el arte en general es simpático y la jugabilidad fluida. Los entornos son el punto más flojo junto con el diseño poco inspirado de los enemigos, especialmente los jefes que son (salvo contadas diferencias) casi idénticos en apariencia. Claro que los patrones de ataque y los movimientos especiales son únicos, pero son detalles que hacen monótona la experiencia. Lo mismo sucede con los diferentes escenarios, todos similares al punto que parecen fusionarse en una seguidilla siempre igual.

Super Crush KO 03
Las batallas contra los bosses son desafiantes, pero su diseño es demasiado similar y básico

Super Crush KO es un Beat ‘em up divertido que nos incita a mejorar nuestros récords y a desafiarnos a nosotros mismos. Tiene un sistema de combate pulido, ágil y variado que se lleva todos los laureles de la propuesta. Es una pena que, teniendo tan buenas mecánicas de desplazamiento y una ejecución tan fluida Vertex Pop no haya aprovechado a incluir niveles de plataformas ajustados. Por el otro lado el diseño de los niveles y los enemigos se siente genérico y descuidado, es una lástima porque con un par de cambios podría haber sido un producto mucho mejor. Sin embargo, a pesar de sus limitaciones y su corta duración, logra divertir, desafiar y los mantendrá entretenidos un buen rato.

SUPER CRUSH KO

16 DE ENERO DE 2020 (PC/SWITCH)
6.0

Pasé 10 horas jugando Super Crush KO, eso incluyó dos pasadas a la campaña: una para aprender a jugar y una segunda para batir mis propios récords. Me encantó el sistema de combate, es lo único que me mantuvo conectado a la experiencia, el resto queda entre lo mediocre y lo olvidable.