ANÁLISIS | Star Wars Jedi: Survivor da cátedra de cómo hacer secuelas

Star Wars Jedi: Survivor es la esperada continuación de la obra que Respawn Entertainment desarrolló bajo el ala de Electronic Arts. Expandiendo todo lo forjado desde aquella entrega en 2019, Survivor nos trae una experiencia espectacular en base a mejoras, nuevas mecánicas y una ambición galáctica.

Con la cantidad de videojuegos y experiencias lúdicas que existen dentro del universo de Star Wars, no me quedan dudas que Jedi: Fallen Order (2019) fue una de las obras que mejor supieron entender lo que significa vivir en primera persona el camino de un jedi. No sólo por la magistral decisión creativa de apelar a uno de los géneros más explotados del momento como era el soulslike, mezclándolo con otros elementos mucho más intuitivos, sino también la maestría al contarnos una historia que se nutría de los mejores momentos y personajes de su universo, pero qué era lo suficiente autoconcluyente cómo para poder impactar en, literalmente, cualquier jugador.

Salvando las distancias, Star Wars Jedi: Survivor cargaba con esta vara autoimpuesta. La vara que está midiendo a varios de los grandes blockbuster que llegan al mercado en los últimos tiempos, como pasó con God of War: Ragnarok hace meses y pasará con Tears of the Kingdom en semanas. La vara de los juegos que supieron generar sentimientos dentro de la gran masa gamer e impusieron varios de los estándares que hoy son claras influencias en esa nueva generación. Una vara que, a mi parecer, siempre termina complicando las cosas. Pero no hay mejor primer comentario para hacer alusión a esta obra, que remarcando el enorme trabajo que hace como secuela y cómo desarrolla el ser una continuación dentro de una saga que parecería ir cada vez por más.

Esta nueva entrega desarrollada nuevamente por Respawn Entertainment con el aval de Electronic Arts (publisher que supo tener la exclusividad de Star Wars prácticamente hasta este momento) comienza unos años después de los acontecimientos que vivimos en La Orden Caída. Cal Kestis ya no es ese padawan perdido y huérfano de motivación que se esconde por la frustración de no haber actuado en el momento adecuado. Cal es un revolucionario, un militante de una orden que ya no existe y que está convencido de poder restaurar. Bajo este marco contextual es que toda la vivencia de Star Wars Jedi: Survivor se vuelve mucho más personal, y la intencionalidad de la obra en sí misma se vuelve necesaria para una narrativa global que tranquilamente podría haber terminado en 2019 y no lo hizo.

Cómo era de esperarse, las locaciones de nuestro nuevo camino son radicalmente diferentes a las que ya conocíamos. La elección de biomas es muy específica para contrarrestar con eso y poder recorrer rincones que no hayamos visto previamente. Si bien hay diversos planetas cuyas historias complementan el hilo narrativo, puntualmente hay dos, Jeddha y Koboh, que funcionan como unos pequeños mundos abiertos. Los límites no están del todo delineados y las secuencias que nos toca vivir allí son mucho menos lineales que lo habitual, haciendo que la exploración tome un factor muchísimo más relevante y asemejándolo a obras como Dark Souls III.

En nuestro recorrido encontraremos situaciones randoms (a más de uno le recordará a los bandidos de Red Dead Redemption II) y también mecánicas nuevas que no sólo alimentan la curiosidad, sino también amplifican las horas que debemos dedicar en el viaje de Kestis. Una de esas mecánicas, al menos una de la más destacable, es la de los rumores: alrededor de todo el mapa encontraremos personajes que nos cuentan cosas que oyeron, lo cual nos da indicio de a qué lugares debemos acceder que no pertenecen a la historia principal del juego. Por otro lado, también hay una suerte de “fisuras” en la realidad que nos lleva a un plano diferente, donde resolver desafíos se traduce en diversas recompensas para la aventura, muy cercano a lo que representaban los templos en Breath of the Wild.

Esta catarata de nuevos desafíos que refieren a la exploración, amerita un huracán de funcionalidades que permiten disfrutar de estos espacios. Por eso, ir a pie ya no será nuestra única opción, sino que cada punto de meditación tiene una opción para realizar un viaje rápido entre esos checkpoints, permitiendo que nos podamos mover fácilmente por todo el lugar una vez que los hayamos descubierto. También se nos presentan las monturas, que podremos utilizar con diversos animales de este ecosistema para poder superar diversos obstáculos, como pueden ser el barro o la lluvia de manera más ágil y eficaz. Si bien ninguna de estas dos opciones son sumamente necesarias ni son tan exploradas, terminan evidenciando el gran diseño de niveles que posee el juego con la enorme cantidad de atajos que se generan y lo interconectado que resulta el mundo, sobre todo cuando debemos volver a un planeta que ya conocíamos y el backtracking nos obliga a destrabar nuevas zonas.

Si en la primera hora de Fallen Order predominaba el dinamismo, en esta ocasión es la elocuencia. Claro, las bases ya están construidas y no tendría sentido destruir todo lo logrado. En ese sentido, Survivor es sumamente inteligente a la hora de recibirte como usuario, porque tanto a nivel gameplay como narrativo, la cuenta queda saldada después de la primera hora de juego. Una hora sumamente divertida, donde no sólo explican cómo jugar, sino también absolutamente todas las mecánicas que conseguimos en el juego anterior, al mismo tiempo que nos van poniendo a tono sobre qué sucedió en el guion y dónde estamos parados ahora. Una de las grandes dudas que suelen traer las secuelas, es qué tan continuista son. Y si bien es un hecho de que esto es “más de lo mismo”, incluso es eficaz la manera en la que utilizan este tiempo de tutorial, ya que después de ese primer envión aparecerán muchísimas funcionalidades que resultan innovadoras tanto para nuevos usuarios como para quienes jugaron la obra anterior.

Así, cada descubrimiento significa un universo de posibilidades para destrabar situaciones en todas locaciones que encontramos. Un hook para poder subir a lugares dónde antes no podíamos, o quizás un dash que nos permita hacer un salto extra. Todo termina potenciando el aspecto más metroidvania de esta experiencia que no se cohíbe a la hora de sumar nuevos elementos. También hay un sistema de companions que, si bien funciona perfectamente, se siente una introducción hacia algo que podría ser mucho más grande a futuro. El árbol de habilidades regresa de una manera mucho más compleja, y con muchos más elementos para destrabar, mientras que también tendremos la posibilidad de equipar ciertas “ventajas” que se nos van entregando y facilitan la forma en la que vamos a encarar los desafíos siguientes.

El combate vuelve a ser uno de los grandes protagonistas, ofreciéndonos una amplia variedad de modos de disputarlo. Para empezar, hay un nuevo modo de dificultad para elegir, lo que lo hace muy accesible a la hora de seleccionar cómo queremos transitar nuestros duelos. La mecánica principal de todo esto, y uno de los mejores agregados, es la cantidad de posturas que tenemos para usar el sable. Todas representan un combate completamente diferente y cada una de ellas conlleva unos stats diferentes: la postura con empuñadura, similar a la que utiliza Kylo Ren, es muy pesada y pega muy fuerte pero también es muy lenta. Por otro lado, usar dos sables por separado es el efecto completamente opuesto: es muy rápido, pero no saca mucho daño. Cuando conoces esta modalidad, automáticamente tu mente pregunta: “¿Cuántas formas diferentes pueden existir para utilizar el sable laser?”. Sorprendentemente, son muchas más de las que podemos imaginar.

No quedan dudas de que estamos ante un título de nueva generación porque el trazado de rayos es reluciente y la calidad gráfica es ampliamente superior a su predecesor. Los mundos semi abiertos se ven impresionantes y cada detalle es digno de apreciar. Cómo es habitual, hay un modo rendimiento y un modo calidad, pero recomiendo utilizar el primero ya que la diferencia visual no es muy grande. Las animaciones son variadas y entretenidas, sobre todo en la enorme cantidad de finishers que hay contra los enemigos y cómo le agrega cierto dinamismo y epicidad a cada batalla. La banda sonora es espectacular, tal como requiere cada historia contada en este universo.

El rendimiento es, quizás, el talón de Aquiles de esta producción, ya que seguimos con los mismos problemas de popping constante dónde las texturas tardan en cargar. No soy una persona que se aflija fácil por eso y usualmente no terminan influyendo en mi experiencia, pero es inevitable darse cuenta cuando sucede porque realmente pasa mucho y muy seguido. Por otro lado, también hay zonas donde los FPS bajan considerablemente, y me encontré con muchos glitches a nivel visual. Muchos de estos detalles pueden solucionarse en futuros parches, así que no me extrañaría que sean consecuencias de una experiencia prematura.

Por supuesto que la narrativa es un eje central de la experiencia, donde Cal Kestis busca entender cómo seguirá su camino luego de los sucesos de Fallen Order. En ese contexto, hay una amalgama muy interesante de plots para ir rellenando los huecos de todo lo que sucedió entre ambos títulos, además de las incógnitas que nos presentan para desarrollar esta historia. Dagan Gera será nuestro villano principal y la cantidad de referencias a libros, cómics y películas que arrastra él sacan una sonrisa. Me gustaría mucho dedicarle unas líneas a todo esto pero considero que gran parte de la magia en este punto es ir descubriéndolo por uno mismo.

La primera mitad de la historia, siento que está bastante más desarrollada que la segunda, pero aún así termina siendo un producto bastante cerrado en su aspecto narrativo. Quizás un detalle que pueda llegar a agobiar, es que por momentos hay mucho material que parecería ser reciclado, sobre todo en la gran cantidad de minibosses a los que nos enfrentamos. No hay una extensa variedad de enemigos y muchas cosas son reutilizadas del título anterior.

Podemos decir varias cosas sobre Star Wars Jedi: Survivor como videojuego, y a pesar de que no se presenta como una obra sin fallas, sin duda es un enorme lujo como secuela. Un equipo que entendió todo lo que hizo bien en el pasado y lo potenció, añadiendo un montón de frescura donde era difícil hacerlo. Más allá de sus puntos flojos, que tampoco son muchos, es una experiencia completa y cerrada que te deja con ganas de mucho más Star Wars. Ojalá veamos en una secuela de Survivor el mismo nivel de calidad que supieron aplicar en esta oportunidad.

PUNTAJE: 8.0

Star Wars Jedi: Survivor será lanzado el 28 de abril de 2023 en PlayStation 5, Xbox Series, y PC. La campaña completa me tomó alrededor de 20 horas en PlayStation 5.