Análisis | Star Trek: Discovery S02E14: Such Sweet Sorrow Part 2

Como suele pasar en series de la franquicia, el final de temporada de “Star Trek: Discovery” cerró con una gran batalla espacial, algo que no veíamos prácticamente desde sus primeros episodios. También sirvió para poder culminar la trama del ángel rojo y dejarnos una sorpresita que tendrá a los fans hablando en los meses por venir.

Such Sweet Sorrow, Part 2” arranca con la Discovery y la Enterprise completamente rodeada por una flota de naves de la Sección 31. En el medio de los disparos cruzados, que ya le empiezan a generar bajas y heridos a las tripulaciones comandadas por Pike (Anson Mount) y Saru (Doug Jones), en Discovery trabajan contra reloj para terminar el traje viajero en el tiempo.

Si bien gran parte del episodio nos hace un vertiginoso paneo general de lo que está pasando en la batalla, se queda en algunos puntos de interés bastante concretos.

Cuando te copan la parada en el Starcraft

Además de la situación del traje viajero temporal, también muestra la reconciliación de Paul Stamets (Antony Rapp) y el doctor Hugh Culber (Wilson Cruz) luego que el primero llegue herido a la enfermería de Discovery. Mientras lo induce al coma para curarlo, el doctor le asegura que esta situación bélica le hizo ver que Stamets es lo que más quiere en el universo y que siempre van a estar juntos. Que esta subtrama termine con un final feliz no anula lo agarrada de los pelos que fue.

Mientras tanto, en la Enterprise deben resolver cómo desactivar un torpedo fotón que se incrustó en el platillo de la nave sin detonarse, cosa que cuando suceda la destruiría casi por completo. Esto termina con el sacrificio de la almirante Katrina Cornwell (Jayne Brook), quien detona manualmente el torpedo cerrando una puerta de emergencia, conteniendo así la onda expansiva de la explosión.

De vuelta en Discovery tenemos la invasión de ControLeland, quien se teletransporta a la nave para buscar sus preciados datos de la esfera alienígena. Para evitar que esto suceda, la capitana Philippa Georgiou (Michelle Yeoh) lo arrastra a trompada y patada limpia por varias de las cubiertas de la nave, en una fabulosa escena de pelea que incluye segmentos en gravedad cero.

A pesar de la foto, para Paul y Hugh terminó todo bien

Pero lo realmente importante era lo que pasaba con Michael Burnham (Sonequa Martin-Green) y su ya postergadísimo viaje al futuro junto con la Discovery, para así salvar a la galaxia de Control. Luego de terminar de ensamblar el traje viajero del tiempo, Michael parte, escoltada por Spock (Ethan Peck) en un grupo de naves de combate, a una distancia prudencial fuera de la batalla.

Al ingresar las coordenadas para realizar el salto al futuro, los hermanos descubren que eso no será posible hasta que Michael pueda activar todas las señales que viéramos en episodios pasados, y que permitiera que puedan escaparle al destino trágico con Control destruyendo todo.

Para ello, Michael viaja al pasado y va activando las señales ya conocidas. De vuelta al presente pone una más, que indicaría a la Discovery el lugar en el espacio donde se ubica para poder seguirla hacia el agujero de gusano con la que saltarían al futuro.

Gracias por todo, Katrina

Con la ayuda a último momento de un grupo de naves klingon y otra comandada por la hermanita de Saru, la flota de la Sección 31 es derrotada. Controleland es desactivado finalmente por Georgieu, quien lo deja preso en pleno combate en la cámara del motor de esporas de la Discovery.

Con la victoria ya casi cocinada, Michael termina su trabajo y se va junto con la Discovery 950 años al futuro. En el camino deja a su hermano, quien por consecuencias del combate debe ser transportado a la Enterprise.

Philippa estuvo en el Tigre y el Dragón, yo no me metería con ella

Acto seguido, el episodio hace un salto de tiempo donde vemos a Pike, Number One (Rebecca Romijn), Spock, y Ash Tyler (Shazad Latif) en una suerte de interrogatorio en el cuartel general de la Flota Estelar. Allí nos enteramos que los cuatro, y seguramente todos los sobrevivientes de la batalla, encubrieron la verdad sobre lo que pasó en dicho combate, porque declaran que la Discovery fue destruida, incluyendo a toda su tripulación.

También nos enteramos de que a Tyler le ofrecen un puesto permanente en la Sección 31, que ahora obviamente ya no será manejada por control. Esto seguramente lo veremos desarrollado en la serie propia que tendrá este grupo de espionaje de la Federación.

El futuro comienza, otra vez

El episodio, y la temporada, finaliza con Spock grabando su bitácora personal. Allí nos da detalles de cómo fue este encubrimiento a la Discovery. Sus padres, al ser diplomáticos, no tuvieron que pasar por el mismo interrogatorio, pero juraron no hablar nunca de Michael. En el último plano lo vemos ya incorporado, con uniforme y afeitado, al puente de la Enterprise.

Desde la pantalla detectan una nueva señal. Es la que Michael prometió enviar para decirle que, en su futuro distante, todo está en orden. Sin saber lo que le depara el futuro, el vulcano junto con Pike y la tripulación de la Enterprise van en busca de nuevas aventuras, algo que ya hemos visto en la serie original y sus múltiples películas.

El Spock babyface que todos querían ver

Más allá que el análisis que nos deja esta temporada es altamente satisfactorio, sobre todo por el gran trabajo de desarrollo de personajes que tuvo, la manera en la que se cerró no deja de generar sensaciones encontradas.

Es cierto que empatar un canon siempre es complicado, la “galaxia muy muy lejana” es prueba de eso. Pero lo que viene ahora para la tercera temporada de la serie es un verdadero territorio inhóspito. Del lado positivo se puede decir que, al estar tan alejado en el tiempo, Discovery ya podrá contar su propia historia sin temer que algún concepto canónico la obstaculice. Esto no podría llegar en mejor momento.

Toda su tripulación (desde Michael hasta Saru, Tilly, Stamets, Culber y Jett Reno) tiene una identidad propia y no necesita espejarse en una figura reconocible del universo Star Trek como fueran Pike o Spock para desarrollar su propio argumento.

Pero tampoco puedo dejar de pensar que llevar a la nave tan al futuro fue una movida como para contentar a todos y sucumbir ante las voces de los haters, quienes pedían a gritos que “con su canon no se metieran”.

Sea cual sea el caso, “Star Trek: Discovery” logró encontrar la forma de sorprendernos e hizo muchísimo para revitalizar una franquicia adormecida y que ahora tendrá varias series en el camino, como la ya mencionada de la Sección 31 y la de Picard, (que tendrá a todos los trekkies en vilo cuando sea que se estrene).

No sabemos cuándo será que volveremos a ver a la Discovery pero estamos seguros de que, cuando eso sea, le esperan grandes aventuras. La vamos a esperar ilusionados, porque lo que hizo hasta ahora no fue más que dejarnos satisfechos.