Llegó el momento de cerrar esta segunda temporada de “Star Trek: Discovery”, la cual estuvo repleta de todo tipo de emociones. Justamente emoción, y de tono agridulce, es lo que abundó en “Such Sweet Sorrow Part 1”, la primera parte del episodio doble con la que cierra el arco argumental del “ángel rojo”, de la Sección 31 y varias cosas más.
Todo arranca con la tripulación de la Discovery abandonando la nave luego que Pike (Anson Mount) decidiera destruirla para evitar que la información de la esfera extraterrestre llegue a las manos de Control y esta inteligencia artificial destruya todo en la galaxia.
Para rescatar a los tripulantes de la Discovery llega la nave original que capitanease Pike, nada más y nada menos que la USS Enterprise. Los primeros minutos del episodio nos dejan ver los interiores de esta legendaria nave, que adaptan de una forma descomunal los diseños originales de la misma, con el toque moderno de una serie actual.
Cuestión es que cuando intentan activar el sistema de autodestrucción, el Windows de la Enterprise tira un error y el proceso no puede llevarse a cabo. Pike ordena disparar torpedos de fotón a la nave pero la Discovery los bloquea con sus escudos. Por algún motivo, Discovery no puede ser destruida y con la flota de Sección 31 cada vez más cerca, el capitán tiene que encontrar una solución.
En su ayuda aparece Michael Burnham (Sonequa Martin-Green) quien determina que la única forma de salir airosos es directamente sacar a la Discovery de la ecuación, y esto solo se lograría si ella, construcción de un traje viajero del tiempo, se la lleva 1000 años en el futuro, mismo momento en el que su madre emprendió los viajes al pasado para encontrar a su hija.
Este plan debe ponerse en acción también porque Michael vio, al interactuar con el cristal del tiempo, un futuro inmediato en el que literalmente todo sale mal, con Controleland abordando la Discovery, matando a todos a su paso, y haciéndose con la información de la esfera.
Pike accede y un limitado grupo de oficiales, Michael incluido, se quedan en Discovery preparando todo este plan. El principal problema que surge es cómo poder activar el cristal de tiempo, el cual requiere la energía de una supernova para poder surtir efecto. Para responder a esta pregunta, aparece otra de las señales del ángel Rojo, esta vez ubicado en el planeta Xahea.
Al llegar a dicho lugar, la Discovery hace contacto con la reina Me Hani Ika Hali Ka Po (Yadira Guevara-Prip), Po para los amigos, quien apareciera en “Runaway” el primero de los cortos “Short Treks”.
Por lo sucedido en dicho corto, que ya pueden ver en Netflix, Po conoce a Sylvia Tilly (Mary Wiseman) y la alférez sabe que la princesa es especialista en el reciclaje de cristales de Dilithium, la fuente de energía de las naves de la Flota Estelar, por lo que podrá ayudar a resolver el problema que los trajo a Xahea.
La solución la consigue, pero a medias. Debido al exceso de energía requerido para activar el cristal del tiempo, el viaje al futuro que podría hacer Michael con la Discovery sería solo de ida. Con la flota de la Sección 31 cada vez más cerca, a Pike no le queda otra que acceder este plan, aun a sabiendas que perdería a Burnham para siempre.
Gran parte reconocible de la tripulación de la Discovery, incluyendo a Tilly, Saru (Doug Jones), Jett Reno (Tig Notaro), Paul Stamets (Antony Rapp) e incluso Spock (Ethan Peck) se suman como voluntarios a este viaje al futuro con Michael.
“Such Sweet Sorrow Part 1” hizo esencialmente dos cosas, y las dos muy bien. En primer lugar nos ofreció enormes momentos de desarrollo, o mejor dicho, de fin de desarrollo de personajes. El que se puso al hombro ese aspecto fue nuevamente Pike, a quien lo vimos un tanto motivado por el regreso a la nave de la que fue capitán. También nos regaló momentos con mucho sentimiento, sobre todo cuando, ya con el uniforme amarillo clásico del oficial del Enterprise, se despide de la tripulación de la Discovery.
El otro aspecto fue el de la despedida. A lo largo de todo el episodio, nos fuimos como preparando para el viaje sacrificado que realizará Michael. Esto lo notamos sobre todo con la visita de sus padres adoptivos, Sarek (James Frain) y Amanda Grayson (Mia Kirshner) a la Discovery para decirle adiós. Fueron momentos en los que la serie mostró todo el corazón que tienen sus personajes, y que sobre todo se notaron en esta segunda temporada.
No voy a negar que la despedida se hizo por momentos empalagosa y estirada, pero fue algo necesario para prepararnos para lo que viene, que promete ser épico. Acorde a todo lo que este arco argumental, incluso con sus falencias, fue construyendo en estos episodios.
“Such Sweet Sorrow Part 1” cierra finalmente con la Discovery y Enterprise recibiendo a la flota de la Sección 31, con el objetivo de hacerle frente el mayor tiempo posible para que Michael pueda activar el traje y llevarse la nave al futuro. Todo está preparado para una gran batalla, y no podemos estar más manija por verla.