El episodio anterior terminó con una gran revelación: Gabrielle Burnham (Sonja Sohn), la mamá de Michael es la viajera en el tiempo que estuvo hostigando a su hija y a la tripulación de la Discovery toda esta temporada, apareciendo y desapareciendo de la escena como el misterioso Ángel Rojo.
“Perpetual Infinity”, busca aclarar varios cabos sueltos, así como también darle un nuevo impulso a la trama principal de esta segunda temporada, algo que logra, pero no de la mejor manera.
Todo arranca con un flashback al momento en el que, aparentemente, los padres de Michael son asesinados por klingons en la colonia donde trabajaban en un proyecto secreto: el traje para viajar en el tiempo de la Sección 31. Esta secuencia revela que Gabrielle logró escapar de una muerte segura a mano de las fuerzas klingon al accionar el dispositivo que estaba desarrollando.
El plan de mami Burnham era, mediante el traje, viajar al pasado minutos antes del ataque para cambiar la historia, pero al accionarlo entró en una paradoja temporal que la hizo saltar 950 años en el futuro, momento en el que no quedan rastros de vida inteligente en la galaxia. Para poder salvar a su familia, y también entender por qué dentro de 9 siglos no queda nadie en el espacio, Gabrielle empezó a realizar viajes esporádicos al pasado, el problema es que debido a la paradoja temporal siempre fue empujada de vuelta al futuro.
A través de estos viajes, Gabrielle ofició de ángel de la guardia para su hija. Por eso se le apareció en Vulcano a un joven Spock alertándolo de los peligros inminentes que padecería su hermana adoptiva. Yendo y viniendo del pasado, también pudo descubrir que el motivo de la catástrofe galáctica está relacionada con Control, la inteligencia artificial de la Sección 31.
El viaje itinerante de Gabrielle por el espacio tiempo queda abruptamente cortado cuando la Discovery logra atraparla en Essof IV, lo que sucediera al final del episodio anterior. Pero la misma anomalía temporal que la lanza al futuro está debilitando el campo de fuerza que la mantiene cautiva, por lo que Pike (Anson Mount) tiene que actuar rápido para poder detener a Control.
Gabrielle pide hablar con el capitán de la Discovery y le exige destruir la información que la nave guarda sobre la esfera alienígena, que fuera transmitida a la nave antes que este ser muriera, algo que vimos en el cuarto episodio de la temporada “An Obol for Charon”. De lo contrario, Control se hará con esta información y le permitirá evolucionar, convirtiéndose así en una fuerza destructora que causará la catástrofe que la viajera en el tiempo quiere evitar.
¿Pero Control no había sido destruida por Burnham? No señor. Esta inteligencia artificial logró introducirse en el cuerpo de Leland (Alan Van Sprang), a quien pasaremos a llamar Controleland o directamente Brainiac.
Controleland pasa todo el episodio tratando de hacerse con las memorias de la esfera, y hasta ordena a Phillippa Georgieu (Michelle Yeoh) y Ash Tyler (Shazad Latif), quienes no saben del cambio que sufrió el capitán, a que lo ayuden a conseguir estos datos. Pero gracias a la intervención de Pike, Michael y otros tripulantes de la Discovery, no logra obtener la totalidad de la información.
Hasta ahora, la segunda temporada de “Star Trek: Discovery” ha logrando mantener un gran equilibrio entre desarrollo de trama y personajes, y esto último es el aspecto que nos dio los mejores momentos de aquella seguidilla de capítulos. Por el contrario, el arco principal del ángel, sobre todo por la pobre interpretación de lo que pasa con la Sección 31, es lo más flojo que pasó en la serie. Lamentablemente, este episodio solo ahonda en los detalles más deficientes de la trama – de hecho, el conflicto parece demasiado estirado y la creación de Controleland es completamente ridícula.
Del episodio si podemos rescatar un muy emotivo momento entre Michael y su madre, quien al principio no quiere saber nada con ver a su hija, a sabiendas que no la puede ver por mucho tiempo ya que será lanzada al futuro nuevamente. El reencuentro nos permitió conocer un poco más acerca de Burnham y sus luchas personales.
El episodio también nos regaló una muy linda escena entre Michael y Spock (Ethan Peck). La dupla de hermanos sigue dando que hablar al descubrirse mutuamente a través del conflicto que están enfrentando.
“Perpetual Infinity” habrá sido una decepción, pero ya estamos a nada del final de temporada así que, para bien o para mal, tendremos un desenlace. Y por todos los buenos momentos que nos dio la serie este segundo año, no podemos perder las esperanzas de quedar satisfechos sólo por un episodio decepcionante.