El episodio de esta semana bien podría llamarse “Star Trek: Discovery, temporada 2: descripción gráfica”, ya que combina con mucha nitidez todo lo bueno y lo malo que está realizando esta serie en su segundo año. Vayamos por partes.
Todo arranca con la llegada de la almiranta Katrina Cornwell (Jayne Brook) a la Discovery, que pasa a ser una suerte de cómplice del accionar de Pike (Anson Mount), quien – recordemos – en el episodio anterior fue contra las órdenes de la Flota Estelar, y se dio a la fuga con su nave y tripulación.
Pero sucede que Katrina tiene argumentos para ponerse del lado del capitán de la Discovery. Según ella, el principal problema que tiene la Flota en este momento, y por el que no estarían resolviendo bien el temita del Ángel Rojo, tiene que ver con la Sección 31. O mejor dicho, con el sistema que lo controla, una entidad de Inteligencia Artificial conocida como…Control.
Fue gracias a este sistema que la Sección 31 se había convertido en un valioso recurso para la Flota, pero (según palabras de Katrina) ella fue corrida a un costado por un grupo de colegas de su rango, lideradas por la almiranta Patar, integrante también de una facción vulcana conocida como “extremista lógica”, ultraderecha, bah.
Para solucionar esta situación, Katrina ordena a Pike ir hacia el cuartel general de la Sección 31, una cárcel espacial con más de 100 años de antigüedad, en donde puedan “resetear” a Control para que ya no vean más a la almiranta como una amenaza. Si, tan rebuscado como lo leen.
Camino a esta misión, en la Discovery pasan cosas. Por un lado, Michael Burnham busca restablecer el trato con su hermano Spock, que los ayudaría también a desentrañar el misterio del Ángel Rojo. Para ello, y honrando su lógica, le ofrece disputar una partida de ajedrez 3D. Y todo se va rápidamente al cuerno.
Básicamente pareciera que Spock estaba esperando ese momento para vomitar en la cara de su hermana lo que él considera que son unas tantas verdades. No se guarda nada. La acusa de ser la causa de la guerra con los klingon, se mete con la muerte de sus padres biológicos – completito. Michael, quien veía este reencuentro inesperado con Spock como una oportunidad de reconciliación, entiende luego del cruce que eso no va a pasar en el corto plazo.
El episodio también se da tiempo de contarnos un poco más acerca de la teniente comandante Airiam (Hannah Cheesman), otra de las tantas integrantes de la Discovery que vimos prácticamente en todos los episodios, aunque de fondo, más allá que ella destaque por su increíble diseño de maquillaje.
Sucede que Airiam es una humana aumentada. Luego de sufrir un accidente recibió implantes cibernéticos, los cuales no solo le permitieron seguir viviendo sino otras facultades, como guardar recuerdos como si fueran videos de Whatsapp. Ella, como recordarán, fue infectada por la entidad que atrapó a Pike y Tyler en una paradoja temporal episodios atrás. Debido a eso, Airiam está realizando (contra su voluntad) distintos sabotajes en la Discovery.
Una vez arribados a la base de la Sección 31, y tras sortear un trazado de minas espaciales, Pike envía a abordar el lugar a un grupo de la Discovery, comprendido por Burnham, Airiam y la comandante Nhan (Rachael Ancheril).
Salvo por los cuerpos de almirantes muertos y congelados, incluyendo el de la misma vulcana Patar, el grupo de exploración no encuentra a nadie. Gracias a estos cadáveres (que ya llevan muertos dos semanas) descubren que Control se está haciendo pasar por el alto mando de la Flota Estelar. De hecho, es responsable de crear un video falso en el que Spock aparece eliminado a oficiales en la instalación psiquiátrica de la que luego escaparía. En definitiva, la Sección 31 está detrás de todo y Control le tendió una trampa a la tripulación de la Discovery.
Cuando intentan interactuar con Control, Michael y Nhan son atacadas por Airiam, ahora controlada por la entidad invasora – que es justamente la dueña de casa, el sistema que maneja la Sección 31. Michael y Airiam se trenzan en combate y la pelea termina con la cuasi androide atrapada en una habitación tras una puerta. Desde allí, Control la fuerza a descargar información de la entidad que salvó a Saru antes de morir, lo que sucediera en el cuarto episodio.
Todo el accionar de Control coincidiría con la visión de Spock, brindada por el ángel, de la destrucción de la galaxia. Por tal razón, Pike ordena a Michael evitar que Airiam complete la descarga de la información. Lamentablemente, la única forma de hacerlo es eliminarla. Para ello Michael activa una compuerta que expulsa a Airiam al vacío del espacio.
“Project Daedalus” marca un gran contrapunto entre los puntos altos que estamos viendo en esta temporada de “Star Trek: Discovery” y sus aspectos más cuestionables.
Dentro de lo favorable podemos encontrar, una vez más, un gran desarrollo de personajes. A las interacciones de Pike, cuando no, se le suma esta versión de Spock peleada con todo lo que lo rodea, y su relación con Michael termina generando grandes momentos de diálogos.
Por otro lado, si bien fue una gran pena despedir a Airiam, toda su historia personal se contó muy bien, como así también su relación con otras colegas de la Discovery.
A nivel visual, la serie se sigue superando. Esta vez lo hizo con la escena de la nave navegando el campo minado, una gran secuencia de acción espacial. Lo mismo podemos decir el combate entre Michael y Airiam en la base abandonada.
El principal punto negativo viene de la mano de la trama de la Sección 31. Ya esto del “reseteo” de Control parecía un argumento bastante flojo de papeles. Y si bien su ejecución no fue tan mala, realmente hace un contrapeso argumental con todo lo que está pasando en la serie. No es un aspecto suficiente para tirar por la borda todo lo bueno que pasa en este programa, pero si da la sensación que sus guionistas no trabajaron tan bien este aspecto del universo Discovery como otros.
Con una amenaza visible en la Sección 31, un misterio por resolver como es el del Ángel y un drama familiar entre dos hermanos, Michael y Spock, “Star Trek: Discovery” se encamina hacia la parte final de su segunda temporada. Solo pedimos tener más episodios así, como el de esta semana.