ANÁLISIS | Star Trek Discovery S02E06: Sound Of Thunder (SPOILERS)

Al igual que la semana pasada, “Star Trek: Discovery” continúa con su campaña de cerrar tramas que se fueron abriendo a lo largo de los primeros episodios de esta segunda temporada. El sexto capítulo ofició de epílogo a la historia de Saru y su reivindicación con su raza, además de dar nuevo impulso al arco argumental principal.

Todo arranca cuando en la Discovery detectan una nueva señal vinculada al “Ángel Rojo”. El detalle que comprueba que no aparecen al azar desperdigadas por la galaxia radica en que se ubicó en órbita con Kaminar. Ese es nada más y nada menos que el planeta de origen de Saru que abandonó años atrás.

El reciente descubrimiento sobre el destino de Saru, que viéramos en el episodio “An Obol for Charon”, ya había planteado la intención de volver con su gente, la raza kelpien, para hacerles entender que estaban viviendo una mentira, una suerte de mito que se fue traspasando de generación en generación para justificar ser víctimas de los ba´ul, raza predatoria que también habita Kaminar.

Las playitas de Kaminar tienen ese no se qué

Saru no había convertido este pensamiento en un accionar hasta ahora por dos razones. En primer lugar, porque debía seguir la misión que se le asignó como oficial de la Flota Estelar: encontrar a Spock para entender este lío del Ángel que se aparece en todos lados. La otra razón tiene que ver con respetar la “Directiva Primaria”, que en esta serie se la menciona como “Orden General Uno”. La misma reza que la Flota Estelar no puede interferir de ninguna forma con la evolución de una raza “primitiva” (que al menos no haya desarrollado el viaje por el espacio). Y los kelpien entran en esta categoría.

Sin embargo, la aparición de la señal en Kaminar da a Saru la opción perfecta para volver a su casa y cambiar el presente de opresión de su gente. Esto lo confronta, por primera vez, con el capitán Pike. El líder de la Discovery entiende que Saru no está en condiciones emocionales (no tienen los patitos en fila, bah) como para encarar una misión así. Allí intercede Michael Burnham, que le tira la idea a Pike de acompañar a Saru a Kaminar para encarar la misión.

Ya en la superficie del planeta, Michael y Saru se topan con Siranna (Hannah Spear), la hermana del kelpien. Lejos de ser un encuentro emotivo, Siranna le termina recriminando a su hermano el hecho de haberla abandonado (y al resto de su gente) para irse de viaje por las estrellas. De hecho, se convirtió en sacerdotisa para poder, en cierta manera, aprender a vivir con esa partida.

Kelpiens que buscan kelpiens

Pero por más accidentado que sea, no hay mucho tiempo para seguir charlando de abandonos y recriminaciones. Saru, Siranna y Michael empiezan a recorrer las costas de Kaminar para seguir con la misión cuando son detectados por los ba’ul, quienes transportan a los kelpien como prisioneros a una de sus instalaciones.

Michael, ya de vuelta en la Discovery, intenta con la ayuda de la tripulación rescatar a Saru y Siranna. Pero esto no solo no tiene efecto, sino que los ba’ul activan su sistema de armamento y amenazan con destruir varios puntos de Kaminar.

Durante el cautiverio de Saru, nos enteramos que su raza no fue siempre oprimida y víctima de los ba´ul sino que, siglos atrás, había sido al revés. En el medio de toda esta explicación, que fue dada bastante a las apuradas, aparece finalmente el Ángel Rojo y termina desactivando el armamento de la raza predatoria de Kaminar.

Los ba´ul, una raza oscura y traicionara

A partir de ahora, es un nuevo comienzo para los kelpien, todos saben que no tienen que cumplir con ningún “gran balance” ni rendirle cuentas a los ba’ul, sino desarrollar su existencia como prefieran, incluso a riesgo de que los convierta nuevamente en violentos.

El episodio finaliza con Saru dejando nuevamente su planeta, aunque con la intención de volver pronto. Michael entiende que toda esta situación en Kaminar no fue casualidad y que el Ángel le está diciendo algo, con lo cual ella descubre cuál es su camino para encontrar respuestas. Debe volver a su hogar: Vulcano.

Saru tramando su escape

“Sound of Thunder” hace ciertas cosas muy bien desde el planteo y el desarrollo del episodio, con bastantes toques clásicos de narrativa Star Trek, dicho sea de paso. Sin embargo, se queda un poco sin nafta en la parte final.

Es realmente interesante todo este planteo de opresión racial. Pero lamentablemente, así como el episodio anterior pecó de sobre explicar mucho las cosas, en este caso hizo lo contrario. En pos de mantener un ritmo a la narrativa, se optó por simplificar temáticas que merecían un par de minutos más de análisis.

¿Quién serás y de dónde venis? angelito misterioso…

Otra cosa que tampoco hizo bien el episodio fue sacarse de encima tramas secundarias.

A la mitad del capítulo vemos al renacido doctor Hugh Culver (Wilson Cruz) siendo revisado en enfermería para detectar si tiene algún tipo de anomalía. Esto sería lo lógico, sobre todo si tenemos en cuenta que volvió a la vida hace poco, al ser traído de regreso a nuestro mundo desde una red micelial.

Ante la atenta, y sorprendida, mirada de su pareja, Paul Stamets, la doctora a cargo de la Discovery dice que el chequeo salió perfecto. Pero este análisis no se condice con la cara del dotor quien dice “no sentirse él mismo”.

La sub sub trama que el episodio no desarrolló

Lamentablemente, esta sub sub trama queda ahí, y pareciera haberse metida con fórceps dentro del episodio. Es entendible que lo hagan porque la resurrección de Culver fue un elemento fundamental del capítulo anterior, pero resumirla a tan pocos minutos en este nuevo envío no quedó del todo bien.

Lo mismo puede decirse de una charlita que Pike y Ash Tyler (Shazad Latif) tienen hacia el final del episodio. El capitán le acerca a Tyler un informe sobre todo lo sucedido en Kaminar para poner en ascuas a la Sección 31. De esa conversación nos quedamos con la idea que el Ángel, según los análisis de la Flota Estelar, podría ser un viajero del tiempo. Y también que Pike sigue manteniendo distancia con el ¿ex? klingon. Pero todo pasó tan rápido que ni nos dimos cuenta.

Esta escena también casi pasa desapercibida

Si hay una cosa que ya podemos elogiar de esta segunda temporada de “Star Trek: Discovery” es su valentía por querer tratar temáticas diversas, aunque ancladas en una trama principal, semana a semana. Hasta ahora, salvo en “Saints of Imperfection”, salió siempre bien. “Sound of Thunder”, pese a sus falencias, es otro capítulo sólido, en el que Doug Jones se lució como Saru, al mostrarnos diferentes facetas de este tan particular personaje.

La semana próxima, llega el momento más esperado de “Star Trek: Discovery” hasta ahora: el regreso de Spock. Y a juzgar por como la serie viene manejando la tensión con esta trama principal, no podemos estar más que ilusionados con lo que se viene.