Análisis | Sigma Theory: espionaje al estilo de un juego de tablero

Los juegos de estrategia enfocados en la conquista del mundo existen desde mucho antes de la llegada de los videojuegos, siendo el clásico Risk (aquí conocido como T.E.G.) uno de los exponentes más clásicos del género. Sigma Theory: Global Cold War toma la estrategia a nivel global desde la perspectiva de una nueva guerra fría, esta vez enfocada en la carrera por desarrollar tecnologías revolucionarias… con todo lo bueno y lo malo que ello podría acarrear.

La llamada “Teoría Sigma” es una verdadera revolución científica dividida en cinco ramas del conocimiento: Psicología, Salud, Robótica, Finanzas y Astrología. Las superpotencias del mundo comprenden de inmediato el enorme potencial de estos estudios y comienzan a investigar cada uno por su parte; pero, ¿podemos confiar en que los resultados serán utilizados para el beneficio de la humanidad? Y más aún… ¿pueden ellos confiar en que nosotros seguiremos esa misma filosofía?

Nuestro objetivo, entonces, es ganar la carrera investigativa y descubrir la Teoría Sigma principal antes que nuestros competidores. Para ello hemos de asignar científicos a las tecnologías que deseemos descubrir. Eso, claro, si las demás naciones no nos ganan de mano o, peor aún, si intentan sabotear nuestros esfuerzos. Bien dicen que quien pega primero pega más fuerte, ¿no?, y por eso nuestra primera misión es reclutar a cuatro agentes especiales que viajarán por todo el mundo a nuestras órdenes, a fin de descubrir la identidad de los científicos extranjeros y, de ser posible, convencerlos para que se unan a nuestra causa; aunque para ello a veces quizá haya que usar métodos más directos y forzados.

Agentes para todos los gustos

En su núcleo, la jugabilidad de Sigma Theory se limita a mover piezas por el tablero del mundo y realizar acciones en distintos países. Nuestros agentes podrán investigar el país en el que se encuentran, ya sea para un reconocimiento general, para hackear la infraestructura de sus sistemas, o para descubrir la identidad y características personales de su actual líder o las de los científicos asignados a la iniciativa Sigma de aquella nación. Saber la situación de cada científico será de extrema utilidad para intentar un acercamiento sentimental, monetario o ideológico a su persona; siempre teniendo el rapto a la fuerza como último recurso.

Para ello también tendremos que tener en cuenta las características de nuestros propios agentes: sus niveles de inteligencia y fuerza los harán particularmente aptos para ciertos trabajos, mientras que una lista de perks de personalidad definirán beneficios y problemas a la hora de enfrentar obstáculos en el camino. Un agente Leal jamás abandonará a su nación, pero uno que sufra de Poco Carácter será más influenciable por el enemigo.

El tablero de juego

Claro que nada es tan sencillo como mandar una unidad a tal o cual país y realizar acciones. Debemos tener en cuenta nuestra actual relación con dicho territorio y el nivel de alerta que su gobierno tiene para con nosotros. También hay que asegurarnos de que nuestro agente no tenga pedido de captura en tierras extranjeras, o podría sufrir una desagradable sorpresa al llegar a las mismas. Hay formas de lidiar con estos inconvenientes: un buen hacker puede atacar los sistemas informáticos de la nación e influir en las mismas para bajar su nivel de alerta, obtener información de los científicos, robar los avances de su Teoría Sigma y hasta cancelar pedidos de captura e instalar malware en su red.

Cuando ya tenemos a un científico extranjero en poder de un agente es necesario realizar una extracción. Estas secuencias muestran un recorrido por las calles de la ciudad en el que tendremos que tomar decisiones para evadir problemas de la mejor forma posible. Aquí es donde el estudio previo del terreno será de gran utilidad, así como haber obtenido un arma o contar con el apoyo logístico de nuestros drones de vigilancia y ataque, que también podemos mover por todo el mundo para asistir a nuestros agentes o, si se da el caso, a otras naciones en conflictos armados menores.

Cuando todo lo demás falla, la diplomacia puede tener su oportunidad. Es posible solicitar entrevistas con los líderes del mundo para intentar ganarnos la estima de su país o para solicitar favores especiales. Investigar a estos líderes nos brindará datos de gran utilidad para inclinar la balanza a nuestro favor; pero salir mal parados de la charla sólo traerá nuevas complicaciones.

El saludo indicado para la persona precisa

Y como las cosas no se habían complicado lo suficiente, luego tenemos los resultados de las investigaciones, las irrupciones de los grupos de interés y la preocupante presencia del Reloj del Fin del Mundo. A medida que el mundo obtiene nuevas tecnologías los responsables del descubrimiento deben decidir si se quedan con lo descubierto o si pasan sus descubrimientos a manos privadas. Nuestras decisiones pueden acarrear beneficios a nivel global o a nivel táctico personal, y otras naciones pueden valerse de sus nuevos juguetes, incluyendo la tecnología para hacer a sus científicos incorruptibles o de dotar a sus fuerzas armadas de exoesqueletos que los vuelven una fuerza a temer en el campo de batalla.

Las irrupciones de los grupos privados son intimidantes. Estos representantes pretenden obtener ciertas tecnologías para ellos mismos, por las que están dispuestos a darnos considerables beneficios si jugamos de su parte. Sin embargo, darles la espalda resultará en problemas a futuro; y pueden ser problemas serios, ya que parte de los afectados son los representantes de nuestra propia nación, cuya opinión hacia nosotros puede variar y, si acaso baja demasiado, nos quitarán acceso a algunas comodidades, como el uso de los drones.

El sarcasmo estuvo de más

Finalmente, está el infame Reloj del Fin del Mundo. Ese maldito medidor contará los minutos para llegar a la Medianoche, el escenario que marca el fin de la humanidad. La obtención de ciertas tecnologías y especialmente el uso que la nación que las descubrió les dé afectará al Reloj, sumando o restando minutos. Nuestras propias decisiones al hablar con el representante de nuestra nación puede alterar el valor del Reloj; y esto no sería tan malo de no ser por una de las fallas del juego, y es que algunas opciones a la hora de decidir no son lo suficientemente claras como para tomar una decisión correcta.

Esto también puede verse al momento de reclutar nuevos agentes. Es necesario leer la Bio de cada uno, porque antes de aceptar servirnos tenemos que convencerlos contentando una pregunta cuya respuesta depende de la personalidad del sujeto. No suena tan mal, pero algunos agentes me rechazaron por contestar cosas que iban de acuerdo a su Biografía. Algo similar ocurre durante los eventos en los que hay que tomar decisiones: nunca estamos totalmente seguros de que lo que estamos a punto de elegir sea lo que realmente queremos.

Nuestro camino al éxito

Un ejemplo que me ocurrió durante mi juego: se me informa de una situación y, a mi parecer, la opción “Tell the Press” (“Hablen con la Prensa”) significaba que mi representante hable con la Prensa para exponer la situación. Lo que terminó ocurriendo es que “Tell the Press” quería decir “Decirle a la Prensa”, es decir, exponer a mi propio representante; todo lo contrario que yo esperaba; y eso terminó en una respuesta negativa. Estos momentos de ambigüedad aparecen con relativa frecuencia.

Lamentablemente, ese no es el peor de los problemas de Sigma Theory. El juego sufre de varios bugs a nivel técnico, al punto que mi primera partida quedó literalmente trunca llevando dos horas de decisiones tácticas. La total falta de opción de guardado (todo se graba en un único archivo) me forzó a tener que iniciar la partida desde cero. Esto ocurrió en el Modo Historia, mientras que mi partida en el Modo Clásico pudo ser jugada de principio a fin sin inconvenientes. Quizá haya sido algo no demasiado frecuente, pero ocurrió y fue de suficiente magnitud como para hacer la partida injugable, así que hay que tenerlo en cuenta. Aquellos interesados en el juego, por favor sigan las noticias de los desarrolladores para ver si se soluciona este problema mediante un parche.

Sí, podemos reclutar a un perro cyberpunk

Sigma Theory: Global Cold War es una idea interesante; un juego de tablero digital que se juega en solitario, aunque funcionaría muy bien en un potencial modo multijugador que, por ahora, no existe. El juego en sí es un tenso tire y afloje en una nueva carrera entre naciones por obtener el dominio mediante descubrimientos tecnológicos. Pese a esto, no llega a brillar del todo y tiene varias asperezas en su diseño y ejecución, varias de las cuales, por suerte, solucionables con un par de actualizaciones.

SIGMA THEORY

21/11/2019 (PC)
6.5

Debí reiniciar Sigma Theory: Global Cold War luego de que una serie de bugs hicieran la sesión de juego imposible de continuar, pero en mi siguiente intento pude llegar hasta el final de la partida, terminando en primer lugar. Más allá de esos desperfectos, el juego es una propuesta interesante en el género de la estrategia a nivel global, pero personalmente siento que algunas de sus decisiones de diseño lo vuelven más difícil de lo que realmente es. Lo jugué en PC durante 10 horas Recomendado para fanáticos del T.E.G. El juego fue provisto por el desarrollador.