ANÁLISIS | Saints Row: The Third – Remastered

Cuando la pasada generación aún estaba en pañales y Rockstar nos deslumbraba con GTA IV, Volition nos sedujo con su versión desenfadada e irreverente de los juegos de mundo abierto. En ese entonces Saints Row se impuso a fuerza de una jugabilidad arcadosa, con un motor de física poco riguroso y un sentido del humor polémico que terminó siendo su sello de identidad. La saga alcanzó su punto álgido en la tercera entrega, publicada en 2011, porque logró promediar todos estos elementos con una jugabilidad un poco más pulida y un sistema de progresión que resultaba fresco y llevadero.

Saints Row®: TheThird™ – Remastered Announce Trailer (Official)

Luego del fracaso comercial de Agents of Mayhem en 2017, Volition entendió que deberían volver a enfocarse en la gallina de los huevos de oro, por eso decidieron remasterizar el Saints Row más popular así volver a llenar sus arcas. Para este trabajo contrataron a Sperasoft, un estudio con vasta experiencia en ports que ha participado en el desarrollo de títulos de la talla de Quantum Break, The Outer Worlds o Call of Duty Black Ops 4, y decidieron mantenerse al margen para poder enfocarse en Saints Row 5. El resultado es una actualización del clásico que, si bien mantiene sus puntos altos y logra traer la experiencia a los estándares de la generación actual, termina dejando bastante que desear.Para esta remasterización el equipo de Sperasoft se centró en aggiornar el apartado técnico, en especial las texturas, los modelos y los efectos de iluminación en tiempo real, pero dejó la jugabilidad intacta, incluyendo bugs, el motor de física y la IA de hace una década. Esto resulta en capturas de pantalla espectaculares y una mejora en el rendimiento, especialmente si juegan en PC, pero en una experiencia general propia de otra época. Por un lado podremos pasear a toda velocidad por una Steelport renovada con texturas nuevas y hermosos efectos de iluminación, en alguno de los vehículos especiales incluidos, y por el otro nos quedaremos trabados contra un poste de luz caído que el personaje no puede atravesar caminando o saltando.

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El contraste entre el trabajado apartado visual y el abandono de lo jugable es constante, todo se ve de maravillas pero padece de errores u omisiones incomprensibles para un lanzamiento de este nivel. A veces el protagonista decide dejar de responder a un comando, como el de recargar el arma, hasta que reiniciemos el nivel. Otras veces la IA se traba contra un objeto y nos arruina el progreso, esto pasa mucho en las misiones en las que un personaje conduce mientras nosotros disparamos desde el vehículo y resulta frustrante. Los bugs no terminan ahí, a veces no nos muestra la vista previa de los objetos cosméticos, algunas misiones no progresan porque sucede algo inesperado que la IA no logra resolver y hasta hay ocasiones en las que la misión directamente no inicia. Algunos de estos problemas seguramente serán resueltos con parches, pero no creo que lleguen al punto de reemplazar la Inteligencia Artificial que por lo general verdaderamente da lástima.

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Más allá de los problemas mencionados esta remasterización respeta a rajatabla la obra original, sumando a la experiencia los 3 paquetes de misiones y más de 30 DLC cosméticos, por lo que los fans estarán más que satisfechos. La cantidad de misiones, trajes y vehículos a nuestra disposición puede resultar un poco abrumadora al comienzo, pero si nos limitamos a seguir las misiones recomendadas todo cobrará sentido rápidamente. Sin embargo los jugadores nuevos notarán que la simpleza de los objetivos muchas veces roza demasiado lo básico, con misiones que se presentan espectaculares pero se resuelven masheando un botón y avanzando hasta cierto punto, ya sea con el skin de un tanque de guerra, un helicóptero o una gigantesca y colorida bola de lana. Claro que hay misiones divertidas y que aún hoy sorprenden, pero son las menos y cuando encima nos cruzamos con bugs o problemas de física la diversión se termina tan rápido como llegó.Saints Row: The Third siempre fue un juego polémico, de eso no cabe duda, pero tanto el público como la sociedad cambiaron a lo largo de los últimos nueve años y la industria evolucionó mucho. Esto implica también una nueva división en la audiencia, ya sea porque el tipo de humor envejeció mal o nosotros mismos cambiamos, y cuando la propuesta jugable no ayuda a superar estas diferencias directamente puede llegar a generar rechazo. Lo que en 2011 podía hacernos reír a carcajadas hoy podemos verlo como la perpetuación de un estereotipo hiriente, o quizás ya no nos cause gracia una escena de humor escatológico y forzada que avergonzaría hasta al mismísimo Steve-O. Esto no está necesariamente mal, de hecho es algo que caracteriza a la saga, pero es un factor a tener en cuenta si no están familiarizados con la propuesta.

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La remasterización de Saints Row: The Third fue una decisión sencilla para Volition, está considerada la mejor entrega de la serie y el juego en sí no necesitaba demasiado trabajo, pero se siente como una oportunidad desperdiciada. Si además de ocuparse del apartado técnico Sperasoft hubiera pulido un poco la experiencia jugable, actualizado la IA y resuelto los problemas más evidentes, quizás habría valido la pena revisitarlo 9 años después. En PC se ve y se juega bien, de hecho es la única plataforma en la que funciona a 60 FPS, pero en consolas aprueba con lo justo. No se entiende por qué no hay sincronización vertical en las cinemáticas, que en PC se ven con bandas y parpadeos, ni la razón por la que aún en PS4 Pro y Xbox One X la tasa de cuadros por segundo sigue limitada a 30. Al final del día es difícil evitar la sensación de estar jugando algo viejo, que responde a una tendencia que ya pasó de moda, con una propuesta que envejeció mal y que solo resultará atractiva para el nicho de fans que esté dispuesto a pagar cuarenta dólares por algo que ya jugó.

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SAINTS ROW 3 REMASTERED

22/05/2020 (PC, PS4, XONE)
6.5

Había jugado el original en su momento y siempre me pareció demasiado simplón, pero entonces compensaba con humor e irreverencia. Hoy, nueve años después, el lavado de cara general no resulta suficiente para justificar los 40 dólares que cuesta ni mucho menos invertir las 50 horas de tiempo libre que completarlo supone.