La última vez que vimos a los Saints fue allá lejos por el año 2013, en el cierre de una serie que encontró su identidad en el desenfreno y el humor absurdo, abriéndose un espacio copado por Rockstar a la cabeza, con otros juegos que supieron aportar lo suyo y lo hacían muy bien, como es el caso de Sleeping Dogs. Casi diez años más tarde llega este “reboot” de franquicia, obra de Volition, que cae en manos de nuestro Rippy Rizza para el análisis. Tras tanta expectativa, ¿qué tanto cumple Saints Row con lo que se esperaba de él?
“Saints Row es lo que de manera infame solemos llamar una “carta de amor” pero a sí mismo” arroja Rippy como concepto para declarar que estamos a las claras ante un título que se entra en referencia constante a sí mismo, e intenta acentuar las bondades que ya conocemos de la serie. En esta oportunidad, la acción se traslada a Santo Ileso: una ciudad fronteriza en la que el territorio se disputa entre varias facciones y que invita al jugador a forjar su propio imperio del hampa, siempre con la personalización a la cabeza de la experiencia.
La novedad desde lo narrativo es que estamos ante una historia realmente bien planteada, con personajes a los que Rippy define como una “banda de idiotas adorables” de quienes tranquilamente podría consumir una serie dedicada a ellos. Un grupo querible con quien será sencillo forjar vínculos, alcanzando un interés genuino misión tras misión. En este sentido, Saints Row no es el juego más lúcido del momento: si bien las misiones poseen “grandes momentos de acción a la Uncharted”, la propuesta está compuesta por misiones que “ya eran repetitivas en 2013”.
Así y todo, Saints Row cumple en esto de divertir, convirtiéndose en el juego ideal para quienes “buscan esa experiencia GTA de cyber”. El mismo concepto aplica prácticamente para todos los aspectos que componen a esta experiencia. Desde el punto de vista técnico, la cuestión apunta a consolas de actual y anterior generación, lo cual lleva a sospechar ciertos recortes en el espectáculo visual. Y si bien se las ingenia para ofrecer algunos momentos de espectacularidad, Saints Row no logra distinguirse tampoco como un nuevo benchmark en lo que a mundos abiertos se refiere, más bien todo lo contrario. La ciudad, los entornos y los escenarios de juego son vistosos pero se sienten vacíos y carentes de vida como algunos de los clones de GTA de 2013 y para atrás también.
Ese espíritu “cumplidor” es el principal talón de aquiles en la experiencia que ofrece Saints Row, más allá de que cumpla con el objetivo de lograr entretener. Rippy remata: “Valiéndose de un arsenal de misiones secundarias que ya eran repetitivas en 2013, este título es ideal para quienes querían esa experiencia GTA de cyber, pero no para quienes busquen algo Next Gen. Aún así, este regreso tiene cosas para ofrecer. Sus misiones principales suelen tener grandes momentos de acción como si fuera un Uncharted, la personalización sigue a la orden del día y la historia está tan bien escrita e interpretada, que me dejó con ganas de una serie televisiva. Saints Row es efectivo, pero genérico”.