ANÁLISIS | Risk of Rain 2

El salto a 3D no siempre es fácil. Desde los primeros grandes intentos de la industria por pasar a sus icónicos personajes de la simplicidad del 2D a los nuevos mundos tridimensionales, hemos podido atestiguar toda clase de resultados. Hopoo Games sabía que se estaba jugando una carta muy controversial, en particular porque sus títulos anteriores, si bien brillantes (Deadbolt y el primer Risk of Rain), también eran juegos limitados al pixelart plataformero. ¿Pueden, entonces, lograr algo en el universo poligonal? Tal vez Risk of Rain 2 tenga la respuesta.

Debo comenzar esta reseña haciendo notar que Risk of Rain 2 se encuentra, al momento de escribir este texto, en Early Access. Eso no quiere decir que, en su estado actual, no sea una total y absoluta diversión explorar sus niveles y disparar a todo lo que se nos cruce, porque afortunadamente el bendito salto a 3D le dio a la serie más bendiciones que maldiciones, y todo apunta a que el juego sólo puede mejorar de aquí hasta su lanzamiento final.

Para aquellos que no hayan jugado el primer juego, el Risk of Rain original nos ponía en los trajes protectores de una serie de sobrevivientes a la destrucción de una nave espacial, que caían a un planeta e inmediatamente debían sobrevivir a todo lo que el juego se le ocurriera lanzarles a la cara. Lo cierto es que el núcleo de esta secuela es prácticamente un calco de la primera aventura, aunque se sugiere que toma lugar luego de aquella. Una vez más, nuestro objetivo es descender al planeta y masacrar bichos haciendo pleno uso de las habilidades propias de cada sobreviviente, mejorando nuestras posibilidades con la obtención de ítems de apoyo.

Algunos son bichos grandes y bastante letales

De hecho, Risk of Rain 2 es prácticamente un calco de las mecánicas del primero: cada nivel consiste de un mapa con elementos procedurales, obtenemos dinero de eliminar enemigos y abrir ciertos recipientes, usamos el dinero para abrir cajas y adquirir otros ítems, debemos encontrar un teletransportador en algún lugar del nivel, activarlo y enfrentar al tremendo jefazo que surge del mismo. Enjuagar y repetir.

Incluso el sistema de dificultad toma la base del original: comenzamos el juego con enemigos sencillos, pero con el tiempo el medidor de dificultad va en constante aumento, lo que pone cierta presión en que encontremos rápido el transportador, o la ferocidad de los enemigos será insostenible. Por otro lado, no tomarnos unos minutos para explorar el mapa, ganar dinero e invertir en mejorar nuestros atributos es casi una sentencia de muerte, así que se forma un interesante desafío entre navegar los niveles con presteza y hacer todo cuanto podamos por acumular tantas mejoras como nos sea posible.

Abriendo cajas al vuelo

El verdadero éxito de Risk of Rain 2 está en el salto al 3D. Volver a jugar el juego original luego de haber experimentado las bondades de esta secuela revela todas las limitaciones de aquella vieja instancia. Pero no todo es perfecto; una de las dificultades del salto al 3D es que encontrar el transportador en cada nivel se vuelve mucho más complejo, aunque comprensible: hemos pasado de una vista plana que no permite demasiados sitios para ocultar un área específica, a mapas poligonales con suficientes escondrijos para que el transportador pase casi desapercibido.

La exploración de mundos tridimensionales se complementa con un muy mejorado sistema de combate; que no abandona el equipamiento obligatorio del primer juego, pero que sí potencia el arte de apuntar y disparar en 360º. Hay que decir, eso sí, que nuestras primeras incursiones en el juego serán bastante toscas; en particular porque somos lanzado a la lucha sin un tutorial que explique los comandos básicos, así que… ¡buena suerte!

¡La vas a necesitar!

Vamos a morir, y mucho. No se sorprendan si no pueden pasar el primer nivel luego de varios intentos, pero tampoco se rindan. Es un primer baldazo de agua fría tras el cual las cosas se ponen mucho, muchísimo mejor. Encarar el juego una y otra vez va habilitando nuevos ítems de apoyo que pueden aparecer en partidas subsecuentes, aumentando cada vez más nuestras posibilidades de éxito. Algunos de estos objetos potenciarán ligeramente nuestro daño final, nos darán la posibilidad de lanzar misiles con nuestros ataques, o harán que algo del daño causado a un enemigo salte a los enemigos adyacentes. Son más de 70 ítems cuyos poderes son acumulativos, de manera que si obtenemos cinco ítems iguales, el efecto se verá potenciado; y eso, cuanto más avanzamos en el juego, se siente con mayor fuerza en nuestros ataques. Y más vale que así sea, porque el poder de las hordas enemigas aumenta casi a la par nuestra; si no es que más.

¿Me permiten un consejo? Empiecen a jugarlo en Dificultad Fácil. No tengan vergüenza de ello, que incluso en ese nivel el desafío es considerable, aunque no tanto como el súbito salto del Modo Normal. Primero acostúmbrense a los controles, aprendan a reconocer qué ítems funcionan mejor que otros, y luego encaren. Van a disfrutar el juego mucho más si siguen una curva de dificultad más suave.

Tengo flashback de Breath of the Wild…

Y es que la dificultad es un severo punto a tener en cuenta. Una vez más, la dificultad Normal muestra sorpresivos picos de pura tortura en la que los enemigos vienen de todos lados y nos masacran sin misericordia; aunque sigue siendo mucho más amigable que las dificultades del juego original. Otro problema para los nuevos jugadores es sólo poder elegir a un único sobreviviente al inicio del juego, cuyos poderes y habilidades resultan aburridas tras usarlas unas pocas veces. Será posible habilitar otros sobrevivientes al cumplir ciertos requerimientos dentro del juego, lo que nos sigue dando incentivos para probar, probar y volver a probar. Estos nuevos personajes ofrecen diferentes estilos de juego, a veces más tácticos, otras veces más directos. Entre ellos seguramente encontraremos nuestro estilo de lucha favorito, aunque para eso primero habrá que habilitarlos.

Más jugadores = Más caos

Si bien se puede jugar el juego en solitario, la verdadera diversión de Risk of Rain 2 está en su opción multijugador. Hasta cuatro jugadores online o en local pueden encarar la aventura, juntos; y cuando en el grupo hay diferentes sobrevivientes, las posibilidades tácticas aumentan exponencialmente: de repente un Ingeniero puede proteger al grupo dentro de su campo de fuerza mientras sus torretas distraen a los monstruos, dándole oportunidad a la Cazadora de lanzar su fantástico búmeran rebotador para despachar criaturas menores. Además del juego tradicional también podemos encarar las Pruebas Prismáticas, partidas preestablecidas, idénticas para todos, a fin de ver quién las termina en el menor tiempo posible.

¡Lo que viene, lo que viene…!

Risk of Rain 2 consigue mucho con sistemas y elementos que, en un principio, pueden parecer excesivamente repetitivos. La lenta habilitación de nuevos ítems y personajes va dotando cada nueva partida de mayor potencial; y una vez que le tomamos la mano a los controles—y a el potencial de cada sobreviviente en particular—podremos sacarle todo el jugo al juego; más aún si lo disfrutamos con amigos en multijugador.

Todavía falta para el lanzamiento final de Risk of Rain 2 en 2020, pero el juego ya es perfectamente funcional y de aquí hasta entonces iremos recibiendo nuevo contenido para que siempre tengamos una nueva excusa de volver a jugar. Juguemos, pues

RISK OF RAIN 2

28/3/2019 (PC, Early Access)
8.5

LO MEJOR:

  • Un gran salto del 2D al 3D.
  • Cuanto más jugamos, más cosas habilitamos.
  • Súper entretenido, ya sea en solitario o en multijugador.

LO PEOR:

  • Las primeras partidas serán un martirio.
  • Los personajes usan siempre las mismas armas.
  • La dificultad sigue siendo elevada.