A pocos días de su estreno mundial, tuve la suerte de poder jugar al remake de Resident Evil 4 y volver a enamorarme de todo aquello que hizo grande al título original. Esta nueva versión se mantiene fiel, pero logra alcanzar su propia impronta con pequeños cambios y un combate que se siente abismal. Una nueva experiencia, renovada y llena de amor hacia las buenas prácticas.
No puedo hablar del remake de Resident Evil 4 sin analizar todo el trabajo que viene haciendo Capcom. Dejemos de lado la inmensidad con la que trata a la franquicia, sacando un remake y otro juego que sigue el canon original, completamente nuevo. Hagamos foco en el aprendizaje. El remake del primer Resident Evil fue un comienzo, tímido si me permiten, que indicaba el buen camino. El remake de Resident Evil 2 fue la cresta de la ola, el Black Album de Metallica. Algo que muchos pensaron difícil de superar.
Con todo ese peso encima, intentaron abarcar más terreno. En el remake de Resident Evil 3, siguieron por aquel camino, pero se tomaron ciertas libertades, apostando a una formula que mantenía sus bases, pero se sentía ligeramente diferente. No cabe duda que fue un gran juego, pero las aguas se dividieron. El juego tomaba ciertas decisiones, quitaba cosas puntuales del título original, y la gente se hizo escuchar. Para esta cuarta entrega, Capcom vuelve a poner en práctica la formula: observar, analizar y aprender. Así como lo hizo con otras sagas como Monster Hunter o Devil May Cry, retoma aquel punto más alto, lo moldea, y nos entrega el remake de Resident Evil 4. A mi entender, uno de los mejores exponentes de la franquicia hasta el momento. Supera al remake de la segunda entrega, y supera al Resident Evil 4 original.
Sí, es un remake. Lo sé. Toma como base al Resident Evil 4 que salió en 2005 de una forma bastante fidedigna, pero al mismo tiempo, con muchas libertades. El videojuego original, era una ruptura en el paradigma que Capcom venía potenciando con sus tres primeras entregas, y la cuarta parte rompía con todo lo que conocíamos: por primera vez, teníamos frente a nuestros ojos un videojuego que se centraba más en la acción que en su costado survival horror, regalando así una experiencia completamente nueva. Resident Evil 4 Remake, que tiene su lanzamiento oficial el próximo 24 de marzo, logra lo mismo que aquella joya del 2005: hacernos vivir una experiencia nueva.
¿Cómo puede ser una nueva experiencia si es un remake? La respuesta es fácil, y se basa en todo ese aprendizaje que me tomé el tiempo de explicar al principio. Este remake toma lo mejor de aquel título original y lo potencia, lo aggiorna, le da más profundidad a sus personajes, le da más impronta a su narrativa, y realiza un par de mejoras y agregados que son los que terminan por darle ese sentimiento especial. Jugar este renovado Resident Evil 4 te hace sentir que el alma y la búsqueda del título original se mantienen intactas, pero con una energía diferente. El juego te mantiene atrapado porque minuto tras minuto la propuesta va creciendo. Los momentos de acción son cada vez más complejos y la historia tiene varias sorpresas que te atan, prácticamente, al joystick. Es de esos títulos en los que podés jugar 10 o 12 horas de un tirón sin darte cuenta.
Una de las primeras cosas que llama la atención es su aspecto visual, soberbio y maravilloso tal como Capcom nos tiene acostumbrados. Desarrollado sobre el RE Engine, donde también se hicieron otros títulos como Resident Evil 7 (2017), Resident Evil 2 (2019), Devil May Cry 5 (2019), Resident Evil 3 (2020) o Resident Evil Village (2021), este juego lleva al motor a picos de exigencia por el casi obsesivo control sobre los detalles visuales. Desde las sombras y los reflejos potenciados por el Ray Tracing, hasta el trabajo minucioso en cada asset que vemos durante el recorrido. Las texturas de las paredes, la vegetación, la arquitectura, detalles intrincados como los dibujos que vemos en muchas piezas metálicas o algunas otras tallas en piedra.
Podría estar horas mencionando cada hermoso detalle que me encontré en el camino. En este sentido, me atrevo a decir que todos los diseños tienen su propia impronta, sin importar lo pequeños o poco redundantes que puedan ser.
Respecto a los personajes, Capcom no busca el realismo, como sí lo hicieron otros juegos como el remake de Dead Space, por ejemplo. Tanto Leon, como Ashley, Ada Wong (te amamos, Ada) y el resto de los personajes, tienen un tratamiento un tanto caricaturescos, por así decirlo, que se aleja del realismo pero que, contrariamente a lo que se puede pensar, le da esas vibras de Resident Evil que tanto queremos ver. Esto también recae en la historia y en esa mirada particular y hasta irónica que Japón tiene sobre los héroes americanos y sus damiselas en peligro.
Leon es el clásico bad ass con entrenamiento militar que nunca se da por vencido, carilindo y con un cuerpo esculpido por los dioses egipcios, que tira frases épicas cuando aniquila a enemigos peligrosos. Ashley sigue siendo la chica en apuros a quien debemos cuidar, proteger aunque nos cueste la vida. Esta mirada irónica sobre el formato cinematográfico de la acción hollywoodense de los años 80s y 90s sigue retratada de la misma forma que en el título original, solo que en esta nueva versión tiene algunos agregados dignos de las películas más taquilleras, sobre todo en las cinemáticas.
Así como el aspecto visual llama la atención a primera vista, el combate es, sin duda alguna, lo que define al juego. Este nuevo Resident Evil 4 es un juego de acción hecho y derecho, duro y puro, que mantiene el concepto “tanque” de los controles pero le da una dinámica increíble, una soltura precisa que, como en el resto de las cosas, tiene el halo ese de los viejos Resident Evil, pero congeniando con una experiencia de combate completamente nueva. Los controles se sienten una pluma, el personaje responde perfecto y la variedad de armas y movimientos generan muchísimas formas de encarar los combates. Nada te limita. No es A o B. Tenes varias posibilidades y vos podés elegir cómo avanzar. ¿Querés sigilo? Tenés sigilo. ¿Querés explosiones, disparos y carnicería? Lo tenés. ¿Querés mezclar ambos mundos? También podés hacerlo. En ese aspecto, este Resident Evil es divertidísimo por la gran variedad de opciones que nos da.
Más allá de esto, el principal agregado de este remake tiene que ver con el cuchillo que llevamos como parte de nuestro arsenal básico. En el titulo original, el cuchillo servía para romper cajas y poco más. En esta versión, el cuchillo se convierte en una extensión de nuestro cuerpo: podemos defendernos de casi cualquier ataque cuerpo a cuerpo y podemos utilizarlo como arma principal (y bastante efectiva a decir verdad) cuando nos quedamos sin municiones. Literalmente, el cuchillo pasa de ser un arma secundaria a un arma principal como parte de la estrategia de ataque y de defensa. Cuando le agarramos la mano y nos acostumbramos a su rápido uso, se convierte en un objeto indispensable. Uno que también vamos a poder upgradear, como el resto de las armas, ya que ahora su durabilidad es finita y se nos rompe si lo usamos demasiado.
En ese contexto, volvemos a tener a un mercader que nos persigue durante todo el juego, apareciendo luego de momentos de caos absoluto, o antes de extensas exploraciones, para que podamos vender algo, reparar o upgradear nuestras armas, e incluso comprar nuevas. Junto a él, siempre encontramos la majestuosa máquina de escribir, un elemento icónico en toda la saga Resident Evil que nos permite guardar la partida. Como en el resto de los títulos, vamos a poder combinar elementos, plantas, crear municiones y otros objetos que nos van a servir parar encarar la aventura mejor preparados.
Si bien este remake es un juego de acción, como dije en un principio, nunca olvida sus orígenes de survival horror, y la administración de recursos que tenemos que hacer, no solo dentro de nuestro valija táctica sino en miras a nuestro futuro cercano, nos recuerda por qué esta franquicia es de las más importantes dentro del género. La acción se vuelve necesaria para nuestro entretenimiento, y la administración de recursos, se vuelve vital para lograr nuestro objetivo.
Y en referencia a esto último, no solo hay acción en este Resident Evil 4, sino que también hay terror a mansalva. Hay muchísimas situaciones planteadas desde la perversidad de la historia, que, gracias a climas creados a la perfección, nos llenan de tensión y nos ponen los pelos de punta. El uso de los sonidos para generar ambientes opresivos y agorafóbicos, así como el uso de la oscuridad en su recurso más básico y primitivo, resultan ser terriblemente efectivos: el miedo a lo desconocido, el miedo a quien nos acecha y no se deja ver. Todo esto está atado a un perfecto diseño tanto de niveles como de las situaciones que ocurren en dichos momentos, y resulta ser otro de los claros ejemplos a la hora de afirmar que el trabajo detrás de este título roza la perfección.
Otra vez, Capcom nos deja boquiabiertos. Recién estamos a mitad de marzo y este Resident Evil 4 es uno de los mejores juegos del año, junto con el remake de Dead Space. Estamos frente a una propuesta inmensa, con un costo y diseño de producción asombroso, que se ve reflejado en cada uno de los aspectos del juego. La dirección es increíble, el diseño es increíble. El aspecto visual, el aspecto sonoro, las cinemáticas, los diálogos, la historia, los personajes, lo épico de la propuesta desde la acción que plantea. Todo brilla con luz propia y, voy a repetirlo de nuevo, el mayor logro es que nos da una experiencia enorme y completamente renovada, logrando generar esa emoción, ese impacto y esa tensión que logro su versión original, todo esto potenciado gracias a un gameplay impresionante y un sistema de combate que es una carta de amor a todo lo que está bien. Resident Evil 4 Remake es el juego de acción con toques de survival horror que estabas esperando.
Puntaje: 9.5
Resident Evil 4 Remake tiene previsto su lanzamiento el 24 de marzo de 2023 en PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox Series y PC. La historia principal y sólo el 50% de las misiones secundarias me tomaron poco más de 25 horas en PlayStation 5.