ANÁLISIS | Postal 4: No Regerts, una secuela que se quedó en el tiempo en todo sentido

Postal 4 es la secuela de Postal 2, un videojuego que supo ganarse el odio de muchos y el amor de otros tantos por su contenido hiperviolento y su humor escatológico y negro, del estilo “no me importa nada”. Running with Scissors, el estudio detrás de esta locura, vivió del éxito de la segunda parte al punto que la revivió con la expansión Paradise Lost que salió 12 años después del juego original, en 2015, y le dio nueva vida a todo este universo de matanza, humor sexual y burla política. Así fue como llegaron el remake del primer Postal y el juego que nos ocupa hoy, una cuarta entrega que está destinada a sepultar por completo al olvidable Postal III y que estuvo casi 3 años en el Acceso Anticipado de Steam.

TODO SOBRE POSTAL 4: ¿VALE LA PENA JUGARLO? // MALDITOS GAMES

Para saber de dónde sale Postal 4, hay que hablar un poco de Postal 2, un juego que fue considerado por muchos como el peor de la historia en 2003, pero que, con el tiempo, se ganó el mote de juego de culto. La verdad es que se pueden decir un montón de cosas malas de esta segunda parte, pero también hay que reconocerle lo atrevido que fue para criticar la cultura estadounidense en una época en la que el país yanqui era visto como el héroe de la guerra de Irak. Su contenido violento estaba encarado desde un ángulo de humor y lo cierto es que, a pesar de verse barato y cutre, hay quienes disfrutamos de eso, como nos pasa con juegos como Deadly Premonition o películas como The Room.

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Pero claro, Postal 2 funcionó en 2003. Hace casi 20 años, South Park también se la pasaba haciendo chistes de matar a Kenny o buscaba que nos riésemos con simplezas como caca, culo, pedo y pis. Hoy en día la serie tiene un humor igual de crudo, pero más comprometido con las realidades actuales y más inteligente. Se puede decir que la serie creció con su audiencia. Postal, por el contrario, no cambió para nada.

Entonces, Postal 4 es un juego que se siente fosilizado en los años 2000s. Visualmente se ve como una remasterización de la segunda entrega: las texturas tienen más resolución, pero tenemos los mismos modelos de personajes llenos de polígonos y los escenarios igual de aburridos y vacíos. La interfaz es absurdamente incómoda también. Y en cuanto al gameplay, ni hablar: Running with Scissors no incluye ningún tipo de mejoras de calidad de vida. Básicamente quieren que sintamos que estamos jugando una secuela fiel a Postal 2.

Teniendo en cuenta esto último, podríamos perdonar su apartado técnico añejo. Pero los problemas aparecen por otros lados.

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Al igual que en la segunda parte, Postal 4 es un juego de mundo abierto que está dividido en días de la semana, del lunes al viernes, y nos pone a cumplir tareas cotidianas como pagar una multa, salir a buscar trabajo o ir a la tienda a comprar algo. Su humor parte de ahí: el protagonista, a quien se refieren simplemente como Postal Dude en todas las entregas, es un tipo normal que está intentando encajar en una sociedad que le toma el pelo y reacciona con violencia ante cualquier cosa que haga.

El juego comienza cuando te roban el auto y la casa rodante, así que no te queda otra que agarrar la pala –literal– y tomar los peores trabajos, como el de limpiar a palazos los excrementos de la ciudad entera metiéndote a las alcantarillas. Y todo esto es siempre por una paga nefasta en una sociedad en la que todo sale caro. En sus momentos más inteligentes, Postal 4 refleja esto en el gameplay. Los transeúntes que están dando vueltas por ahí pueden reaccionar con violencia porque les place, ya sea a los tiros o a los insultos, o pueden llegar a robarte el vehículo que te costó carísimo, obligándote a moverte a pata en un mapa que es chico, pero que es sumamente aburrido para transitarlo caminando. El pueblo de Edensin, Arizona, donde vive Postal Dude, reúne a las peores personas del planeta y vos sos uno de ellos. Y como pasa en las entregas anteriores, en Postal 4 podemos dar rienda suelta a la violencia sin culpas (No Regerts) porque todos se lo merecen y no hay castigo alguno.

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Ahora bien, por muy metaficcional y divertido (por momentos) que pueda ser Postal 4, todo eso se ve empañado por una mayoría de misiones aburridas y simplemente estúpidas. Casi todo el humor es infantil y ridículo: hay dibujos de pitos por todos lados, los coleccionables tienen forma de genitales y los nombres de las calles son juegos de palabras con butt o dick que solo pueden hacer reír a un pibe de 10 años. Y el diseño en general se repite hasta el punto que la mayoría de las misiones se reducen a hacer algo estúpido mientras te llenan de tiros. Hay alguna que otra original, como la que jugamos en la piel de un gatito, pero son contadas con los dedos de la mano.

El costado sandbox termina siendo lo mejor del juego porque responde a toda esta narrativa de humor negro del simple tipo al que la sociedad le falló. Postal 4 es tan violento como nosotros queramos y hay una reflexión interesante en ello. ¿La violencia justifica más violencia? El problema es que plantear esto en 2022 se siente viejo y trillado, especialmente cuando Postal 2 ya lo planteó. Y si bien hay un montón de secretos y de easter eggs armados con mucho más detalles y mimo que el que se les puso a las misiones principales, tampoco es que solo esto justifica tu tiempo en Edensin, Arizona.

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Y si todo lo dicho no alcanza para explicar por qué no tienen que jugar Postal 4, la cuestión viene aderezada con un rendimiento paupérrimo. PÉSIMO. Sufrí tiempos de carga largos y bajones de frames en la misma PC donde jugué Dying Light 2. Los problemas persisten si se pone la calidad gráfica al mínimo. Está muy mal optimizado y tiene bugs que rompen el juego. Tuve que volver a cargar un save más viejo más de una vez y recurrir al clásico comando noclip para poder salir cuando el escenario me dejó trabada. Ni hablar de la cantidad de crashes al escritorio…

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Postal 4 tiene problemas de identidad con el humor y resulta una oportunidad desperdiciada. No lo salvan ni los momentos en los que critica a la derecha estadounidense ni sirve como catarsis violenta para cuando tuviste un mal día. Si tenemos en cuenta que, para colmo, funciona muy mal (¿3 años en Acceso Anticipado para esto?), no lo puedo recomendar ni para quienes pudieron disfrutar las viejas entregas.

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POSTAL 4: NO REGERTS

20/04/2022 (PC)
4.0