Como veterano de la saga, soy un fan de Pokémon que no se adapta bien a ningún subconjunto de la cultura. En general soy bastante duro en cuanto a los cambios en mecánicas y no me gusta mucho cuando la fórmula se aleja de los juegos originales de Game Boy, pero por otro lado nunca me molestaron realmente los diseños de las criaturas de nuevas generaciones o los poderes de turno, que no vuelven para el siguiente título. Incluso, por más que la promesa del mal llamado Breath of the Wild de Pokémon era una fantasía de todo jugador y jugadora, siempre me mantuve escéptico y hasta desconfiado de Pokémon Legends: Arceus. Con el pasar de las horas, varias de mis sospechas se confirmaron, pero mi conexión con la franquicia cambió para siempre.
Arceus es un nuevo spin off de la saga Pokémon, un monstruo que lejos está de ser de bolsillo, ya que es uno de los titanes de la industria. En esta nueva aventura, un hecho asombroso explicado en el primer minuto del juego – que prefiero dejar que cada uno experimente de primera mano -, nos pone en el lugar de un adolescente de unos 15 años viviendo en Sinnoh, cientos de años en el pasado.
En este punto de la historia, la humanidad aún desconoce los secretos y el potencial de estas criaturas llamadas Pokémon, pero un científico bastante distraído está decidido a descubrirlo. Notando que nosotros no tememos a las criaturas que deambulan libremente por los entornos, el Profesor Lavender nos enlista en el Equipo de Expedición Galaxia, para ayudarlo a completar la primera investigación de esta extraña fauna y compilarla en lo que él bautizó como Pokedex.
El Equipo Galaxia es una fuerza compuesta por miembros de distintas partes del mundo, que se juntaron para estudiar a los Pokémon ya que los consideran clave para el avance de la civilización. Al momento de nuestra llegada, desde el cielo, una amenaza altera a los Pokémon guardianes de cada región y genera disturbios entre los distintos clanes, haciendo que los líderes del Equipo Galaxia tomen un rol un tanto gubernamental, para no decir militar. En nuestro rol de nuevo prodigio, nos iremos convirtiendo en el miembro estrella de esta organización a medida que ascendemos de rango en ella.
Todo esto se nos cuenta en un primer par de horas de diálogos densos y poco fluidos, que en parte nos ponen bien en clima, pero no nos dejan jugar sin soltarnos una mano. Sin embargo, es una introducción competente al nuevo lore, ya que cuando terminamos de entender las dinámicas sociales y avanzamos en la propuesta de título, podemos ver que la historia de Pokémon Legends: Arceus es mucho más madura de lo que se podía esperar. Una historia que deja de lado el relato en off de guerras y antiguas catástrofes para directamente abrazar el hablar de dioses, religiones, guerras santas, enfrentamientos civiles y hasta destinos más fatales. Todo con la ligereza del contexto de un juego de Nintendo, pero llamando a las cosas por su nombre. Esta dicotomía a veces genera roces, pero cuando funciona, lo hace muy bien.
Sentadas las bases, Pokémon Legends: Arceus complementa todos estos cambios con una aventura que realmente no se siente como nada que hayamos jugado antes, dentro de la saga. En distintas ocasiones, algunos detalles evidencian una falta de pulido e inclusive podemos apreciar ideas creativas pero que aún no están del todo explotadas. Sin embargo, mientras corramos por los diversos biomas de esta región, vamos a sentir una libertad atípica en los juegos de Game Freak, que elevan la experiencia de juego de “Rol”.
Ya sea en una montura o a pie, podemos recorrer las zonas con nuestro personaje en la dirección que queramos, buscando documentar a estas criaturas fantásticas. En un principio, temí que la mecánica Pokémon Go de arrojar y capturar pudiera sentirse poco recompensante, pero la aparición de los Pokémon está diagramada de manera tal que no solo es entretenida, sino que setea el flow de las zonas para que no se sienta cuán estériles pueden llegar a estar por momentos. Para atraparlos a todos, podemos simplemente apuntarles a la cara con este nuevo invento llamado Pokebola, el cual podemos comprar o craftear junto a otros ítems, coleccionando recursos del ambiente. Pero si somos inteligentes, lo mejor será distraerlos con comida, atraerlos con cebos, escondernos para atraparlos de espalda o hasta esperar que se duerman. Si la cosa se complica y un Pokémon se quiere defender podemos – en tiempo real y sin entrar en menús de pausa – pasar de las pokebolas vacías a las que contienen a nuestro equipo y elegir con qué criatura combatir.
Los combates siguen siendo por turnos pero cuentan con una nueva variante que nos permite acomodar el flujo del enfrentamiento a nuestra conveniencia. Teniendo ahora versiones fuertes o rápidas de cada habilidad, podemos decidir si queremos aplicar un ataque contundente y posiblemente decisivo o uno más débil, pero cuya velocidad de ejecución nos permita atacar de nuevo en el mismo turno – si las estadísticas están a nuestro favor. Sumado a un nuevo menú limpio y mejorado que nos deja movernos alrededor de la batalla para identificar amenazas y dar instrucciones a nuestro campeón, la inmersión en la franquicia nunca fue más fuerte.
Esta nueva capa de inmersión es una de las principales responsables de lograr que Pokémon Legends: Arceus se sienta tan fresco. La recolección de recursos, las misiones secundarias y ciertos eventos emergentes, nos ofrecen una experiencia más rica por más que estas secuencias no siempre sean memorables. Pero además de eso, Game Freak encontró una manera argumental de hacer entretenido el grindeo eterno y eso es una página destacada en el manual de cambios de calidad de vida que ejercieron sobre la saga.
Con la excusa de completar el Pokedex, atrapar y combatir se resignifica gracias a una serie de mini-logros, que son lo que engrosan la información sobre cada Pokémon. El Profesor Lavander nos pide que atrapemos y derrotemos a cierta cantidad para dar por completo el estudio, pero también nos pide que los atrapemos en cierto horario, que los veamo utilizar algún ataque determinado contra nosotros o incluso atacarlos con algún movimiento especial nuestro, logrando la sensación de verdaderamente estar estudiando las reacciones de estos bichos.
Casi sin darnos cuenta, estamos atrapando y evolucionando criaturas de una manera más rápida y entretenida que nunca, rotando nuestros equipos con mayor frecuencia y pasando más tiempo entrenando a cada Pokémon en particular. Gracias a otro fantástico cambio en sus mecánicas, ahora los movimientos aprendidos se acumulan y podemos cambiarlos como si fuera un loadout de cuatro armas, cada vez que queramos. Lamentablemente Pokémon Legends: Arceus no tiene combate en línea ya que intuyo, sería complicado balancear la experiencia con estas novedades, pero cuando estas dos mecánicas se ajusten y combinen, se va a sentir un verdadero aire fresco y emocionante en la escena.
Algo que hay que aclarar es que todos estos cambios son beneficiosos para el juego, pero algunos no se sienten del todo elaborados. La variedad de misiones secundarias es frondosa y entretenida, pero algunas cosas como recuperar y devolver objetos perdidos de otros jugadores en línea o unas disrupciones espacio temporales donde aparecen momentáneamente pokemones extraños, terminan pareciendo ideas de una sesión de brainstorming donde a todo se le dijo que si. Ambas tienen su recompensa y argumentalmente están justificadas, pero tampoco son momentos generadores de anécdotas sino que sirven más como distracciones para que siempre tengamos una actividad diferente con la cual alternar, si nos aburrimos de todas las anteriores.
Pokémon Legends: Arceus tiene varias inconsistencias y lugares donde no logró madurar. Por ejemplo, los diálogos podrían ser mucho menos densos si contaran con actuación de voz. Estoy consciente de los costos de grabación, pero creo que The Pokémon Company puede bancar el gasto. Por otro lado, por más liberador que es controlar a nuestro personaje en un ambiente tridimensional, sus movimientos son duros, haciendo que a la posibilidad de correr, agacharse o esquivar se le sume la tensión de si los controles van a responder con algo más que lo justo y necesario. Caso similar es el de las monturas que, al destrabar todas, el postgame se transforma en una experiencia asegurada para explorar cada recoveco del mapa y descubrir sus secretos. En algunos de los biomas, sin embargo, pueden transformarse en la manera más incómoda posible atravesar el terreno.
Esto se siente más aún cuando debemos combatir con los guardianes de cada región, ya que lo hacemos nosotros como persona, arrojándole una cura realizada con su comida favorita, para poder calmarlos. Entrado el juego, la novedad se diluye un tanto rápido cuando todos estos desafíos construyen la historia y nuestra conexión con su mitología, pero no ofrecen un desafío real desde la jugabilidad. Esto si lo logran en cambio los Pokémon Alfa, los cuales se encuentran libres por el mapa, ofrecen un desafio de alta dificultad y nos ofrecen el diferencial de quedarnos con una criatura diferente dentro de su especie.
Poniendo la lupa sobre las peleas, un retroceso interesante es el aplicado sobre las peleas multitudinarias. Mientras que a veces brinda interesantes secuencias de acción, el hecho de que no podamos combatir con más de uno de nuestros monstruos cuando nos atacan en grupo se siente una limitación arbitraría, teniendo en cuenta todos los demás cambios orgánicos que tienen que ver con el combate y el ambiente. Para colmo de males, nuestros ataques tampoco pueden afectar a más de uno de ellos a la vez como sí sucede en otros títulos, haciendo que estemos en una segura desventaja a menos que masterizamos el flujo de turnos y los ataques de tipo.
Pero para muchos el mayor punto negativo puede llegar a ser su rendimiento. De ninguna manera pienso ocultarlo ni disminuirlo, ya que a la hora de hablar de texturas varias están ausente sin aviso y por más esporádicas que sean las caídas de cuadros o la aparición repentina de elementos, esas situaciones suceden y son indisimulables. Personalmente creo que uno no busca calidad gráfica en un juego de Nintendo, aunque respeto a quienes si lo consideran un punto en contra. Mi problema con esto es que hay otros títulos de Switch que sí cumplen de manera óptima y considero un pifie que permitan que un juego de la envergadura de Pokémon, no esté a la altura de las circunstancias. Cómo ya vimos con lanzamientos como Mario Golf, de todos modos, en los últimos años el valor del Sello de Aprobación Nintendo sufrió una abrupta devaluación.
De nuevo, para muchas personas esto no será un problema ya que las animaciones tanto de personajes como de Pokemones son nuevas en gran medida y la acción y el color se concentra sobre estos elementos. Sin embargo, amplias secciones del mapa están dominadas por laderas de montañas o cuevas y la única textura que tienen, nos hace sentir que estamos en el interior de una caja de cartón. Situaciones como estas o cortes a negro cuando los personajes tienen que hacer acciones tan sencillas como sacar algo de una mochila, son bajones de calidad que descalibran el potencial de la experiencia.
Pokémon Legends: Arceus es tal vez la definición de diamante en bruto. No es un título que se sienta apurado o que se hubiera visto beneficiado por un par de años más de desarrolló. Es más como un nuevo elemento en la tabla periódica Pokémon, que aún no se aprendió cómo contener de la manera más efectiva posible. El todo termina siendo efectivamente más que la suma de sus partes, pero esas partes necesitan ser pulidas ya que por momentos, pinchan bastante.
Seguramente hayan escuchado que es el mejor Pokémon en años y probablemente lo sea, pero eso no lo transforma en un producto impoluto. Ver como nuestro campamento inicial se transforma en un pequeño poblado luego de enseñar a sus habitantes a convivir con los Pokémon, es ampliamente gratificante y hasta me animo a decir que luego de 22 años jugando, es la primera vez que me siento un verdadero maestro Pokémon y no un coleccionista de figuritas. Por otro lado, esta entrega tiene la musicalización más pobre de toda la colección y de vez en cuando hasta confunde cuando es el momento ideal para utilizar silencios. Este tire y afloje constante entre innovación y falta de recursos, rompe bastante seguido la bien lograda y ya celebrada inmersión.
Al final del día, la experiencia se siente como atrapada en un zapato que le queda un talle chico. Sin embargo, si queremos ser optimistas, podemos comparar la situación con el primer disco de tantas bandas exitosas. El resultado final puede haber sido desprolijo, pero la semilla de genialidad es clara. Realmente no veo manera de volver a la saga principal luego de estos cambios y tan solo ese detalle, habla de la revolución que Pokémon Legends: Arceus significa.Y eso, en mi libro, se define como una experiencia satisfactoria.