La cuarta generación de Pokémon fue la primera en desembarcar en la Nintendo DS, y como tal se la recuerda con bastante más cariño que a los siguientes juegos de esta portátil. Diamond y Pearl no serán juegos perfectos, pero de a poco empezaron a introducir elementos 3D y conceptos nuevos en una serie que necesita constante evolución. Fue quizás con Pokémon Platinum que esta generación realmente levantó vuelo, ya que este juego sirve como una versión definitiva, expandiendo la extrañamente limitada oferta de Pokémon de Diamond y Pearl y agregando algunos elementos más en la historia para darle más presencia a los villanos de la misma. Las mejoras introducidas en Pokémon Platinum son un aspecto importante a mencionar, porque están completamente ausentes en estos remakes.
Como su nombre lo indica, Brilliant Diamond y Shining Pearl son remakes de aquellos dos juegos y no de Pokémon Platinum, y es ahí donde empiezan los problemas. Mientras que todos los otros remakes de Pokémon se animaron a introducir elementos de otros juegos, estos remakes en su gran mayoría se preocupan solo en recrear Diamond y Pearl. La clase de mejoras que estos remakes sí incluyen son mecánicas que se esperan de un Pokémon moderno, como la posibilidad de compartir experiencia y de acceder a las cajas de Pokémon desde cualquier punto del mapa. Los puristas podrán decir que esto arruina los juegos por hacerlos ‘fáciles’, pero sin estas inclusiones estos remakes se sentirían todavía más flojos en cuanto a innovación.
Más allá de eso, Brilliant Diamond y Shining Pearl ofrecen pocas sorpresas. La historia es la misma que en aquellos juegos: la clásica historia de un entrenador Pokémon que busca ganar la liga, llenar la Pokédex y de paso derrotar una organización malvada en el camino. En ese sentido, quizás la nostalgia se sienta un poco más fuerte, teniendo en cuenta la simplicidad de esta historia en comparación con algo más moderno como Pokémon Sword y Pokémon Shield. Para los que jugamos Platinum seguramente se va a sentir como que nos falta un pedazo de historia, especialmente considerando que es en Platinum donde Team Galatic tiene un final mucho más interesante que en Diamond y Pearl, pero al menos esa simplicidad en la historia es fácil de disfrutar.
Lo que quizás sea un poco menos fácil de digerir es volver a un juego como Diamond y Pearl, con los problemas que esos juegos tienen. Al ser remakes tan fieles, aquellos que no pudieron disfrutar de estos juegos en aquel entonces probablemente sientan lo mismo ahora. El ejemplo más evidente es en el listado de Pokémon. Estos son los primeros remakes que deciden no introducir Pokémon de futuras generaciones o nuevos Pokémon, y usar el listado de Diamond y Pearl en lugar de Platinum limita mucho más las opciones. Estos juegos son infames, por ejemplo, por prácticamente no tener Pokémon de tipo fuego, siendo las familias de Chimchar y Ponyta las únicas opciones. Tal y como en los originales, al completar la historia y desbloquear la Pokédex Nacional el listado se expande, pero a esas alturas del juego ya es demasiado tarde.
Sin embargo, quizás la decisión más cuestionable de todas en estos remakes tiene que ver con el estilo artístico. Mucho se dijo ya sobre cómo se ven estos remakes, y la realidad es que este es el aspecto más subjetivo de todos, pero lo que sí es cierto es que se siente como un paso hacia atrás. Pokémon Sword, Shield e incluso Let’s Go Pikachu y Let’s Go Eevee tienen un estilo que realmente se siente como una evolución de lo que es Pokémon en 3D. Estos remakes vuelven al estilo chibi, pero sin usar sprites, al mismo tiempo que usan la misma vieja perspectiva isométrica sin control de cámara, e incluso hasta volvimos a las épocas en los que los encuentros con Pokémon salvajes son completamente aleatorios y no podemos verlos en el mundo del juego (salvo en la nueva área Grand Underground que expande los aspectos de minería del original).
Así y todo, incluso con todos estos defectos que pueden pesar más o menos según la importancia que uno les de, estos remakes siguen siendo Pokémon y como tal son excelentes juegos. Cualquier fan de la serie se va a volver a enganchar desde el primer momento, simplemente porque la fórmula de Pokémon es tan adictiva como siempre. Lamentablemente, es probable que hasta los más fieles se lleguen a sentir frustrados por los tropiezos de estos remakes, especialmente cuando los tropiezos son casi literales porque este ahora es un juego con controles analógicos con un diseño de niveles que claramente no estaba preparado para ello. Y es ese tal vez el problema más grande de estos juegos: por cada cosa buena que pueda encontrar para decir, también tengo una queja de algo que no me gustó.
Para bien o para mal, Pokémon Brilliant Diamond y Pokémon Shining Pearl son simplemente remakes fieles de los juegos originales. Es difícil decir mucho sobre juegos que se sienten tan similares a aquellos viejos títulos, pero eso por sí mismo será suficiente para que algunos decidan si valen la pena o no. Siguen siendo juegos de Pokémon, y desde el vamos eso los hace juegos entretenidos para quienes ya son fans, pero están lejos de ser remakes memorables.
Contemporáneos a Diamond y Pearl fueron Pokémon HeartGold y SoulSilver, los que muchos concuerdan que son no solo los mejores remakes, sino quizás los mejores títulos de la serie. Estos dos nuevos remakes probablemente serán recordados como los más flojos, especialmente considerando que están atascados entre medio de Sword & Shield, y de Pokémon Legends: Arceus que saldrá solamente en unos meses. Esto no quiere decir que estos remakes sean malos juegos, pero sabiendo de lo que la serie es capaz definitivamente Brilliant Diamond y Shining Pearl son remakes con gusto a poco.