Si en algo estamos de acuerdo los entusiastas del gaming de estrategia es que, más allá de sus logros, XCOM 2 fue un juego cuestionable, con decisiones que hicieron que no sea un digno sucesor del XCOM: Enemy Unknown del año 2012 (también de Firaxis). Las quejas de la comunidad sobre este juego están ampliamente documentadas, pero sin duda la mayor irritación era la poca efectividad del porcentaje de acierto del disparo – inclusive teniendo el cañón del arma apoyado en el entrecejo del enemigo podías errar el disparo.
Pero, ¿por qué empiezo hablando de XCOM? básicamente por dos motivos: el primero es porque Phoenix Point es todo lo que el segundo XCOM de Firaxis tendría que haber sido y no fue, y el segundo, porque quien está detrás del desarrollo de la versión original del juego es Julian Gollop o, como se lo ha llamado en algunas oportunidades, “el hombre que le dio la vida a XCOM” (y a sus precursores Rebelstar y Laser Squad). Gollop creó Snapshot en 2013 para apostar a algo nuevo, con una estética conocida que hace referencia a XCOM y, en parte, a otros juegos de futuro distópico como Fallout, con la creación tanto de los escenarios como de las características de los enemigos en forma procedimental (procedural generation), haciendo que en cada combate tengamos un nuevo desafío por delante.
La premisa del juego es simple y efectiva: en el año 2022, la comunidad científica encuentra en el permafrost – capa de suelo permanentemente congelada que podemos encontrar en regiones como la tundra- un extraño virus con un 99% del genoma que se desconoce, que llaman “Pandoravirus”, que convierte a los infectados en alienígenas capaces de mutar ante una amenaza. Para el año 2047 la población humana es diezmada por estos mutantes infectados -llamados “pandorianos”- y los sobrevivientes se reúnen en refugios esparcidos por el mundo bajo el mando de nuevas organizaciones sociales que se crearon después de que todo “se venga abajo”.
El juego comienza contándonos la historia del Proyecto Fénix, organización diseñada para ser activada cuando el mundo corriese peligro, dándonos el control de una de sus células con los mejores soldados y científicos, para poder lograr conectarnos con el resto de las células de este proyecto para saber qué les pasó.
Con un tutorial muy simple y básico, nos explican las mecánicas principales del combate -como movernos, el uso del inventario, como disparar, como usar los kits médicos, etc.- y de inmediato las ponemos en práctica, en el primer sitio a explorar que nos aparece cerca del refugio que nos fue asignado.
La Geovista es la visión general del mundo -como si fuese el atlas mundial interactivo de la vieja Encarta- y es donde vamos a desplazarnos de un punto a otro -al igual que en el juego indie FTL- a bordo de la nave propia de nuestra facción llamada “Mantícora” que tiene un radio de alcance delimitado.
El pelotón inicial con el que vamos a disputar los combates está conformado por 5 soldados: uno artillero, tres de asalto y uno francotirador. Todos tienen diferentes habilidades según su tipo, como, por ejemplo, devolver el fuego o utilizar un jetpack. Cada uno de ellos va a tener tres atributos que vamos a poder mejorar a medida que ganemos experiencia en combate, que son: fuerza (para la vida y para transportar más cosas), fuerza de voluntad (para que la moral no baje tan rápido) y velocidad (para recorrer una mayor distancia en un solo turno).
Todos los soldados van a disponer de 4 puntos de acción para poder realizar todas las acciones, pero cada una de las acciones consume diferente cantidad. Por ejemplo, disparar consume 2 puntos, pero entrar al inventario solo cuesta un punto. Además, a medida que vayan subiendo de nivel podemos desbloquear habilidades -activas y pasivas- que nos ayudarán en el combate. Y si perdemos a uno o más de nuestras unidades, tendremos que continuar sin ellos ya que hay “permadeath”.
La posibilidad de poder apuntar a diferentes partes del cuerpo de nuestro enemigo brinda un tinte estratégico muy interesante, porque podemos dispararle al brazo para que no pueda contraatacar o a las piernas para que no se mueva. Dependiendo de donde impactemos es el efecto que vamos a generar no solo en el enemigo -como aturdirlo, provocarle sangrado o quemaduras- sino, también, en todo el pelotón contrario, haciendo que entren en pánico y erren los disparos, o actúen de una forma más agresiva pero más desprolija.
Hay otras facciones humanas con las que vamos a interactuar y cada una tiene un perfil ideológico muy marcado. En total son 3, y no solo podemos aliarnos o enfrentarnos a ellas, sino que ellas mismas pueden estar en conflicto o cooperación con las demás.
Están Los Discípulos de Anu, una facción que profesa una religión sincretista donde buscan aceptar, y que aceptes, las mutaciones del virus manteniendo puro el espíritu, con una estructura vertical del poder. La facción llamada Synedrion busca entender y aceptar a los alienígenas, sin desprestigiar el conocimiento adquirido en el pasado y adaptándose al nuevo mundo, plantea la construcción de una sociedad utópica basado en un pensamiento anarco-comunista. Por último, la facción puramente militar, llamada New Jericho, que busca arrasar a toda costa a los alienígenas y el virus, un pensamiento del estilo “muerto el perro, se acabó la rabia”.
El juego tiene muy buenas ideas y una historia de trasfondo más que interesante, muy en el tono de otras sagas europeas como Metro o The Witcher – no es raro, considerando que su guionista es el griego Jonas Kyratzes (The Talos Principle), pero tiene varios problemas por arreglar.
Algunos simples pero molestos como, por ejemplo, que no todo el texto esté traducido al idioma que elijamos -las descripciones de las investigaciones están en inglés habiendo elegido el idioma español, y pasa lo mismo con los subtítulos de las cinemáticas.
La cámara puede ser molesta muchas veces, sobre todo si estamos dentro de edificaciones de varios niveles de altura nos va a costar entender en qué piso estamos situados. O errores más complicados, por no decir el que más bronca te puede generar, como tener que reiniciar una misión por un bug (me pasó de haber evacuado a un soldado, que haya desaparecido el soldado, y seguir teniendo el indicador para mover a ese soldado ya evacuado)
Pero es innegable que Julian Gollop sabe lo que hace. Y para ser juego de un estudio independiente -el desarrollo se basó en una campaña de crowdfunding, donde llegaron al valor estimado en menos de una semana- es más de lo que se puede esperar. Te mantiene en todo momento funcionando la cabeza pensando de qué manera lograr el objetivo de la manera más eficiente posible, y lograrlo como te lo propusiste es de las mejores sensaciones que vas a tener.
PHOENIX POINT
Entre el early access y la edición que salió el 3/12 jugué alrededor de 18hs. Para jugarlo en calidad “ultra” es recomendable un SSD, porque en un HDD los tiempos de carga se vuelven excesivos, aunque en calidad “muy alta” estos tiempos son aceptables. Mi PC es un Intel I5, GTX 970, 8Gb RAM. El código fue provisto por la distribuidora.