ANÁLISIS | PEN15 S01E01/E02: First Day/Miranda

No estamos del todo seguros si andamos necesitando otra sitcom centrada en adolescentes, pero Maya Erskine y Anna Konkle -amigas y colaboradoras de varios proyectos desde la universidad-, junto a Sam Zvibleman, sintieron la necesidad de contar sus propias experiencias en primera persona. Tanto Erskine como Konkle dejaron de tener 13 años hace más de una década y media, pero acá se ponen en la piel de las protagonistas para volver al séptimo grado, y el tortuoso paso por la pubertad y la secundaria de una manera bastante brutal y honesta.

Una vez que nos olvidamos que estamos ante dos treintañeras, “PEN15” se convierte en una comedia mordaz y directa sobre la amistad inquebrantable (aunque sabemos que todo concluye al fin, nada puede escapar), los cambios hormonales, las relaciones sociales, el despertar sexual y todas esas “primeras veces”, siempre visto a través de la peculiar visión adolescente y femenina, a comienzos de la década de dos mil.   

La serie de Hulu, creada, producida y escrita por el trío ya mencionado, arranca en el primer día de escuela secundaria (“First Day”) para estas dos amigas que se conocen desde hace siete larguísimos años. Maya Ishii-Peters (Erskine) y Anna Kone (Konkle) piensan llevarse el mundo por delante y, con suerte, conseguir su primer noviecito, pero esta jornada soñada se puede convertir en una pesadilla cuando la crueldad de sus compañeros inmediatamente las transforma en las chicas más “feas” y raras del colegio.

“PEN15” muestra la edad del pavo en todo su esplendor, y en tiempos analógicos donde las redes sociales no existen (apenas la Internet) y una notita en papel puede hacer el mismo daño que una foto mal intencionada en un celular. Los tiempos cambiaron, sí, pero las conductas siempre fueron las mismas y es ahí donde la historia da siempre en el clavo mostrando que, al final del día, nada de esto es el fin del mundo si uno se puede apoyar en su mejor amiga. “Sos mi lapicera de gel color arcoíris en un mar de bolígrafos azules y negras”, le dice Anna a Maya cuando cuesta afrontar este reto día a día.

Daniel Gray Longino (“Portlandia”) es el director a cargo de estos dos primeros episodios con mucho aire noventoso sin necesidad de exprimir las referencias o la nostalgia. Estamos parados en una típica escuela pública norteamericana, en un típico barrio de clase media norteamericano, y para que su relato tenga la verosimilitud que necesita, Erskine y Konkle se rodean de pequeñines que, seguramente, se sienten muy identificados con cada una de sus líneas.

Las amigas protagonistas crean su propio universo, en definitiva, tratando de sostener una barrera protectora contra los ataques externos de chicas más populares y baroncitos inmaduros mucho menos desarrollados que ellas. Así fantasean con los chicos que les gustan –aunque sean sus principales enemigos- y tratan de hacer buenas migas con compañeras más “experimentadas” como Miranda (Sara Boustany). Acá entran en juego los primeros besos, la primera probadita de alcohol y todas esas costumbres que no siempre son  placenteras.

Dos ante el peligro

Desde el primer día, May y Ann se prometen hacer todo juntas y al mismo tiempo, un juramento que no siempre van a poder mantener y les va a traer más de un conflicto. Estos son los parámetros dentro de los que se mueve “PEN15”, una propuesta parecida y diferente que intenta ser más realista y romantizar mucho menos cada uno de los aspectos de la adolescencia con humor, sí, pero también con ese dolor e incomodidad que todos atravesamos alguna vez.