ANÁLISIS | OkunoKA Madness es un Meat Boy menos jugoso

El boom de la escena indie marcó un antes y un después en la industria de los videojuegos, aunque hoy en día se sienta como un suceso tan lejano en el tiempo. Aquellos primeros grandes exponentes del movimiento son juegos de los que hoy en día no se habla tanto pero que igualmente dejaron su marca; no por nada algunos de ellos aparecieron en la recordada película Indie Game: The Movie. Lo que uno no se espera hoy en día es ver clones de esos juegos, pero eso es justamente lo que OkunoKA Madness ofrece: un clon de Meat Boy que no esconde sus influencias.

Desarrollado por el estudio italiano Caracal Games, OkunoKA Madness es un juego que se siente familiar desde el vamos. Cual Super Meat Boy, al comenzar el modo historia de este juego tenemos una corta escena cinemática ilustrada sin diálogo, que en teoría sirve para presentarnos el mundo de OkunoKA Madness. En la práctica, esta cinemática no aclara demasiado y la historia del juego es algo que tenemos que inferir nosotros: KA, la criatura que controlamos, debe rescatar a unas criaturas que habitan su mundo luego de que éstas fueran capturadas por alguna amenaza no descripta.

OkunoKA Madness • Launch Trailer • PS4 Xbox One Switch PC

Es cierto que este estilo de juego no necesita una narrativa profunda, pero OkunoKA Madness podría hacer buen uso de ella considerando que lo que sí presenta deja mucho que desear. KA es un personaje sin personalidad más allá de su diseño, que lo único que hace además de correr rápido y superar obstáculos a lo Meat Boy es meterse estas criaturas que rescata en su boca para luego “purificarlas” a través de su parte trasera. Si hay algo que un clon de Meat Boy no necesita, especialmente en 2020, son chistes sobre gases. Esto resalta todavía más cuando es el único intento de humor o personalidad que presenta la narrativa.

La jugabilidad en sí es mucho más dinámica e interesante, aunque no sea original. El modo historia de OkunoKA Madness presenta tres mundos con 20 niveles cada uno, al igual que Super Meat Boy. Al final de cada mundo nos encontramos con un jefe a derrotar, al igual que Super Meat Boy. En cada mundo tenemos un determinado número de coleccionables escondidos en los niveles, al igual que Super Meat Boy. Estos niveles representan desafíos plataformeros cada vez más complicados, que superamos haciendo que KA corra rápido, salte por las paredes y se deslice sobre ellas, al igual que Super Meat Boy. Según qué tan rápido completamos un nivel se nos dará un puntaje representado por una letra, al igual que Super Meat Boy.

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El mapa de los mundos es curiosamente parecido al de Super Meat Boy.

El mapa de los mundos es curiosamente parecido al de Super Meat Boy.

Sin embargo, no todo en OkunoKA Madness es casi calcado de un solo juego, sino que hay otras obras indies que claramente influencian a este título. Cada nuevo mundo le suma a KA un poder que nos permite materializar diferentes plataformas con el toque de un botón en una mecánica demasiado similar al cambio de planos de Guacamelee. En algunos niveles existen portales que nos llevan a un “Vortex”, donde tenemos que completar una seguidilla de niveles en los que no se nos toma el tiempo pero sí tenemos un número de vida limitadas. Lo que hace que estos niveles Vortex sean difíciles es que el estilo gráfico de ellos es indudablemente similar a Limbo, usando esas icónicas siluetas negras para construir escenarios donde es difícil distinguir obstáculos.

Que un juego no sea 100% original no significa que sea un mal juego, pero OkunoKA Madness no hace nada demasiado interesante con sus influencias. A lo largo de su modo historia los niveles se tornan más y más complejos, pero no para bien. La introducción de estos poderes que KA usa hace que uno tenga que prestar atención extra a las plataformas y requiere destreza adicional con los dedos para materializarlas en el momento justo. De por sí esto sería un desafío interesante, pero OkunoKA Madness se presenta a sí mismo como un plataformero “hardcore” y erróneamente intenta hacerle la vida imposible al jugador agregando todavía más obstáculos en los niveles.

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No es exageración que hay segmentos que parecen demasiado inspirados por Limbo.

No es exageración que hay segmentos que parecen demasiado inspirados por Limbo.

Llegando al último mundo del modo historia, la dificultad del juego pega saltos ridículos. Lo que al principio parecía un clon de Meat Boy con un estilo artístico diferente, de repente se transforma en una aventura frustrante. La simplicidad de un plataformero con obstáculos salta por la ventana cuando OkunoKA Madness presenta niveles donde el piso está tan caliente que no podemos dejar a KA debe saltar constantemente; donde nos persiguen misiles teledirigidos que siguen todos nuestros movimientos y son casi imposibles de esquivar; donde rayos láser nos piden precisión casi quirúrgica para evitarlos. Peor es cuando todos estos inconvenientes se presentan juntos en varios niveles, sumados a la mecánica de materializar plataformas a la marcha. La complejidad que podría hacer del juego algo interesante le termina jugando en contra.

En ningún momento queda esto más evidente que en las batallas contra los jefes. Si bien son pocos, estos encuentros son el punto más bajo de todo el juego. La mayoría de ellos no son realmente desafíos plataformeros, sino batallas típicas donde tres golpes es lo necesario para derrotarlos. El problema es lo mismo que le sucede a los niveles normales: cada “fase” del jefe añade más complejidad tal y como es de esperarse, pero cuando estamos frente a un juego en el que un solo error representa volver a empezar la batalla desde el principio, entonces toda pelea se siente injusta.

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La mecánica de materializar plataformas o barreras cual Guacamelee sería interesante de no ser todos los demás obstáculos y la necesidad de correr contrarreloj.

La mecánica de materializar plataformas o barreras cual Guacamelee sería interesante de no ser todos los demás obstáculos y la necesidad de correr contrarreloj.

Más allá del modo historia, OkunoKA Madness ofrece otras alternativas de juego para los que buscan todavía más. El modo Madness añade un mundo extra con otros 20 niveles, pero la dificultad de estos es todavía más elevada que en los niveles principales. El modo Time Attack te permite elegir un mundo entero del modo historia y correrlo en su totalidad para establecer un tiempo récord. Esto se vuelca en rankings online, que también reflejan los tiempos en los que otros jugadores completan los niveles individuales del modo historia.

Gráficamente OkunoKA Madness se diferencia de sus influencias por tener un estilo visual bastante único, con diseños de personaje y escenarios que si bien son difíciles de describir al menos tienen la personalidad que le falta al resto del juego. La música también ayuda a distinguirlo con melodías que en su gran mayoría van de la mano con el estilo visual, exceptuando las peleas contra los jefes que presentan música demasiado genérica. Si el resto del juego tuviese la misma originalidad que su apartado audiovisual, quizás esta review sería otra cosa.

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KA también puede balancearse en algunos niveles, lo que termina siendo la mecánica más divertida por más que controlarla con precisión sea más complicado de lo que parece.

KA también puede balancearse en algunos niveles, lo que termina siendo la mecánica más divertida por más que controlarla con precisión sea más complicado de lo que parece.

Y es que OkunoKA Madness no es en sí un mal juego, sino que es un título que no se sabe despegar de sus influencias y que, en su intento por presentarse como un plataformero hardcore, puede llegar a ser más frustrante que desafiante. Es raro que en 2020 estemos hablando de un clon de Meat Boy, considerando que el juego de navegador data de hace más de 10 años, y ese tal vez sea el factor decisivo a la hora de disfrutar o no OkunoKA Madness. Si hoy en día tenés muchas ganas de jugar algo parecido, pero no tan bueno, entonces este juego puede ser la respuesta. Si no, OkunoKA Madness va a ser un juego que no mucha gente recuerde, porque vivir bajo la sombra de Meat Boy no es algo fácil.

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OKUNOKA MADNESS

08/09/2020 (PS4, XBOX ONE, SWITCH, PC)
6.0

Jugué OkunoKA Madness en Playstation 4 Pro durante 6 horas, completando el modo historia, algunos niveles del modo Madness y fallando en tener un tiempo decente en el Time Attack. Al menos en mi experiencia, el juego tuvo algunos problemas técnicos raros como botones que dejaron de responder o niveles a los que no podía acceder, pero todo se solucionaba simplemente reiniciando el juego, por más tedioso que resulte.