Análisis | Observation

El telón se levanta y vislumbramos el despertar de Emma Fisher, una de las tripulantes de la estación espacial Observation: una iniciativa internacional que involucra a varias de las grandes potencias del mundo. Es el año 2026, estamos a 410 kilómetros por encima de la atmósfera terrestre. Inmediatamente notamos que estamos ante un juego que nos ofrece una óptica distinta porque no hacemos las veces de Emma, sino de SAM: una inteligencia artificial con rasgos pavorosamente humanos que se ocupa de controlar todos los aspectos de la nave. 

Algo ha salido mal. La tripulación no aparece por ningún lado y los distintos brazos de la estación poseen un daño bastante severo. Luego de resolver algunos inconvenientes técnicos, vemos cómo -hackeo extraño mediante- Emma se desvanece en medio de una situación para nada normal. Al recobrar el conocimiento seguimos con la tarea de asistencia: reparamos y ajustamos algunos nodos de la nave y hacemos la primera caminata espacial. Todo gira abruptamente cuando descubrimos que en realidad, no estamos gravitando la atmósfera terrestre, sino que orbitamos alrededor de Júpiter. ¿Cómo llegamos ahí? ¿Qué tiene que ver SAM en todo esto?

Lo que tiene Observation es un inicio con mucha fuerza: de movida, nos plantea una premisa sumamente inquietante que nos obliga a seguir con el pad/mouse en mano para desentrañar un misterio que sólo se pone mejor mientras más adentro nos metemos. Estamos ante un relato de horror y ciencia ficción en el que nada es lo que parece, y en el que nos esperan giros argumentales de mucha resonancia y efecto, alcanzando cotas prácticamente surrealistas y misteriosas. Es ciencia ficción de la buena.

Ser una inteligencia artificial no es algo que se nos presente muy a menudo. La manera que encontró No Code Studios (responsables del genial Stories Untold, gratis en Epic Store) de significar este concepto es la de ponernos a disposición todo el sistema de cámaras de la estación espacial. Es casi como si fuese un Five Nights at Freddy’s, pero sin el peligro de ser atacados cada cierto tiempo: vamos rotando entre dos o tres cámaras por nodo según las necesidades de Emma, a quien tenemos que ayudar, en principio, a dar con el paradero del resto de la tripulación.

Al menos en un principio, no está nada mal esto de ser una inteligencia artificial: la cualidad omnipresente del sistema operativo está muy bien lograda, repleto de minijuegos de pulsación de botones y puzzles minimalistas que nos permiten, por ejemplo, reconocer la voz de nuestra operadora para darle acceso de administración, o bien rutear circuitos para abrir o desbloquear escotillas específicas. Siempre estaremos ocupados con algo para hacer, además de explorar cada una de las computadoras, archivos y documentos en cada ala de la nave, para ir reconstruyendo los bloques de memoria de SAM, dañados después del incidente.

En Observation, somos partícipes de lujo de todo lo que acontece.

Observation apela a algunas de las características clásicas de los “Walking Simulators, sólo que en la mayor parte del tiempo no caminamos, sino que trasteamos con los movimientos básicos de las cámaras de seguridad para interactuar con elementos clave del escenario. Eventualmente la acción se traslada a unas esferas robóticas flotantes que complementan y agregan movilidad completa para alcanzar lugares difíciles, caminata espacial incluida y todo. Si jugaron Stories Untold se sentirán en casa: Observation es una suerte de ejercicio del estilo impuesto por ellos mismos, con un setting completamente nuevo y un énfasis en la narrativa por sobre la complejidad de los puzzles.

Paradójicamente, la faceta más novedosa es la que se pone constantemente en el camino del disfrute: Observation suele pecar de poco claro con los objetivos que nos indica, incluso cayendo en el pecado capital de decirnos en una escena que tenemos que hacer una cosa, para luego, cuando chequeamos el objetivo principal en el menú, decirnos otra. Pero esto no es lo peor: el diseño intrincado y algo repetitivo de la nave no hace más que desorientarnos. Puede que sea un guiño directo al famoso “síndrome de adaptación” que sufren los astronautas, pero no deja de convertirse en un problema, sobre todo en aquellos segmentos donde no contamos con un mapa, que desgraciadamente no son pocos.

El tedio no tarda en aparecer: entre la lentitud del desplazamiento de las cámaras y los controles erráticos de la esfera robótica, nos encontraremos una y mil veces a tientas en la oscuridad, chocándonos contra paredes, completamente perdidos. La falta de marcadores visuales llama poderosamente la atención: la inmersión por sobre lo jugable tiene un resultado que resta más de lo que suma. Y promediando el juego, sucede lo peor: se introduce una mecánica inédita hasta ese momento, que es la de usar la esfera para romper rejillas de ventilación. No suelo incurrir en este tipo de spoilers, pero necesito exteriorizarlo: una mecánica nueva sin ningún tipo de pista ni indicador visual, que se tradujo en una hora de pasear sin sentido por los pasillos, con los controles poco responsivos y velocidades extremadamente lentas.

Conectarse a dispositivos para operar es una constante en Observation.

Y es una pena muy grande. Porque el foco de Observation es sin lugar a dudas su narrativa: nos presenta un thriller de ciencia ficción que, quitando varias de las partes donde tenemos que tocar botones, tranquilamente lo pondría a la altura los mejores exponentes del cine. Se siente como una mezcla de Moon, Arrival y 2001: Odisea del Espacio con un giro muchísimo más siniestro, desde luego. Hacia el final alcanza un ritmo trepidante repleto de revelaciones que logra llevarse puesto todas las carencias que tiene Observation cuando nos pone el pad en la mano. Tiene mucha, mucha fuerza.

Técnicamente es un juego correcto. Tiene una muy buena dirección de sonido y de arte también. Sí: dije que los módulos de cada tramo de la estación luchan bastante por diferenciarse entre sí, incluso sabiendo que sus funciones son bien variadas. Pero hay algo en el clima y en el ambiente que genera, en conjunción con filtros visuales que lo hacen ver de una manera única. Lo mismo ocurre con la lógica detrás de los minijuegos de apertura y cierre de puertas, o mismo de sujeción modular: de alguna manera logra darle un toque auténtico a lo que hacemos, creyéndonos que estamos realmente ahí.

Uno de los tantos minigames que se nos plantean. Brillante la interfaz.

Desde lo estrictamente técnico o visual, es un juego basado en Unity al que se le notan algunas de sus costuras si miramos con atención. Se nota particularmente en los primeros planos forzados, donde las esquemáticas animaciones faciales nos distraen bastante de la lograda actuación de voz que nos mete de lleno en situación.

Y mientras sigo con el corazón en la boca por las escenas finales, veo rodar los créditos y pienso siento que obtuve algo único con Observation. En sus seis o siete horas de duración me entregó una experiencia realmente distinta. Tiene ideas que lo convierten en un juego único, con un planteo novedoso. Me hubiera encantado que jugarlo esté a la altura del resto de la experiencia, y cuando se trata de videojuegos, es un asunto difícil de pasar por alto. No se trata de un mal juego en lo absoluto: requiere, ni más ni menos, que un esfuerzo extra por parte de aquellos que quieran adentrarse en este estupendo thriller espacial. Si se ponen el casco quédense tranquilos: serán recompensados.

Observation

21/5/2019 (PC, PS4, XBOX ONE)
7.5