¿Cuántos de nosotros pensamos que el éxito de “¡Huye!” (Get Out, 2017) era pura suerte de principiantes? ¿Cuántos pensamos que no se puede atrapar un rayo en una botella? Por suerte, acá está Jordan Peele para romper con todo lo establecido, cerrarnos bien la boca (excepto cuando gritamos del susto) y, de paso, seguir enriqueciendo un género tan noble (como bastardeado) como es el terrorífico. Muchos todavía titubean a la hora de encasillar su debut entre semejantes parámetros, pero “Nosotros” (Us, 2019), ya no deja duda de que estamos ante un verdadero maestro moderno del horror.
Tal vez nos estamos anticipando a los hechos, pero si Shyamalan lo fue por un ratito, ¿por qué no podemos endiosar a este realizador que sabe cómo amalgamar diferentes géneros, aportar ideas originales, crear universos increíbles y meternos en su juego con una mezcla híper balanceada entre humor, horror, comentario social y simbología?
Si “¡Huye!” es una obra de ‘terror social’ impecable que no tiene miramientos a la hora de verse el ombligo y analizar, o mejor dicho, hacer una crítica concienzuda del racismo en los Estados Unidos, “Nosotros” va todavía más allá, y escudada en una clásica ‘home invasion’ y todo el gore necesario, intenta darle sentido a una de las sociedades más complejas y sobrevaloradas: la norteamericana.
No vamos a meternos en detalles porque implicaría arruinar más de una sorpresa, revelaciones que poco tienen que ver con los ‘giros’ narrativos (te estamos mirando otra vez a vos M. Night), de los que Peele también echa mano, pero sabemos que no son la cereza de sus postres, sino una palmadita en la espalda para el espectador “sagaz” que logra darse cuenta a tiempo. Sus intenciones van por otro lado, y con “Nosotros” decide no contenerse y desbordar la pantalla con una mitología perfectamente construida para la ocasión. Un universo que bebe (pero jamás copia) de todos los clásicos que se les puedan pasar por la cabeza: desde obras hemoglobínicas y súper gráficas como “Aquí Vive el Horror” (The Amityville Horror, 1979) o cualquiera del George A. Romero más gore, hasta juegos psicológicos como los de “El Resplandor” (The Shining, 1980). La lista de referencias es interminable y eso que estamos dejando a las comedias más improbables de los noventa porque, otra vez, le queremos reservar esas sorpresas.
Peele viene del palo del humor y siente su orgullo cuando lo traslada a la pantalla. En su primer film se destilaba dentro de las situaciones más bizarras, pero acá, directamente, sabe cómo acomodar cada uno de sus chistes, la mayoría, un relajante natural para esos momentos donde la tensión ya nos da dolor de panza. “Nosotros” no es una comedia de terror a la “Muertos de Risa” (Shaun of the Dead, 2004) o “Tierra de Zombies” (Zombieland, 2009), en cambio, es una historia terrorífica que utiliza la comedia como válvula y la cotidianeidad como escenario.
¿De qué la va sin meter spoilers? Todo arranca en 1986 cuando la pequeña Adelaide Wilson (Madison Curry) vacaciona con sus papás en las playas de Santa Cruz (San Francisco), y en un descuido de los adultos, se pierde dentro de una de esas casas de la risa. El momento es breve, pero el trauma la acompaña toda su vida de adulta convirtiéndola en una mamá precavida y un tanto sobreprotectora. Años después, en la actualidad, Adelaide (Lupita Nyong’o), su esposo Gabe (Winston Duke), su hija adolescente Zora (Shahadi Wright Joseph) y su pequeño Jason (Evan Alex), salen de veraneo rumbo a la costa, con toda la intención de cortar con su ajetreada rutina.
Gabe no tiene mejor idea que planificar un encuentro con amigos en esa misma playa donde su esposa se perdió hace años, removiendo algunos recuerdos incómodos, pero nada tan traumático como para arruinar las vacaciones. El día con Kitty Tyler (Elisabeth Moss) y su familia de engreídos no termina muy bien qué digamos, y los Wilson deciden regresar a la seguridad y comodidad de su casita playera. ¿Seguridad dijimos? Apenas se descuidan, cuatro extraños se aproximan a su puerta, al parecer una familia de cuatro vestidos de rojo… y empuñando filosas tijeras.
Nos vamos a quedar acá porque somos así de jodidos, pero para sorpresa y horror de los protagonistas, podemos agregar que estos invasores de hogares son sus copias exactas, aunque con grotescas y sutiles diferencias. ¿Quiénes son y de dónde salieron estos doppelgangers de actitud violenta? Es lo que Peele nos cuenta por el resto de la película, adornando cada escena con simbolismos, metáforas y alegorías de todo tipo.
Lo cotidiano -la dinámica familiar que logra Peele con sus protagonistas-, así como el humor, juega un papel fundamental en la construcción de la trama y en la forma en que, poco a poco, nos va guiando por este recorrido. En el medio hay violencia y hemoglobina a montones, una banda sonora que (por momentos) perfora tímpanos y pone los pelos de punta, y un conjunto de actuaciones insuperables, incluyendo a los pequeñuelos y la naturalidad que destilan. Claro que la reina de todo lo bueno es Lupita Nyong’o, magistral en sus dos papeles como Adelaide la “protectora” y Red, su doble un tanto vengativa y recelosa.
El trabajo meticuloso de Peele detrás de las cámaras es admirable, desde sus juegos especulares, hasta el tratamiento de las luces y sombras. ¿Por qué hay que ver “Nosotros” en cine? Porque nada de esto se aprecia en la pantalla chota de una computadora o, en su defecto, tu tele de 128 pulgadas. Pero Jordan no es infalible y acá deja que le gane un poco la exuberancia. El guión se descuida por un ratito y se pierde en algunas sobre explicaciones que no son tan necesarias, y llegan a romper el momentum. Es sólo un parpadeo que no llega a deslucir una obra con demasiados matices como descubrir en un solo visionado.
No sabemos si Jordan Peele vino a salvar el género de terror o al cine en general, pero si trajo un aporte único y esa visión original que necesita esta industria recargada de remakes, adaptaciones y secuelas de todo tipo. Los sustos, el humor y el análisis social no es algo que se haya inventado con “Get Out”, y ahora con “Nosotros”, pero sus formulaciones y aproximación es algo de lo que se va a discutir por un larguísimo tiempo. Y eso es muy bueno.