ANÁLISIS | Noita es un Roguelike colmado de secretos

Allá por el año 2005 aparecía en la Red un curioso juego desarrollado en Java, donde la gracia estaba en la simulación de partículas de diversos elementos y las interacciones entre ellos. Los titulados “Falling Sand Games” (Juegos de la Arena que Cae, literalmente) tuvieron un boom de popularidad pero, más allá de su enorme atractivo visual y de las horas y horas que nos hicieron perder viendo motas de polvo flotar por ahí, nunca se pudo utilizar este concepto para desarrollar un juego más complejo. Pero, ¿y si se utilizara esta base para la construcción de un Roguelike plataformero de acción? Una propuesta interesante… Interesantísima, en realidad; y por eso es que Noita capturó de inmediato nuestra atención.

Antes de hablar del juego en sí, deseo hacer un pequeño énfasis en los responsables del proyecto. Noita es desarrollada y distribuida por Nolla Games o, como ellos mismos se describen, “un puñado de nerds de Helsinki, Finlandia”. Los nerds en cuestión son Petri Purho, creador del clásico indie Crayon Physics Deluxe; Olli Harjola, que nos cautivó con The Swapper; y el desgraciado de Arvi “Hempuli” Teikari, que este mismo año se lució con el impecable Baba is You. Semejante colección de creatividad no puede ser ignorada y explica mucho de lo que veremos en este proyecto en conjunto. Noita se nutre de varios elementos de los juegos ya mencionados, y el resultado es una fórmula definitivamente ganadora.

Todo comienza aquí

Noita, que se traduce literalmente como “Bruja” en Finlandés, nos pone bajo la capucha de nuestro misterioso hechicero, que inicia su aventura ante la entrada de una ominosa mina. Armado con un par de varitas; una con disparos básicos y otra con limitadas cargas explosivas; nos adentramos en las minas para descubrir todo un mundo de posibilidades y peligros en sus profundidades. Nuestro protagonista tiene la habilidad de levitar por una cantidad de tiempo, así como poder patear ciertos objetos para quitarlos del camino o para relocalizarlos por motivos específicos; por ejemplo, colocar un barril explosivo cerca de una pared delgada para reventarlo y crear un nuevo acceso, o bien para despachar a un grupo de enemigos que se mueve en sus cercanías.

Habrá muchos enemigos con los que lidiar. Noita no es un juego sencillo; o al menos no lo es en nuestros primeros intentos. Su naturaleza de Roguelike, sumado a sus mecánicas especiales, lo convierten en una experiencia distinta a lo que estamos acostumbrados, pero definitivamente no imposible de encarar. Los pocos movimientos de nuestro protagonista y nuestras armas básicas ya son suficientes para despachar a la gran mayoría de nuestros adversarios. Es todo cuestión de aprender a movernos con cautela y a ser certeros con nuestra puntería. Eso, y aprender a reconocer los patrones de ataque del enemigo para estar siempre un paso por delante, que a medida que descendemos se vuelven más agresivos.

Esos desgraciados con jetpack son un martirio

No se es un buen Roguelike sin una generosa cuota de generación procedural. Además del diseño básico del mundo que recorremos, el elemento de azar se presenta en las nuevas varitas y pociones que hallaremos al paso. Cada varita tiene características propias; desde la forma en que lanza hechizos hasta la cantidad de casilleros disponibles para los mismos. Algunas varitas nos proporcionarán una enorme ventaja con poder de ataque y versatilidad elevada, mientras que otras pueden hacer estallar todo a nuestro alrededor al utilizarlas… inclusive a nosotros mismos. Pero si bien estas últimas son un peligro en su forma iniciar, tal vez sea conveniente tenerlas a mano para aprovechar sus elementos al momento de crear nuestra propia magia.

A medida que descendemos hallaremos portales que nos llevan a cámaras de descanso, donde no sólo recuperaremos salud y recargaremos las habilidades de nuestras varitas, también podremos adquirir elementos mágicos (y hasta varitas completas) con el oro recolectado de los enemigos caídos en combate, y también nuevas habilidades pasivas para nuestro personaje. Es en estos momentos de paz en los que podemos abrir el inventario y modificar los poderes de nuestras varitas, arrastrando los elementos de sus respectivas casillas y reordenándolos para generar nuevos hechizos. Es posible crear magias tan útiles como delirantes, y desde luego también extremadamente peligrosas; pero es una de las características más interesantes del juego.

Es un poquito de fuego; no se va a salir de control

Hay que añadir que sólo cuatro de los ocho casilleros de nuestro inventario son para almacenar varias. Los otros cuatro se utilizan para recoger otros objetos, particularmente frascos de pociones. Podemos lanzar el frasco entero para que reviente en una pequeña ola del poder que contenía, aunque lo ideal es disparar chorros de poción de manera mesurada; no sólo porque eso ayuda a mantener un control de líquido, sino porque eso, además, nos deja quedarnos con el frasco, que luego podremos llenar con otros líquidos para utilizar más tarde.

Pero todo lo dicho anteriormente es apenas la estructura básica del juego, sus controles, y la que parece ser la mecánica central de generar magia. La verdadera gracia de Noita está en aquello que mencionamos en un principio: la utilización del concepto del Falling Sand Game en un juego plataformero Roguelike; y ocurre que Noita simula todos y cada uno de los píxels en pantalla, otorgándoles propiedades de acuerdo al material que representan: los sólidos se mantienen rígidos en el mundo; los polvos (arena, carbón, pólvora) se acumulan en pirámides; los líquidos fluyen de manera realista. Nuestro paso por las profundidades implica reconocer estos elementos y cómo podemos aprovecharnos de ellos. Allí es donde reside la verdadera magia del juego.

…bueno, sí, se salió de control

Por ejemplo; lanzar un rayo en una reserva de agua hará que todo en su interior se electrocute; lanzar fuego a una pila de pólvora la hará estallar; impactar con fuerza en una superficie de hielo la desquebrajará en bloques con física propia; y desde luego, incendiar madera es la forma más fácil de causar un incendio a nuestro alrededor. El mundo que nos rodea es tanto nuestro mayor aliado como nuestro principal antagonista, y de nosotros—y de nuestro conocimiento de sus propiedades—depende nuestra supervivencia en el mismo.

Noita está colmado de secretos. No lo parece tanto en un principio, y podríamos decir que ya con sus elementos a la vista—la generación procedural, la simulación de física en cada píxel—ya tiene suficiente material para encantarnos; pero esa es apenas una de las muchas capas que componen el juego. Noita oculta mecánicas y contenido que quizá nunca habíamos notado, pero que siempre estuvo allí. Uno de ellos es la alquimia de muchos de sus elementos.

Podemos ver algunas reacciones químicas de forma inmediata, como el agua transformándose en vapor al ser expuesta a una fuente de calor extremo, o congelándose en temperaturas bajas; pero hay otras reacciones no tan aparentes. Cada partida cuenta con una serie de pociones especiales generadas al azar, que se obtienen al mezclar distintos elementos. Las funciones de estas pócimas son sumamente interesantes, pero a los fines de la sorpresa prefiero no decir mucho más al respecto.

¡¡ZAZ!!

Sí puedo decir, sin embargo, que el mundo de Noita es enorme; gigantesco. Ni siquiera hace falta descender a las minas para apreciar esto, ya que el mundo en la superficie ya cuenta con una inesperada variedad de secretos. Si podemos regresar con los hechizos apropiados, podremos explorar más allá de los primeros límites impuestos por el juego, descubriendo zonas especiales que nos incitan a querer ir mucho más allá, a fin de intentar averiguar qué otros secretos se ocultan en la geografía. Hay mucho por descubrir, y cada descubrimiento acarreará más preguntas.

Sin embargo, es válido mencionar una de las verdaderas falencias del juego; en especial por su condición de Roguelike; y es que no hay una progresión de nuestro personaje entre partidas: siempre comenzamos con las mismas varitas y, aunque son bastante eficientes, se puede sentir repetitivo tras algunas muertes. Todo lo que recolectamos lo perderemos al morir, y eso puede sentirse particularmente frustrante. Sería muy agradable ver algún sistema de progresión en algún parche a futuro. Por ahora, lo que Noita ofrece es más que suficiente para contrarrestar esa mancha en su estructura.

Noita es un juego fascinante desde todos sus aspectos. Su jugabilidad básica ya es suficiente para entretener a la gran mayoría de los jugadores, pero son esos elementos adicionales los que terminan de cautivar a los más fanáticos del género. Noita incentiva y recompensa nuestra curiosidad; ya sea explorando su enorme mapa de juego como sus intrigantes mecánicas de magia y alquimia. No se dejen intimidar por su estado actual de Early Access, ya que lo que tenemos aquí es una propuesta fantástica, desafiante, pero también muy gratificante.

Malditos Elementales

El equipo de Nolla Games está formado por algunos de los más ingeniosos representantes de la industria indie, y esa colisión de ideas puede verse en cada píxel de Noita. Literalmente en cada píxel, pues de eso se trata justamente; y, en ese sentido, Noita triunfa de manera ineludible. Sólo podemos esperar mejoras hasta su eventual lanzamiento oficial; y estamos hablando de un juego que ahora mismo es uno de mis contendientes a Juego del Año. Es así de bueno. Es así de competente. Es Noita y es magia pura; de la más sutil… y hasta de la que hace estallar todo a su alrededor; inclusive a nosotros mismos.

NOITA (EARLY ACCESS)

24/09/2019 (PC)
9.5

Pude experimentar una Build de Noita hace unos meses, para luego lanzarme de cabeza a su versión Early Access en Steam, apreciando todo el nuevo contenido y mejoras realizadas desde aquella Build de prueba. Se aprecia la mano de cada uno de los integrantes de Nolla Games en este nuevo proyecto, y de aquí al futuro sólo podemos esperar más y mejor contenido. Todo fanático de los plataformeros Roguelike debe probar esta maravilla. El juego fue provisto por el desarrollador.