Una temática que suele explorarse en los escenarios futuristas y cyberpunk es la relevancia del ser humano como tal, siendo reemplazado cada vez con más frecuencia por la fría y calculadora precisión de sus contrapartes robóticas. En un mundo idílico, los robots se encargarían de realizar todas las labores mientras los seres humanos disfrutan de sus vacaciones permanentes, pudiendo enfocarse en sus verdaderas pasiones y sueños. En la realidad, la proliferación de empleados que no necesitan ni descanso ni seguro médico es la utopía de las megacorporaciones y la pesadilla de aquellos que, pese a todo, luchan el día a día para obtener un sueldo digno y, más importante aún, mantener su propia humanidad. Más o menos por esos dramas se mueve Neo Cab, la ópera prima de Change Agency.
Lina es una de estas personas; antes una empleada de la corporación Capra hasta que la empresa pasó toda su rama de transporte a vehículos totalmente automatizados, alegando que eso traería la máxima seguridad en las calles. Ahora trabajando para la titular Neo Cab, una especie de Uber cyberpunk, Lina se encuentra de camino a Los Ojos, California, a donde su mejor amiga, Savy, le ha pedido ir para vivir juntas. Es una nueva vida. Es una nueva oportunidad. Y, claro, es demasiado bueno para ser verdad.
Tras una alegre reunión y el regalo de un brazalete SensaRed (FeelGrid) de por medio, Lina aprovecha para recoger a sus primeros pasajeros en la nueva ciudad mientras su amiga termina unos asuntos en otro lado; pero hacia el final de la noche sucede el desastre: Savy envía un enigmático mensaje a Lina y, al arribar al sitio desde el que se envió, sólo encontramos su celular en el suelo, destruido. Lina está sola en una ciudad que no conoce, sus fondos son escasos, su mejor amiga ha desaparecido y la presencia de Capra en la ciudad es mucho más invasiva de lo que suponemos.
Toda esta primera noche—que podemos disfrutar a pleno en la Demo gratuita del juego—nos da un pantallazo prometedor a una historia de misterio. Lamentablemente, de aquí en más Neo Cab no parece saber exactamente a dónde quiere ir, porque si bien hay una trama principal a seguir, queda casi de lado ante la presencia de múltiples pequeñas historias secundarias que iremos conociendo a medida que levantamos pasajeros y los llevamos a sus respectivos destinos.
El juego transcurre casi totalmente dentro del auto de Lina. A lo largo de seis noches tendremos que cumplir con los requerimientos de nuestra profesión, transportando gente de aquí para allá. Lina aprovechará estos viajes para conocer mejor a sus clientes y, de paso, intentar averiguar qué le ocurrió a su mejor amiga. Poco a poco iremos uniendo piezas con otros eventos que están ocurriendo en la ciudad; especialmente la presencia de los Radix, una facción de gente que odia todo tipo de automóvil; y la discusión sobre la Ley Sophie, que haría ilegales a todos los conductores humanos.
Sin embargo, toda esta narrativa principal se siente casi dejada de lado a favor de las historias secundarias; aquellas que vamos descubriendo a medida que transportamos gente. Nuestra App de Neo Cab nos permite elegir a qué pasajero querremos transportar, teniendo en cuenta la distancia a recorrer y su reputación. Cada viaje nos ayuda a revelar más de sus historias personales y, en viajes subsecuentes, a forjar lazos emocionales con ellos. Aquí es donde el juego saca a relucir su carta principal, que es la presencia del brazalete SensaRed.
Este aparato tiene la función de mostrar a cada momento nuestra emoción actual y su intensidad; desde el azul depresión hasta el rojo furia, pasando por el amarillo felicidad y el verde calma. Nuestras interacciones con el mundo exterior y nuestras charlas con los pasajeros alterarán el tono del brazalete para mostrarnos nuestros estado actual; y es una verdadera suerte, porque el modelo de Lina tiene apenas un puñado de expresiones concretas y, hay que decirlo, no siempre parecen mostrar lo que verdaderamente está sintiendo. Tal vez esa era la idea en la teoría (al fin y al cabo, lo que expresamos con el cuerpo no siempre es estrictamente lo que sentimos por dentro), pero no deja de sentirse extraño en la práctica.
El dilema con el SensoRed es que, dependiendo de nuestro estado emocional, hay veces en las que nuestras emociones nos impiden elegir algunas opciones de diálogo; o a veces añaden una opción extra. Debo decir que, tras haber superado el juego dos veces (eligiendo diferentes pasajeros en cada partida) no terminé de entender cómo funciona exactamente el dichoso sistema, y hasta en momentos me pareció que no había una verdadera lógica de fondo, forzándome a elegir cosas que realmente no sentía. No se aprecia tanto en la primera partida, pero las siguientes sesiones (si es que queremos experimentar las demás historias) sacarán a la luz varios inconvenientes con los sistemas que aplica el juego.
Es aquí donde Neo Cab empieza a desbarrancar un poco. Para ser un juego que enfoca buena parte del mismo en explorar sensaciones y sentimientos, el propio juego no consigue salir de un diseño soporífero en sus estructuras. El apartado gráfico es muy limitado, incluso para una Novela Visual. Las calles de Los Ojos son siempre las mismas, no importa las descripciones de la narración. Los diseños de los personajes es interesante, pero es sorprendente lo poco que se aprovechan los modelos 3D, limitándolos a cambiar la expresión de sus rostros cuando podrían hacer mayor uso del lenguaje corporal general. He visto Novelas Visuales en 2D con mucha más expresividad.
El audio es uno de los mayores infractores: apenas hay un puñado de efectos de sonido en todo el juego, y la banda sonora se limita a repetir dos o tres melodías en loop; algo que se extiende hasta el “enfrentamiento final” de la historia, que pierde todo tipo de impacto emocional por carencia de una tonada acorde a las circunstancias y, ya que estamos, expresiones apropiadas de parte de los personajes involucrados; la falta de expresividad corporal en los modelos que mencionamos en el párrafo anterior.
No puedo decir que haya disfrutado de Neo Cab. Algunas de sus historias secundarias fueron mucho más interesantes que la trama principal, que se pierde en un mar de conceptos a medio hacer, sazonados por decisiones de diseño de igual calibre. Pero, en general, el juego nunca hizo un verdadero esfuerzo por mantener mi atención en lo que intentaba contarme. Todos sus mensajes de inclusión, filosofía y cuestionamientos sobre la identidad propia se entremezclan en una narrativa que se vuelve brumosa, cuyos giros argumentales no son el “¡¡FUUAAAA!!” al que apuntaban, sino más bien un “Ah, ¿era eso?” deprimente. Y eso es una verdadera pena, porque es evidente que había mucho potencial en el micro-universo que nos ofrece la ciudad de Los Ojos. Lo mejor será subirnos a otro coche y cambiar de destino.
NEO CAB
Superé Neo Cab dos veces, sumando más de 8 horas de juego y obteniendo dos finales diferentes. Su concepto es original e interesante, pero peca de importantes decisiones de diseño que hacen de la experiencia algo difícil de disfrutar. Recomiendo darle una oportunidad a la Demo para ver si este viaje es más para ustedes que para quien escribió todo el texto anterior. Lo jugué en PC, con un código provisto por la distribuidora.