ANÁLISIS | Moss: Book II, un juego que justifica jugar en VR

El primer Moss supo demostrarnos que con la realidad virtual se puede descubrir una nueva forma de jugar y de contar historias. Polyarc con un juego pequeñísimo como su protagonista puso la piedra fundacional de la confianza la realidad virtual. Gracias a juegos como Moss, hoy sabemos que jugar en VR es mucho más que ponerle un primerísimo primer plano a un gameplay de simulación: el VR es un arte por sí mismo con un montón de posibilidades. Y han pasado varios años desde la llegada del primer juego y la secuela se hizo esperar –muchísimo, por culpa de ese final abierto–, pero al fin está con nosotros. Moss: Book II es la carta de despedida de PlayStation VR, de cara a la nueva generación del visor de Sony. ¿Estará a la altura de todo esto?

Moss: Book II es un plataformas de puzles y acción que retoma el primer juego desde donde terminó. Literalmente, parte después de vencer al jefe final de Moss y continúa justo después de ese cliffhanger que dejó más dudas que respuestas. Volvemos a tomar control de la ratoncita heroica Quill, aunque nuestra persona está encarnada en el Lector, una entidad que puede interactuar y modificar el mundo que nos rodea y ayudar a la pequeña a superar los retos.

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Estamos ante una secuela continuista en el mejor sentido de todos. El primer Moss rompió varios moldes, pero también resultó ser un juego muy corto, que terminó justo cuando sentíamos que al viaje de Quill le quedaba lo mejor para dar. Por esta razón, que llegue esta secuela con las mismas mecánicas pero profundizadas como hubiésemos querido en la primera parte, no está mal. De hecho, se agradece. Moss: Book II se siente tan completo que hasta les diría que lo jueguen directamente si no jugaron al primero, sobre todo porque tiene un recap hermoso al comienzo de la aventura que nos pone al tanto de lo que necesitamos saber para disfrutar la historia.

Y lo mejor de Moss: Book II es que no solo vuelve a conseguir que sintamos que estamos “ahí adentro” de ese mundo de fantasía que tanto nos recuerda a una literatura fantástica de cuatro dimensiones, sino que además nos da más razones para quedarnos en ese mundo. Mayores desafíos, más secretos para descubrir, más personajes y un diseño de niveles excelso que saca todo el provecho del entorno 360° de la tecnología y de las interacciones que solo son posibles en VR.

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La aventura funciona como en un diorama. Los niveles son una maqueta que presenta desafíos de plataformas y combates ocasionales, y que, en general, llegan planteados como un gran puzle. Con el DualShock 4 controlamos a Quill y con el sensor del movimiento encarnamos al Lector. El fuerte del juego, tanto a nivel narrativa como jugable, está en las interacciones del Lector y Quill. El primero somos literalmente nosotros, en primera persona, y cada movimiento del control para chocar los cinco con Quill o ayudarla a vencer a un enemigo nos conecta con ella de una manera especial. La figura del jugador y del personaje están fusionadas en uno en Moss, dándonos una metanarrativa que eleva la inmersión a un nivel que ningún otro juego consigue. Somos jugadores, pero también lectores y protagonistas de la historia.

Esto último es lo que hizo de la primera entrega una revolución y que se repite en esta secuela. Quizás por eso Moss: Book II no logre sorprender al mismo nivel, pero las sensaciones que trasmite son las mismas. Es una excelente aventura de plataformas con puzles que nos van a hacer pensar, con distintas armas y poderes para desbloquear y varias razones para revisitar niveles una vez que las desbloqueamos. Un mismo nivel nos va a pedir coordinar las acciones del Lector y Quill de maneras originales y divertidas mientras sentimos que es nuestra propia mano la que interactúa en ese mundo mágico.

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El combate es quizás lo menos inspirado ya que no aprovecha a fondo el hecho de que en esta secuela tenemos tres armas. Puede tornarse repetitivo, pero no le quita el encanto al ritmo del viaje, que no deja de sorprendernos con la inventiva de sus escenarios, las perspectivas de cámara y el carisma de sus personajes.

Moss: Book II es más largo, con unas seis horas en promedio, duración ideal sabiendo que jugarlo implica ponerse un casco. Y sobre esto último, la realidad es que el PlayStation VR sigue muy vigente a nivel inmersión, audio y calidad visual, aunque la precisión de sus controles no está a la altura de lo que encontraríamos en otros visores más nuevos. Dado que está secuela eleva al máximo la sinergia entre Quill y nuestro Lector, hay momentos en los que vamos a tener que coordinar el sensor de movimiento con los controles tradicionales que mueven a la ratoncita, y la cosa no responde tan bien como quisiésemos. Pero si tenemos en cuenta que el juego está corriendo en tecnología de 2016, Moss: Book II es casi un milagro técnico. Cualquier pega que podamos criticar no es nada al lado de sus logros narrativos, de inmersión y de jugabilidad.

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Polyarc vuelve a darnos una aventura que se siente concebida para la realidad virtual y que solo es posible gracias a ella. Moss: Book II toma la fórmula de la primera parte y la llena de esteroides para ser un juego más grande y mejor, convirtiéndose en una experiencia obligada para todos quienes posean un visor de este tipo. Al ser una secuela, carece del factor sorpresa y disruptivo; de hecho, es muy continuista, pero también es cierto que han salido tan pocos juegos desde 2018 que experimenten en serio con esta tecnología que Book II termina por recordarnos que todavía falta muchísimo para explotar la realidad virtual. Ansiosa por ver lo que Polyarc pueda llegar a hacer en PlayStation VR 2.

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MOSS: BOOK II

31/03/2022 (PS4/PSVR)
8.5