Análisis | Moons of Madness es un catálogo de vicios del peor terror

Los Walking Simulator son juegos de un género delicado. Debido a la limitación de su jugabilidad, su éxito depende casi exclusivamente de qué tan bien plantee su historia, su narrativa y el microuniverso en la que tendrá lugar. Más difícil es para los Walking Simulators de Horror, que suelen caer en clichés típicos del subgénero al punto en que no llegan a generar los sobresaltos y tensiones que quizá esperarían; y me temo que por ese lado cae Moons of Madness; un juego que lo intenta, pero no hace nada que lo destaque realmente entre los demás.

Ni siquiera es que no tenga elementos originales, conceptos interesantes o hasta una idea central bien ejecutada; ocurre que, de alguna forma, el juego consigue que todo ese potencial se reduzca a clichés y, en el peor de los casos, segmentos de juego que no resultan entretenidos. Pero vayamos por partes e intentemos diseccionar este espécimen, pues hay varias cosas a hacer notar.

Moons of Madness, desarrollado por Rock Pocket Games y distribuido por Funcom, es una historia de tintes Lovecraftianos; y con esa sola frase ya saben exactamente todo lo que vamos a ver a lo largo de la misma: un inevitable descenso a la locura y muchos tentáculos. La gracia en este caso es el de tomar lugar en una base de operaciones erguida en el planeta Marte, donde nuestro protagonista, Shane Newehart, oficia de Ingeniero en Jefe para el Grupo Orochi; corporación que ha enviado tripulantes al Planeta Rojo para realizar ciertos experimentos.

‘Grupo Orochi’. No es ominoso para nada, ¿eh?

La primera gran falta de la que debo acusar al juego está en las opciones de configuración del mismo. Puedo tolerar (no aceptar) que Moons of Madness no nos deje reconfigurar el teclado, pero que un juego en Primera Persona no permita modificar el campo de visión (FOV) es imperdonable. Ha habido instancias en las que debí desviar momentáneamente la vista del monitor, porque el campo de visión me estaba afectando a los ojos. Si bien no todos tendrán esta misma complicación, la falta de herramientas para solucionarla no puede ser dejada de lado.

Y es una verdadera pena, porque una de las mejores cosas que tiene este juego es un diseño y dirección de arte muy bonito. Desde los pulcros pasillos de la base marciana hasta los eventuales corredores de locura, el juego se luce con muchos detallitos de interés. De hecho, y aunque parezca chiste, lo que más me gustó de toda su estética es la presentación de nuevos capítulos, estampando el nombre de los mismos en el propio escenario, a veces marcando el inicio de instancias tensas.

Pero Moons of Madness es, al final del día, un Walking Simulator de Horror y se comporta como tal. Ya de entrada, tan pronto da inicio el juego, vivimos una secuencia de terror con la base a oscuras, Corrupción por todas partes, y una lamentable tendencia a los lugares comunes que dominará casi toda la narrativa. Aquellos que hayan jugado cualquier otro juego del género va a saber exactamente cuándo y cómo este título va a intentar “asustarnos” con algún jumpscare. Es una secuencia introductoria mal llevada, que sólo consigue fastidiar y confundir al jugador, sólo para terminar despertando de lo que en realidad había sido una pesadilla.

Nuestra habitación… y el único momento de paz

Ni siquiera voy a llamar “spoiler” a eso, pues necesito contrastar lo vivido durante el segmento del sueño inicial con muchas otras cosas que ocurrirán más tarde. A medida que la trama avanza y las cosas se empiezan a salir de control, Shane jamás repara en que algunos de los elementos de su pesadilla son los mismos que está viendo en la realidad. De hecho, las reacciones de nuestro protagonista ante los horrores que le deparan son más cómicos que terroríficos. Me atrevo a decir que Shane reacciona a todo como si fuera un YouTuber en pleno Let’s Play del mismo juego del que forma parte.

El verdadero dilema de Moons of Madness está en sus limitaciones como Walking Simulator. El juego está constantemente guiándonos por toda la base; bloqueando accesos, abriendo pasillos y acomodando las cosas para que sólo tengamos una única ruta a seguir. Hay elementos de jugabilidad más activos, particularmente algunos puzles aquí y allá. Ninguno de estos elementos resultará particularmente desafiante… con la excepción de un segmento de sigilo en la oscuridad durante las etapas más avanzadas del juego, que es uno de los segmentos más fastidiosos de toda la aventura, empeorado por la pobre ubicación de algunos checkpoints y la relativa tardanza de algunas pantallas de carga, que demoran justo lo suficiente como para hacernos perder ese poquito de paciencia que nos quedaba.

La narrativa es lo suficientemente decente para mantenernos interesados, aunque la gran mayoría de la misma la descubriremos a medida que leemos montones de textos y mails. Es una forma barata de extender el tiempo de juego y mandar exposición al mismo tiempo, y no estoy seguro de que sea la forma más eficiente de hacerlo. Por otro lado, los eventos se van sucediendo con buena mesura y hay un hilo conductor en la trama; aunque, como ya explicamos, no es nada que uno no vea venir a medio kilómetro de distancia si es que alguna vez jugaron cualquier otro juego de terror con temática Lovecraftiana.

No podía faltar el bicho de los tentáculos

Moons of Madness pretende llevar el Terror Cósmico justamente al cosmos, pero se queda en el camino, enredada en sus docenas de clichés propios del género. Lo cierto es que no puede haber verdadero terror sin el miedo a equivocarnos, y el juego nos lleva tanto de la mano que es imposible entrar en el pánico de sus protagonistas cuando ven acercarse un bicho lleno de tentáculos; porque nosotros sabemos que, al no haber ninguna otra opción, algo ocurrirá para salvarnos y cualquier emoción al respecto se pierde en ese conocimiento.

El verdadero terror está en lo desconocido, y la triste verdad es que lo que Moons of Madness nos ofrece ya lo hemos visto antes, en cientos de oportunidades distintas, y mayormente en mejores títulos. Aquellos neófitos jugadores del género, adelante; encontrarán en este juego muchas cosas interesantes. Pero para aquellos que ya tienen experiencia en estas cosas, nada de lo que verán en esta historia de locura y tentáculos llegará a sorprenderlos en lo más mínimo. No es nada de otro mundo; ni aunque tome lugar en Marte.

MOONS OF MADNESS

22/10/2019 (PC)
6.5

Pasé casi 7 horas con Moons of Madness y no puedo decir que haya disfrutado mi estadía en su propuesta de Horror. Más allá de una dirección de arte muy atractiva y una historia que poquito a poquito iba remontando, su limitada jugabilidad de Walking Simulator y todos los clichés de su argumento terminaron por fastidiarme más rápido de lo que esperaba, potenciado por un par de inconvenientes técnicos que no ayudaron al caso. Sigue siendo un juego funcional y muchos lo encontrarán interesante… pero yo no soy uno de ellos. El juego fue provisto por el desarrollador.