Pocas compañías en el gaming tienen tantos personajes icónicos como Nintendo, pero como si no fuese suficiente con tener a Mario, Zelda, Donkey Kong, Kirby y muchos más, Nintendo va un paso más allá. No hay ninguna compañía en el gaming cuyos avatares para usuarios sean tan icónicos como los Mii. Estos monigotes hasta tuvieron sus propios juegos, siendo Miitopia uno de ellos. Originalmente, este juego salió en Nintendo 3DS en 2017, pero en el año de Breath of The Wild y Super Mario Odyssey obviamente que pasó desapercibido. Ahora, Miitopia llegó a Switch para darle nueva vida a estos avatares con una remasterización.
Miitopia es un juego tan extraño como uno podría esperar, pero a la vez bastante simple. A diferencia de otros títulos protagonizados por los Mii como Tomodachi Life, Miitopia es un RPG. Como todo juego del género, varios de los conceptos que uno puede esperar se encuentran en Miitopia: combate por turnos, diferentes clases, habilidades e ítems, niveles de relaciones entre personajes y más. Lo que sí, la gran mayoría de las mecánicas son bastante simplificadas, a tal punto que uno podría describir Miitopia como un buen RPG para principiantes en el género. Esta simpleza es un arma de doble filo, pero las mecánicas no son realmente el atractivo del juego.
El objetivo real de Miitopia es presentar interacciones entre los Mii, y es de ahí de donde surge la historia del juego. Nuestro Mii protagonista es un viajero que llega al mundo de Miitopia, donde de repente el Dark Lord ataca y comienza a robarle las caras a todos los Mii que habitan el mundo. Una misteriosa voz nos guía en nuestro viaje para devolverle los rostros a estos pobres Mii mientras que nuevos Mii se unen a nuestro equipo para ayudarnos en nuestro viaje. Lo más importante de todo esto es que todos esos Mii, incluyendo NPCs que ni siquiera tienen demasiado peso en la historia, son Mii que nosotros podemos modificar.
Usando el creador de Mii que ofrece la Switch, el look de todos los personajes del juego está en nuestras manos. No solamente podemos crear al protagonista y a nuestros compañeros en aventura, sino también al mismísimo Dark Lord. Como añadido para esta remasterización, Miitopia suma un centro de maquillaje y peluquería, que actúa como un segundo menú de creación de personaje con muchísimas más herramientas que las del creador base de la Switch. Así, las docenas y docenas de personajes de Miitopia pueden ser interpretados por quien se nos ocurra. Desde cantantes, personajes de series, videojuegos, anime y más, hasta amigos, familia y vecinos, todos pueden ser parte de Miitopia.
Esta idea de que cualquiera puede ser un personaje es el atractivo principal del juego, tanto para bien como para mal. Por un lado, la idea de que tu Mii puede formar un equipo en un RPG con Goku, Homero Simpson y Shrek suena a un disparate que trae momentos divertidos, especialmente por los sistemas de amistad de Miitopia. Cada personaje tiene un medidor que muestra la relación entre ellos, y los personajes pueden salir a tomar café, compartir una habitación o simplemente ayudarse en batalla para aumentar esa amistad. A mayor nivel de amistad, más habilidades se desbloquean que por lo general suelen involucrar apoyo en batalla entre estos amigos. Así, Goku te puede dar una mano en algún ataque especial que tu Mii personal está por desatar.
Sin embargo, la realidad es que lo atractivo que pueda llegar a sonar todo esto va a depender sí o sí de la tolerancia que uno tenga a este tipo de interacciones. Varias de las escenas son intencionalmente graciosas, pero otras son simplemente dos personajes conversando sobre lo útiles que son los ítems para recuperar HP. Para colmo, Miitopia es un RPG y como tal es un juego largo. La historia en sí nunca toma nada de complejidad, y las interacciones se cargan a sus hombros el peso de 40 horas de contenido. El juego introduce nuevos personajes a un ritmo decente, y por lo tanto la oportunidad de añadir nuevos Mii refresca un poco las situaciones, pero al momento en el que esa magia se empieza a perder, Miitopia deja de ser entretenido.
Esto también tiene que ver con esa simpleza en los sistemas del juego. Como RPG, Miitopia no es la gran cosa, y de hecho para algunos hasta podría considerarse como un ejemplo negativo de sistemas simples. El único personaje sobre el que tenemos control en batalla es nuestro protagonista, e incluso ni siquiera tenemos la opción de “programar” a nuestros compañeros para que se dediquen a usar ataques físicos o habilidades de manera específica. Así, no es raro ver un personaje desperdiciando un ítem de HP cuando otro personaje lo podría haber curado. Esta decisión le quita estrategia al juego y como tal el desenlace de muchas de las peleas se siente aleatorio.
Tampoco ayuda que Miitopia no toma la oportunidad de esta remasterización para mejorar su interfaz. Muchas de las habilidades carecen totalmente de explicaciones, ya sean habilidades específicas de una clase que subió de nivel o habilidades nuevas que se consiguen aumentando amistad entre personajes. Cuando un personaje que no es el protagonista aprende una habilidad, no sabemos qué hace hasta que dicho personaje decide usarla en batalla. Esa falta de control se expande a otros sistemas, como por ejemplo la idea de comprar ítems: nosotros le damos dinero a un personaje para comprar el ítem que nos pide, pero si el personaje aleatoriamente se distrae, puede volver con un ítem diferente al que necesitamos comprar.
Los otros aspectos de la remasterización, por suerte, brillan mucho más. Los Mii nunca fueron personajes gráficamente complejos, pero el Miitopia de 3DS en general no era un juego demasiado lindo de ver por la baja resolución de la consola en sí. Esta remasterización, en cambio, lo hace a uno confundir el juego por uno diseñado para la Switch. Miitopia sigue sin ser algo de la talla de Zelda o Mario, pero los enemigos, los escenarios y la calidad de sonido ya no son los de una portátil de hace 10 años. Quizás las soluciones utilizadas para traducir las dos pantallas a una sola no son las mejores, pero al menos no es algo clave para este juego en particular.
La integración online de Miitopia merece una mención aparte, ya que es el aspecto más decepcionante de todo el juego. A diferencia de cualquier otro juego normal con creador de personajes, Nintendo por alguna razón decidió que la idea de usar códigos de Mii creados por otra gente esté bloqueada detrás de la suscripción a Nintendo Switch Online. La comunidad del juego creó diseños de todo tipo y de altísima calidad, pero si uno no está suscripto al servicio, no puede ni siquiera usar Mii de amigos en Switch. Así, la tarea de diseñar la enorme cantidad de Mii queda en uno mismo. Una vez más, al igual que con Super Mario Maker 2, Nintendo lanza un juego que para disfrutarlo al máximo hace falta el costo extra de una suscripción online.
Miitopia es un juego que solo a Nintendo se le ocurriría hacer. Al ser un RPG simple con una historia básica y sistemas que no son del todo entretenidos, este juego queda a la merced de los Mii que usemos para poblarlo. En cierto sentido, Miitopia es como una serie de televisión mediocre que depende enteramente de los actores involucrados para no ser todavía peor. Si podés conseguir Mii que puedan cargarse a los hombros ese peso (o si los podés crear vos en caso de que no cuentes con una suscripción a Nintendo Switch Online), probablemente pases un buen rato. Como quizás pocos otros juegos, Miitopia te devuelve tanto como vos estés dispuesto a darle.