ANÁLISIS | Meteorfall: Krumit’s Tale capta nuestra atención

A veces una idea simple puede expandirse en algo mucho más especial. A veces un juego de mecánicas sencillas puede evolucionar en una secuela que le saca todo el jugo a su potencial. A veces pasan cosas como Meteorfall: Krumit’s Tale; un interesante Roguelike de cartas que nos deleita con un apartado audiovisual caricaturesco y nos atrapa con una jugabilidad adictiva. Veamos qué tiene de bueno el cuento del viejo Krumit.

Meteorfall: Krumit’s Tale

Allá por el año 2018 aparecía Meteorfall: Journeys; un juego de cartas coleccionables Roguelike diseñado para dispositivos móviles, pero que ya gozaba de un encanto particular gracias a sus gráficos reminiscentes a una versión distorsionada de Hora de Aventuras. Las mecánicas de aquel primer juego estaban muy limitadas por la plataforma en la había aparecido, pero era evidente que aún se podía hacer mucho más por este universo, siempre y cuando se hiciera el esfuerzo. Y el esfuerzo se hizo, nomás. La desarrolladora Slothwerks se puso a trabajar en Krumit’s Tale, la secuela a los eventos del primer Meteorfall, que comparte protagonistas pero añade una generosa cantidad de cosas, en especial mecánicas de juego; y el resultado es digno de nuestra atención.

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Krumit sostiene el tablero de juego

Krumit sostiene el tablero de juego

La idea es simple: tras elegir a nuestro personaje protagonista tendremos que atravesar una serie de niveles. Superamos un nivel cuando todos los enemigos del mismo son derrotados. Lo interesante es que, en esta oportunidad, las “cartas” son baldosas en un tablero de 3×3, y nuestro mazo no sólo contiene las armas, poderes y demás habilidades que nos ayudarán a derrotar a los malosos, sino que también incluye a los propios villanos de cada escenario. Cada vez que removemos una baldosa del tablero, las baldosas superiores caerán para ocupar el lugar vacío y la siguiente carta de nuestro mazo—siempre anunciada de antemano—pasará a colocarse en lo alto de la columna que acabamos de afectar. El movimiento de las baldosas repercutirá en algunas de las mecánicas del juego, tanto en el comportamiento de algunos enemigos como en las propiedades de ciertas armas y poderes.

El combate en Meteorfall puede volverse un ejercicio de estrategia y lógica por derecho propio. Al entrar a batallar contra alguna de las criaturas que mora en el tablero de juego veremos un pulcro listado de todos sus ataques, en orden, y del movimiento que realizará en su próximo turno. A veces el poder de ataque básico de nuestro protagonista es suficiente para derrotar al adversario, pero en la mayoría de los casos nos veremos más beneficiados por la asistencia de alguna arma o poder especial. Podremos “equipar” hasta cuatro cartas en nuestra mano y activarlas para potenciar nuestros golpes o aumentar nuestro nivel de escudo. Si podemos alcanzar o incluso superar el poder de ataque del adversario, no sólo evitaremos recibir daños, sino que el enemigo quedará aturdido por el turno siguiente; una táctica que conviene tener en cuenta.

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Mischief prefiere atacar desde las sombras

Mischief prefiere atacar desde las sombras

Podemos adquirir baldosas del tablero si tenemos suficiente dinero para comprarlas. Obtendremos una moneda por cada enemigo derrotado, pero también podemos optar por descartar baldosas para ganar una moneda y, además, recuperar dos unidades de salud. Dicho esto, muy pronto todo el juego se vuelve una tensa odisea de pensamiento lateral, debiendo encarar cada nuevo nivel tratando de aumentar las habilidades de nuestro protagonista de la manera más eficiente posible. Al salir airosos de cada nivel obtendremos una carta adicional y un modificador permanente que alterará algunas reglas del juego, como permitirnos empezar cada nivel con algo de oro, o recuperar energía si derrotamos enemigos teniendo menos de la mitad de nuestra salud. También al final de cada nivel se nos dará la oportunidad de visitar el mercado para comprar nuevas cartas a cambio de las Gemas con la que se nos recompensa por superar escenarios.

Es en su rejugabilidad donde Meteorfall: Krumit’s Tale aporta buena parte de su encanto. La campaña principal podrá ser encarada por cinco héroes, cada uno con reglas y comportamientos propios, además de su propia colección de cartas especiales. Bruno es el guerrero arquetípico, enfocándose en ataques frontales y valiéndose de sus defensas mejoradas. Greybeard el Mago se vale de poderosos hechizos. La escurridiza Mischief sufre de poca defensa, pero sus ataques desde las sombras pueden ser aterradoramente letales si se los planea con cuidado. El tétrico Muldorf se valdrá de los esqueletos reanimados de sus enemigos para luchar por él. Y Rose se debatirá entre Bendiciones y Maldiciones para sufrir y hacer sufrir a los demás.

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Greybeard hace uso de su magia

Greybeard hace uso de su magia

Cada héroe presenta estilos de juego muy diferentes entre sí, y esa diversidad se agradece enormemente. Hay que hacer mención de la dificultad del juego: ya a partir del segundo nivel veremos un notable aumento de dificultad, y de ahí en más la aventura se volverá exponencialmente más dura. Superar las instancias futuras dependerá de nuestro entendimiento de las mecánicas de cada héroe, así de un profundo planeamiento de las cartas que vamos juntando por el camino. Y si acaso la campaña principal no es suficiente, también podremos encarar modos de juego especiales con reglas únicas, y hasta desafíos predefinidos por los desarrolladores. Para mejor, cada vez que concluimos una sesión—hayamos ganado o perdido—la experiencia adquirida hará que habilitemos nuevas cartas para futuras incursiones, dándonos todavía más razones para volver a la carga.

Más allá de su enviciante jugabilidad, no puedo no destacar el apartado audiovisual de Meteorfall: Krumit’s Tale. El mismo hermoso arte caricaturesco del primer juego está de regreso, pero ahora gozando de animaciones fantásticas. Hay que decir que es obvio que el juego fue diseñado pensando en dispositivos móviles, ya que toda la acción transcurre en la columna central de la pantalla. De hecho, se planea lanzar una versión para dispositivos móviles para fines de Agosto de 2020, pero la versión de Steam—ya disponible—ciertamente se deja jugar. Las melodías de fondo son muy amenas, y siempre es agradable escuchar la voz del propio Krumit, arengándonos a continuar el viaje.

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¡Al ataque, Bruno!

¡Al ataque, Bruno!

Meteorfall: Krumit’s Tale consigue forjar una experiencia de juego que cierra por todos lados. Su jugabilidad está compuesta de reglas simples, concretas, y acción altamente adictiva. La generosa diversidad de sus protagonistas, sumado a su competente sistema de mejoras, van a hacernos volver una y otra vez a recorrer este mundo de fantasía que, pese a un nivel de dificultad que puede volverse monstruoso si no tenemos muchísimo cuidado y planificación, nos sigue atrapando con su encanto y personalidad. Este es el cuento que nos gusta escuchar.

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METEORFALL: KRUMIT’S TALE

23/07/2020 (PC)
9.0

Disfruté plenamente de Meteorfall: Krumit’s Tale durante casi 10 horas de juego, habiendo habilitado a todos los protagonistas y experimentado todos sus modos de juego, finalmente alcanzando la victoria con Mischief en una única oportunidad; pero definitivamente seguiré jugando para habilitar más cartas e intentar llegar al final con los demás personajes. Es así de adictivo, y eso está perfecto.