Pero con el correr del tiempo ese nombre pasó a ser sinónimo de conflicto, decepción y terminó siendo una mochila difícil de llevar para el grupo de desarrolladores. Mass Effect Andromeda fue muy mal recibido en su momento por problemas técnicos iniciales y una historia con demasiados huecos por llenar que evidenciaban un desarrollo turbulento (el cual fue ya reportado). Anthem fue la gota que rebalsó el vaso y fue tal el fracaso que Electronic Arts ya lo abandonó por completo. Dragon Age 4 se anunció hace ya un tiempo pero se sabe poco y nada; los últimos reportes indican que el desarrollo pegó un volantazo para volver a ser una experiencia single player en lugar de ser un juego como servicio. En ese contexto, BioWare necesitó volver a las fuentes y recuperar un poco de mística. ¿La solución? Una remasterización de la trilogía completa de Mass Effect que moderniza y revitaliza estos juegos y los adapta a las plataformas actuales; sobre todo a Mass Effect 1, un juego que necesitaba muchos ajustes para poder ser disfrutado en la actualidad.
Ponerse a jugar esa primera aventura hasta la llegada de la Legendary Edition era todo un desafío para nuestra paciencia y nuestra exigencia. En PC quizás con algunos mods y ciertos programas como el ReShade era posible mejorar algunos aspectos, pero no alcanzaba para modernizarlo del todo. Ni hablar en consolas, donde incluso la versión retrocompatible en Xbox era prácticamente injugable. Así es como Mass Effect 1 es el juego que más trabajo y dedicación recibió en esta remasterización. Si bien todos tuvieron mejoras de resolución, texturas, shaders y efectos de iluminación, este primer capítulo tiene varios cambios en materia de jugabilidad, interfaz y control general.
Quizás la interfaz sea aquello que más rápido nos llame la atención; está bastante modernizada y más alineada con la que se terminó viendo en Mass Effect 3. Ese lavado de cara se ve con todo aquello que vemos mientras estamos controlando a nuestra versión de Shepard. Lamentablemente el resto de los menúes o el manejo de inventario no tuvo una reconfiguración y sigue siendo el mismo laberinto y descontrol de siempre.
Pero por supuesto que todo el trabajo a nivel visual que tiene esta nueva versión se lleva todos los premios. Sin ser una remake, la Legendary Edition va un par de pasos más allá de lo que suelen ser varias remasterizaciones que simplemente redimensionan texturas y agregan algún que otro efecto o mejora de resolución. Utilizando ‘machine learning’ e inteligencia artificial, estas versiones de Mass Effect nos ofrecen texturas sumamente detalladas y vistosas, efectos de iluminación totalmente nuevos, nuevos modelos de algunos personajes (finalmente el modelo femenino de Shepard es el mismo en todos los juegos), efectos climáticos nuevos, mapas más poblados y con más vegetación, horizontes totalmente renovados que hacen de la exploración de planetas en Mass Effect 1 un disfrute mucho mayor que antes.
Todas estas mejoras visuales son más notorias en ese primer capítulo de la saga y lo ponen prácticamente a la par de sus secuelas. Pero los cambios en ME1 no son solo estéticos, sino también tienen que ver con el movimiento de nuestro personaje y como ahora vamos a poder correr incluso cuando no estamos en combate, algo que puede parecer menor o ridículo a simple vista pero que es una mejora en la calidad de vida notable. Las mecánicas de shooter en tercera persona y la cobertura que usa Shepard han mejorado notablemente y se siente como un título más placentero de jugar. Además la posibilidad de poder utilizar cualquier arma sin importar la clase que elijamos abre un abanico de posibilidades enormes a la hora del combate; apuntar con un sniper ya no es una tarea imposible y nos da una herramienta más a la hora de pelear con nuestros enemigos.
Por supuesto que una de las partes más polémicas de ME1 venía a la hora de manejar el Mako, el vehículo que usábamos para recorrer gran parte de los planetas del juego. En su momento tenía un manejo horrible y en esta remasterización por suerte se ajustaron algunas tuercas y ahora subirse al Mako es, aunque sea, soportable. Lamentablemente no pasó a ser algo placentero ni entretenido, pero por lo menos no es un calvario.
Más allá de todas estas mejoras en la calidad de vida del juego, Mass Effect 1 sigue siendo un juego único y una de las mejores óperas espaciales en la historia del gaming. Ese primer capítulo brinda una sensación de sorpresa y descubrimiento enorme y nos abre la puerta a un universo gigante que tiene a la humanidad como los alumnos nuevos del curso y explora todo lo que eso significa. Vamos a conocer a un montón de especies, a personajes memorables, a villanos perfectamente teatrales y trágicos y nos vamos a adentrar en un universo muy rico, profundo y atrapante. Quizás las primeras horas de ME1 no son representativas de las mejores partes de esta experiencia, pero una vez que ya salimos de la Ciudadela el juego se abre y va a ser muy difícil que lo queramos largar.
Mass Effect 2 y 3 merecen un tipo de análisis distinto dentro de esta remasterización. Si bien tienen varias de las mismas mejoras visuales, no terminan siendo tan notorias y en este caso los usuarios de consola son los que más van a apreciar la diferencia ya que en PC sí era posible hacer ver y sentir a estos juegos como dos experiencias medianamente actuales. Ambos son juegos que se sienten de por sí mucho más modernos y que se adaptan muy bien a jugarlos en consolas de actual y nueva generación.
Mass Effect 2 continúa siendo ese Ocean’s Eleven del espacio y, en lo personal, me resulta el punto más alto de la trilogía con el mejor cast de personajes de la saga, una misión suicida final fantástica y DLC superlativo como Lair Of The Shadow Broker. Las misiones de lealtad de cada uno de los miembros de nuestro escuadrón continúan siendo uno de los puntos más altos de la franquicia y ninguna tiene desperdicio. El Illusive Man se coloca como una figura misteriosa y lo suficientemente ambigua para plantearnos todo tipo de dudas. El comienzo del juego es aún más impactante que antes cuando lo podés disfrutar en una resolución de 4k y a 60 cuadros por segundo; las mejoras técnicas brillan en una secuencia inicial que nos volverá a quitar el aliento incluso cuando ya la hayamos jugado varias veces.
Mass Effect 3 por su parte es, luego de tantos años y tanta polémica, un producto mucho más redondo y completo que en su salida. Con todos los DLCs incluidos es una historia mucho más coherente y sin tantas incongruencias y vacíos. La misión final continúa siendo decepcionante y nuestra party es un poco laxa en comparación con el resto de la trilogía, pero la adición de Leviathan como pieza de historia logra atar varios cabos que antes estaban sueltos. El infame contador de ‘galactic readiness’, que determinaba el resultado final de nuestra misión, ahora está simplificado y ya no influye cuánto jugamos el multiplayer o si jugamos o no a la experiencia complementaria de celulares que había salido a la par.
Párrafo aparte para cómo el agregado del modo foto permite redescubrir y apreciar aún mejor muchísimos de los increíbles entornos por los que atravesamos en nuestra aventura. Parece una adición menor, pero realmente este modo foto nos ayuda a tomar una pausa y disfrutar de cada planeta, cada locación y cada detalle en el escenario. Además, jugar a ser un fotógrafo espacial nunca está de más.
Mass Effect Legendary Edition es, en definitiva, la mejor manera de disfrutar de una trilogía épica como esta. En consolas representa un salto de calidad enorme con respecto a las posibilidades que había antes, pero incluso en PC es una gran oportunidad porque mods adicionales están brindando la posibilidad de cambiar aquellas cosas que los desarrolladores quizás no se animaron a modificar por una cuestión de respeto a la obra original. La relación que forjamos con nuestra versión de Shepard sigue siendo única y continúa resonando de manera emocional como si fuera el primer día. Ya pasaron 14 años de la salida del primer juego y nunca otra saga logró capturar lo que BioWare hizo con Mass Effect. Cada persona tuvo un viaje distinto, cada jugador llevó a su Shepard por diferentes relaciones, decisiones y guarda en su corazón momentos inolvidables que, con esta remasterización, puede revivir de la manera más espectacular posible.