ANÁLISIS | Mario Golf: Super Rush se va al directo al rough

Si hay algo en lo que se parecen un antiguo presidente argentino y el regordete fontanero italiano de Nintendo, es que siempre están listos para cualquier deporte. Los juegos deportivos de Mario siempre resultan ser de las experiencias más entretenidas de la compañía japonesa y hasta suelen marcar tendencia inspirando copias, las cuales en pocos casos están a la altura. En el terreno de Switch, los juegos deportivos han dividido las aguas en cuanto a su calidad, como en el caso de Mario Tennis Aces, acusado de ser pobre de contenido y complicado de jugar online. Aquellos que esperaban la redención del asunto por parte de Mario Golf: Super Rush van a sentirse decepcionados entonces, ya que este nuevo juego de Camelot Software Planning es un Double Bogey.

Mario Golf: Super Rush – Overview Trailer – Nintendo Switch

Mario Golf: Super Rush es la sexta entrada en la serie que nació en 1999 para Nintendo 64 y pertenece una familia de juegos muy bien recibidos tanto por sus mecánicas deportivas como por sus condimentos RPG. Esta nueva entrega sin embargo, solo puede mantener la mitad de ese legado, ya que como título completo carga con una colección de defectos que en otros tiempos no hubieran logrado recibir la certificación del Nintendo Seal of Quality.

Desde el vamos, los modos de juego son limitados y presentados casi con fastidio. Un menú simple nos invita sin ganas a jugar un desafío en solitario eligiendo a cualquier personaje del roster de turno, la sección “Golf a tu modo” nos ofrece tres variantes de juego con distintos modificadores y la “Aventura de Golf” pretende ser el modo historia. Podemos acceder a una ‘Guía de Golf’ también, por si queremos familiarizarnos con los controles antes de empezar a jugar, pero va a ser todo en video y no con la posibilidad de practicarlo. Una vez que estemos jugando la aventura, estos videos se repetirán y además nos harán replicar lo que vimos ya dos veces previamente, haciendo que la experiencia arranque de una manera engorrosa.

“Aventura de Golf” nos obliga a utilizar a nuestro Mii para protagonizar una historia poco inspirada, en la cual nuestro objetivo es ser el mayor golfista de Mushroom Kingdom. En un viaje pokemonesco junto a un Boo y a un Placapum – los dos personajes más genéricos en todo el panteón de figuras de Nintendo -, recorreremos distintas canchas de golf en diferentes biomas, las cuales proponen desafíos climáticos, de terreno y reglas de juego alternativas, logrando lo que se puede definir como un fastidioso zigzag de aprendizaje. La inteligencia artificial de nuestros acompañantes/contrincantes parece jamás haber sido programada para entender el deporte y las diferentes reglas son siempre la misma limitación, pero planteada de diferentes maneras.

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Algunos torneos nos pedirán que terminemos en la menor cantidad de tiempo, otros en la menor cantidad de golpes y el que pretende ser el más creativo sucede en el desierto y nos propone terminar antes que nos deshidratemos. La manera de saber nuestro nivel de hidratación es con una barra que se va consumiendo, así que en resumidas cuentas, es de nuevo un límite de tiempo.

A medida que juguemos obtendremos puntos de experiencia que podemos canjear por mayor poder en nuestros disparos, dexteridad para realizar efectos, velocidad de nuestro personaje y otras pocas perks. Estas no sólo se pueden obtener muy rápido sino que a medida que las sumamos se restan entre ellas para equipararse, logrando que en pocos niveles estemos avanzando y retrocediendo como en el Juego de la Oca, sin sentir una diferencia significativa en lo que estrictamente al golf se refiere.

Lo peor de este modo historia es que no se siente el espíritu de Nintendo en ningún momento. El apartado gráfico es tan pobre que por momentos parece una copia bootleg de dudosa procedencia y las particularidades mágicas como el super-tiro o tener que correr de green a green podían parecer divertidas en los tráiler, pero no aportan absolutamente nada. Por momentos, ni lógica, como cuando atestiguamos que podemos pulverizar rocas con nuestra bola pero si esta golpea contra un enemigo que es hasta posible derribarlo corriendo, su trayectoria se desvía.

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Lo más parecido que tiene a un juego de Nintendo es ‘Batalla de Golf’, donde contra amigos o la máquina debemos ser los primeros en lograr tres hoyos, en escenarios con trampas donde también podemos ser atacados por nuestros contrincantes. Lamentablemente es demasiado confuso de ver y termina antes de que pueda volverse divertido. Como una idea que funcionaba mejor en los papeles que en la versión final. Interesante como mini juego para otro título, pero en esta experiencia no aporta mucho.

Sin embargo hay algo que expía la mayoría de los pecados de este juego y es el núcleo de sus mecánicas de golf. A la hora de jugar al deporte propiamente dicho, las mecánicas de disparos, control de la bola, complicaciones del terreno y comportamiento de viento, funcionan realmente bien. El momento de intentar completar un hoyo bajo par planeando estrategias y pensando a futuro es realmente entretenido si les gusta el género. Una experiencia que supera un simple arcade, sin convertirse del todo en un simulador. Algo más parecido a los Mario Golf originales que además puede llegar a interesar a cualquier aficionado al deporte, por más que no tenga ningún tipo de cariño con los personajes de la marca.

Los terrenos de juego tiene sus momentos de ingenio, sobre todo en las canchas que presentan distintas alturas o aquellas que nos permiten elegir estratégicamente a el orden del recorrido. La promesa de contenido adicional gratuito a futuro es una perspectiva interesante si llega a construir sobre estás bases, pero no es algo que podamos juzgar en este momento. Otro lindo detalle son los controles de movimiento, que funcionan de manera correcta, pero no hay más motivos para usarlos que un fuerte sentimiento de nostalgia por Wii Sports.

Es una pena que todo lo demás se sienta un relleno innecesario. Al final de cuentas pasé más tiempo en partidas rápidas con reglas convencionales o en línea con amigos, que con las demás opciones. Todo lo relativo a la interfaz de usuario y a mantener la atención de los jugadores denota desinterés por parte de Camelot, quienes al ser los únicos desarrolladores de esta franquicia, no pueden más que hacerse cargo en silencio.

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Los juegos deportivos de Mario en muchos casos lograron que terminara interesándome en las disciplinas reales, pero Super Rush carece de inspiración y capacidad de inspirar. Es un pifie importante que existiendo juegos como Golf Story en Switch, esta entrega sea considerada un Triple A, First Party. Sin simuladores de golf modernos, el modo simple es una experiencia que puede resultar satisfactoria, pero todo lo periférico impide que lleguemos al green antes de que se nos vayan las ganas de jugar.

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MARIO GOLF: SUPER RUSH

25/06/2021 (NINTENDO SWITCH)
5.0