Nunca pude jugar al primer Luigi’s Mansion, aquel juego que estrenó la Nintendo Gamecube. Por ese entonces darle una franquicia al hermano de Mario parecía una locura, pero las cosas salieron más que bien: el título terminó siendo uno de los más vendidos de la plataforma. Lo que siguió fue una secuela, Luigi’s Mansion: Dark Moon, que llegó 12 años después que el juego original, ¡sí que se hizo esperar! Y ahora, seis años después, llega la tercera entrega. Se nota que Nintendo se toma su tiempo y dedicación para darle a Luigi las aventuras que merece, y Luigi’s Mansion 3 es la muestra definitiva de eso. Un juego de pura diversión y felicidad que entra dentro de los mejores del año.
A esta altura la fórmula de Luigi’s Mansion es bien conocida. Nuestro protagonista es el asustadizo y larguirucho hermano de Mario, el susodicho Luigi, que termina equipado con una súper aspiradora, la Poltergust G-00, que le permite aspirar todo tipo de espectros, y todo lo que se cruuce en su camino. Esta nueva entrega es bien clásica en la medida en que mantiene la premisa jugable. Vamos a aspirar muchos y muchos fantasmas. Sin embargo, esto no significa que se sienta poco original. De hecho, Luigi’s Mansion 3 refuerza lo que ya hacía bien, dándonos la experiencia de juego más sólida en la franquicia hasta la fecha.
La gran novedad de esta entrega viene por el lado del diseño de niveles. Junto a Luigi vamos a recorrer un hotel que tiene 15 pisos y vamos a poder recorrerlos libremente, al punto que a veces la experiencia gana tintes de metroidvania. Es decir, no vamos a ir recorriendo linealmente los pisos, sino que podemos ir y venir entre ellos como queramos, siempre y cuando tengamos desbloqueado el piso que queremos visitar.
La historia nos presenta a Mario, Peach, Luigi y Polterpup, su perrito fantasmal, y a un grupo de Toads llegando a un hotel de vacaciones. Todo pinta color de rosas hasta que se descubre que la dueña del lugar unió fuerzas con King Boo, el archienemigo de nuestro protagonista. Todos menos Luigi terminan presos en unos portarretratos mágicos y será nuestro misión la de abrirnos camino por el gigantesco edificio y salvar a nuestros amigos.
Luigi’s Mansion no necesita otra excusa para atraparnos desde el comienzo. Es imposible resistirnos ante la simpatía de los personajes y la idea de tener que recorrer un edificio de 15 pisos y dos subsuelos es de por sí desafiante. Los amantes de la saga van a sentirse como en casa desde los primeros minutos; los recién llegados encontrarán una aventura más dinámica que las anteriores, con un encanto especial para todo tipo de jugadores.
Ahondando en el gameplay, Luigi’s Mansion 3 es una aventura de exploración y puzles con la mecánica de combate que hizo única a la saga: aspiramos fantasmas, moviéndonos a toda velocidad y sacudiéndolos una vez que quedaron presos en la boca de nuestra aspiradora Poltergust G-00. También tenemos la mecánica clásica de soplar, la linterna para congelar fantasmas y activar mecanismos del entorno, y la linterna negra de Dark Moon que releva cosas ocultas de los niveles. Estas mecánicas vienen desde los tiempos de la Gamecube, pero en esta tercera entrega se agregan algunas posibilidades más para hacer del combate algo más ágil y con más posibilidades.
La primera novedad que encontramos es que podemos saltar presionando los dos gatillos para desestabilizar el entorno y a los enemigos. También podemos arrojar una sopapa que funcione como ancla para atraer a los enemigo que se resisten al poder de la aspiradora. Por último, y más importante novedad, es el regreso de Gomiluigi, un clon de nuestro protagonista hecho de gelatina que ya habiamos conocido en la remake de 3DS, pero que ahora tiene mecánicas propias. Básicamente tiene la posibilidad de atravesar rejas y acceder a lugares donde Luigi no puede. Esta nueva mecánica será la estrella de los puzles, que se van complejizando a medida que desbloqueamos los pisos del hotel. De hecho, habrá momentos en que deberemos usar ambos personajes en simultáneo y coordinarlos de maneras muy originales.
El abanico de mecánicas que trae Luigi’s Mansion 3 termina dando lugar a desafíos de lo más variados y divertidos. No solo los puzles, como lo mencionamos, sino que cada nivel propone un reto único, que requiere que combinemos nuestras habilidades de una forma particular. Además, antes de avanzar, siempre tendremos que lidiar con un jefe y, de hecho, están muy bien diseñados. Cada uno de ellos ofrece un desafío único y progresivamente más desafiante. Cuando luchemos contra los primeros, bastará con aspirar y esquivar sus ataques; sin embargo, más adelante los jefes requieren una verdadera estrategia para vencerlos.
El diseño de niveles es variado y fomenta la explotación. Decenas de secretos y monedas para recorrer nos esperan en las distintas habitaciones del hotel. Entrar a muchas de ellas implica enfrentarnos con un puzle, lo que rompe con la monotonía de abrir cajones, placares y puertas. Y si bien los primeros compases nos pueden hacer creer que estamos ante un juego lineal de “recoger llave en punto A para puerta en punto B”, a medida que vamos avanzando y destrabamos más niveles, la cuestión se vuelve menos obvia.
Lo único que podemos criticarle a Luigi’s Mansion 3 es el backtracking. Luego de la segunda mitad de la aventura, vamos a ir y venir por el hotel más veces de las que quisiéramos. La experiencia no queda empañada por esto, pero es un detalle que no podemos dejar pasar y, claramente, uno de los males del diseño metroidvania.
En cuanto a multijugador, el modo más atractivo es el cooperativo. Nos podemos pasar toda la campaña con un amigo, un jugador controlando a Luigi y el otro a Gomiluigi. Como mencionaba más arriba, muchos puzles y jefes requieren cooperación entre ambos personajes, de modo que se le saca mucho jugo a la experiencia si la jugamos en pareja en modo co-op local.
Los demás modos multijugador no están a la altura de la campaña principal pero son una adhesión interesante para quienes quieren una rejugabilidad inagotable. El primer modo, ScareScraper, plantea algo idéntico a lo que vimos en Dark Moon, solo que ahora se puede jugar de hasta 8 jugadores. Se trata de un modo co-op en el que nos enfrentamos a diversos desafíos a lo largo de varios niveles dispuestos en modo pisos, como en el hotel de la campaña.
Pensando en lo competitivo, ScreamPark es un modo que enfrenta dos equipos de cuatro jugadores a lo largo de tres minijuegos. Uno de ellos nos desafía a aspirar la mayor cantidad de fantasmas posibles en un límite de tiempo, por ejemplo. Estos minijuegos son divertidos, pero se nota que no tienen la dedicación de diseño que se le puso a la campaña.
Para cerrar, les cuento que Luigi’s Mansion 3 es también uno de los juegos más bellos y sólidos que hay en Switch a nivel técnico. Los niveles no solo son muy detallados y coloridos, las cinemáticas parecen una auténtica película. El rendimiento es sublime, incluso jugando en portátil.
Luigi’s Mansion 3 es una entrega imperdible para los amantes de la saga y una adhesión impecable para el catálogo de Nintendo Switch. Es un obligado para los amantes de la franquicia de Mario y una buena opción para quienes busquen un juego de aventuras con una propuesta muy propia. Sin dudas, es el juego más divertido del año y, por ende, uno de los mejores.
LUIGI’S MANSION
Jugué la campaña de Luigi’s Mansion 3 a lo largo de 4 días y me tomó unas 15 horas de diversión pura. Quienes decidan recoger todos los secretos tendrán que invertir unas 20 horas. El juego fue provisto por el desarrollador.