“Rules” es un episodio que se hizo desear. El primero llegó a fines de septiembre y han pasado casi cuatro meses para que podamos continuar la historia de los hermanos Díaz. Este segundo capítulo tiene un ritmo más lento, que a veces vuelve un poco tediosa la acción, pero no llega a empañar la aventura.
Life is Strange 2 es una aventura gráfica de la veta moderna, de aquellas en las que nuestras decisiones influyen en la trama y loz puzles son más bien pasatistas. Una trama coming-of-age bastante más mundana que la del primer título, pero con los mismos tintes sobrenaturales que le dan ese dejo de realismo mágico tan único que tiene la saga.
“Rules” empieza unas semanas después de los eventos del primer capítulo. Sean y Daniel siguen siendo fugitivos, sobreviviendo en el Estados Unidos más agreste. La estructura de este episodio es similar a la del primero. Arranca mostrándonos la vida cotidiana de los chicos Díaz. Para que el jugador conecte más con los personajes hay algunas escenas muy intimistas. Hay un juego de dados que nos hacen jugar a nosotros mismos y que sucede a la par de una conversación muy humana y cálida. La relación entre ambos hermanos es el punto central de Life is Strange 2 y es una de las más honestas y verdaderamente fraternales que hemos visto alguna vez en un videojuego.
El episodio llega a durar unas cuatro horas. “Rules” es una entrega dedicada a ahondar en la relación entre los hermanos. Daniel comienza a hacer uso de sus poderes y los convierte en parte de su vida diaria. Es también el capítulo que finalmente conecta la trama con The Awesome Adventures of Captain Spirit, ese episodio autoconclusivo que Square Enix publicó el año pasado. Lo creíamos spin-off, pero ahora está ligado a la trama.
Life is Strange 2 sigue haciendo bien lo que hizo su predecesor en términos narrativos. Hay pocas aventuras de este estilo que le dan tanta profundidad al contexto y a sus personajes. La mayoría de las interacciones son opcionales, pero están ahí, y se sienten tan coherentes con la trama, que todo nos incentiva a explorar el más mínimo objeto. En “Rules” seguimos tomando el rol del hermano más grande, Sean, pero cada tanto podemos interactuar con Daniel, de modo que nosotros decidimos cuándo usa los poderes el niño.
Tener la chance de poder usar una computadora para ver las redes sociales de Sean o llamar a nuestra amiga Layla y contarle un poco de nuestra vida de fugitivos son detalles atractivos. Opcionales, sí, pero que engloban a toda la trama en un contexto creíble y recompensan la exploración.
El problema general de “Rules” es que tiene pocos momentos sobresalientes. Es un episodio demasiado lento y aunque hay un par de giros que no nos vemos venir, son solo eso, un par de giros. El primer episodio nos pone ante decisiones más difíciles. Hay momentos de verdadero drama, ausentes en esta segunda parte.
Los personajes nuevos son apenas una anécdota. La mayoría de las caras ya las conocimos en The Awesome Adventures of Captain Spirit. De hecho, si todavía no jugaron ese episodio, vayan a hacerlo antes de empezar Life is Strange 2. Es obligatorio para que los momentos más impactantes de “Rules” surtan efecto.
Al episodio en general le hace falta fuerza y el final no se esfuerza para nada en dejarnos un cabo suelto, una pista o siquiera algo para motivarnos a seguirles los pasos a los Díaz en el tercer capítulo. Sigue siendo una gran historia por los momentos más pequeños y también por las temáticas que trata, como el racismo, la discriminación social y el duelo, que son temas constantes que se cuelan hasta en los chistes y en las referencias.
Visualmente es bellísimo desde lo estético. Hay planos largos que avanzan junto a la banda sonora y, en líneas generales, la fotografía está muy bien cuidada. Desde lo técnico, hace aguas. El motor es bastante flaco en físicas y los bugs suelen ser recurrentes.