ANÁLISIS | Legends of Tomorrow S04E010: The Getaway (Spoilers)

Las vacaciones no le sentaron tan bien al equipo de “Legends of Tomorrow”, que no parece retomar el ritmo que venía mostrando la serie durante esta cuarta entrega. El estreno de media temporada arrancó un poco frío, y aunque “The Getaway” sube algunos puntos en la escala, a la serie le falta esa chispa de absurdo y originalidad que anduvo exhibiendo últimamente. ¿Qué pasó en el medio? No lo sabemos, pero es hora de volver a traer las locuras de Beebo, o algo por el estilo, para reacomodar el tablero.

Después de los desmanes con Konane en México, las Leyendas no quedaron en buenos términos con el Buró del Tiempo. Por ahora, son responsables de albergar a una fugitiva (Mona) y ayudar a una criatura mágica que terminó atacando a varios agentes (sabemos que en realidad fue Mona). Tarde o temprano, Hank Heywood y Ava Sharpe van a caer sobre ellos con todo el peso de la ley (¿?), por eso Sara decide embarcarse en una nueva misión, rumbeando para la ciudad de Orlando en 1973, donde el presidente Richard Nixon (Paul Ganus) se ve incapacitado para decir sus recurrentes mentiritas. Entendiendo que esto es obra de algún ente sobrenatural, la muchachada debe salvar la línea temporal, evitando que el mandatario deje de ser tan brutalmente honesto.

Con la Waverider inhabilitada y confiscada por Heywood, Lance, Mona, Charlie, Mick y Constantine deben buscar opciones más “analógicas” para secuestrar a Nixon y llevarlo hasta la tierra de Mickey Mouse para que vuelva a decir sus pavadas habituales, restaurando así el orden histórico. Por culpa de sus verdades nunca ocurrió el escándalo Watergate, jamás se estrenó “Todos los Hombres del Presidente” (All the President’s Men, 1976), la carrera de Robert Redford no despegó y, por consiguiente, no existe el Festival de Cine de Sundance. Un horror que afecta directamente al cine independiente. Y estas son las ocurrencias que más nos gustan, muchachos.

Mona y su pequeño secreto peludo

El viaje por la ruta en casa rodante se convierte en una poco placentera aventura “familiar” donde salen a relucir todos (bah, algunos) los trapitos al sol, o las verdades, cuando los integrantes son sometidos a la criatura mágica en cuestión: una cucaracha “devoradora de mentiras”. Las frustraciones de Sara tras la pelea con Ava chocan con las ansiedades de Mona y sus ganas de confesar que ahora puede convertirse en mujer lobo. Obviamente, las cosas se salen de control, pero como en una película de Chevy Chase, al final, el entendimiento y las buenas intenciones triunfan, logrando que la banda termine mucho más unida.

Por su parte, mientras Zari y Gary hacen equipo en el Buró para descifrar los planes ocultos de Heywood, Hank y Nate salen detrás de los fugitivos, reforzando sus propios lazos maltrechos. La necesidad de sacarle información vital a papá, remueve los sentimientos de Nathaniel y crea una relación más estrecha entre los dos, logrando un cambio de actitud en el director de la agencia. Pero “The Getaway” no tiene un final feliz para todos. Aunque Hank decide absolver a las Leyendas y se compromete a trabajar en equipo, no puede escapar de la influencia de Neron, el demonio que está detrás de todo esto y busca su venganza contra John Constantine.  

En algún punto, Gary necesita la ayuda de Nora Darhk (Courtney Ford), que también se ve afectada por el ente diabólico (digamos que percibe su maligna presencia). Al final, le toca estar en el lugar incorrecto en el momento equivocado, y termina siendo la principal sospechosa del asesinato de Hank Heywood. Así, el papá de Nate se lleva varios secretos por develar a la tumba, y al superhéroe no le queda otra que pensar lo peor. Desde acá se abrirá un nuevo capítulo para las Leyendas, que al hacer equipo con Nora van a tener que enfrentar también a su compañero.

¿Se ha formado una pareja… detectivesca?

“The Getaway” acierta cuando se concentra en las relaciones entre personajes y saca a relucir su lado más humano y sensible, aunque no deja las humoradas de lado para equilibrar. Igual, está lejos de ser un gran episodio, de esos momentos épicos que dejan mucha tela y referencias para cortar, pero anticipa ese pequeño giro que le puede sumar más ritmo a lo que queda de la temporada, de la mano de Darhk, Constantine y Neron, y este universo fantástico que trajeron aparejados.