Análisis | Killer Queen Black busca transmitir la magia del arcade

Cuentan las leyendas de los arcades que existe una máquina que se puede jugar por diez personas al mismo tiempo. Las leyendas son ciertas, sí, pero esa es la clase de máquina que ninguno de nosotros acá va a ver en su vida a menos que hagamos un viaje al exterior y justo visitemos uno de los pocos arcades que la tienen. Este juego, Killer Queen, llega finalmente a consolas como Killer Queen Black, una versión pensada ya no para los arcades sino para jugar desde el sillón de tu casa.

Killer Queen Black es un juego competitivo con dos equipos de cuatro jugadores. Uno de los jugadores de cada equipo controla a la Reina, mientras que los otros tres controlan a los trabajadores que pueden ser promovidos a soldados. Desde el vamos, está claro que Killer Queen utiliza iconografía y términos derivados de las abejas e insectos, y esa estética también influye a las mecánicas de juego en sí, debido a que la idea de una reina insecto y sus trabajadores de la colmena son las bases de las reglas del juego.

Existen tres maneras de ganar una partida en Killer Queen Black. La victoria económica consiste en llenar la colmena de bayas que crecen en ciertos puntos de cada mapa. Estas bayas son transportadas por los obreros, que deben esquivar los ataques de la reina enemiga aunque también pueden usar estas bayas en ciertas puertas que los promueven a soldados y les da armas para poder combatir a la reina rival. La victoria militar se da cuando cualquiera de las dos reinas pierde todas sus vidas, ya sea atacada por la otra reina o por soldados. La última victoria es la del caracol: uno de estos moluscos se encuentra en el centro de cada mapa y los trabajadores pueden montarlos lentamente a la meta de su equipo, aunque esto los deja indefensos.

Estos tres métodos son lo suficientemente variados como para crear una interesante cantidad de estrategias diferentes. Promover todos los trabajadores a soldados e ir directo contra la reina enemiga. Defender al trabajador que monta al caracol. Crear distracciones mientras uno o dos trabajadores se ocupan de discretamente llenar de bayas la colmena. Todas estas estrategias son válidas y al mismo tiempo son opciones con las que también cuenta el equipo rival y de las que hay que estar constantemente atento.

Este es un mapa difícil para la victoria de caracol, pero el equipo enemigo igualmente seguía intentando.

Killer Queen Black ofrece unos tutoriales que explican todas estas estrategias y opciones que presenta el juego, pero es justamente en estos entrenamientos donde uno puede ver de qué manera debe jugarse realmente Killer Queen. Ya en los tutoriales, la inteligencia artificial de los bots deja mucho que desear. Cuando uno juega solo, ninguna de estas estrategias es tan válida porque no hay manera de controlar a los bots de tu equipo ni tampoco los bots enemigos presentan demasiada dificultad. Te toque jugar como reina o trabajador, si es contra bots la única victoria que se siente satisfactoria es la militar, porque los bots son pésimos para cualquier otra cosa.

Y es acá donde viene uno de los principales problemas de Killer Queen Black. Al ser una nueva versión de un juego de arcade pensado para jugar en equipos, jugarlo solo es un bodrio. El juego presenta un modo para jugar de manera local con amigos, pero solamente hasta cuatro jugadores, en cualquier plataforma. Si querés aprovechar la idea del juego para que un grupo de ocho personas jueguen juntas necesitás, además de los controles, dos plataformas cada una con su propio juego y conectividad a internet. De lo contrario, uno puede repartir cuatro jugadores de manera local en una partida donde el resto son bots o formar un equipo de cuatro para jugar en partidas customizadas online.

Uno de los mapas más caóticos, porque volar más allá del techo te hace aparecer en la parte inferior de la pantalla, cual scrolling de Pacman.

Más allá de las partidas contra bots, el resto de los modos de Killer Queen Black son exclusivamente online. Por un lado está el clásico modo de partidas por rango, el cual lamentablemente no pude probar porque era un desierto y cada intento de encontrar una partida me llevaba alrededor de 5 minutos sin éxito. El modo que sí está más poblado es el de partida rápida, donde luego de especificar si preferís jugar como trabajador o reina, el juego busca meterte en una partida aunque ya esté empezada, debido a que si no hay jugadores suficientes las rellena con bots hasta que encuentre más jugadores.

Una vez en una partida, la experiencia no es demasiado diferente a la de cualquier otro juego competitivo por equipos. El chat de voz está activado por defecto, y el juego incluso tiene cross-play entre Switch y PC para garantizar la mayor cantidad de jugadores posible. La comunicación es clave pero si no tenés un micrófono igualmente podés señalizar diferentes aspectos del mapa para llamar la atención de tus compañeros. Así y todo, estas herramientas de comunicación no son suficientes y mucho menos te van a salvar de jugadores que te pueden llegar a tirar un desfile de insultos si consideran que estás jugando mal.

La cantidad de insultos que me comí jugando como reina me hizo cambiarme a trabajador, donde claramente me fue mucho mejor.

Killer Queen Black no tiene mucho más que eso. Además de partidas rápidas o por rango, tiene un modo de espectador que funciona exactamente como lo dice el nombre y no agrega mucho más. El online no tiene otra progresión más que la de subir de rango, por lo que el juego tampoco innova mucho en ese sentido. No es solamente en su estética con el uso de sprites y su música metalera que el juego trata de llevar la experiencia arcade al hogar, sino que también reproduce esa sensación de que no hay mucho más allá del modo principal de juego.

Como juego competitivo, Killer Queen Black es muy bueno. Las reglas del juego permiten una divertida variedad de estrategias, pero como todo juego competitivo de arcade, jugarlo solo le resta a la experiencia. El ambiente ideal para este juego es meterse con otros tres amigos a partidas online contra otros equipos, pero eso implica disponer de controles y, según tu plataforma, suscripciones online. Si tuviese un mejor sistema de progresión o más incentivos para jugar solo, Killer Queen Black sería más atractivo para aquellos sin un equipo con el que jugar. De lo contrario, es complicado disfrutar de las grandes ideas Killer Queen Black al máximo.

KILLER QUEEN BLACK

11/10/2019 (SWITCH, PC)
7.0

Jugué alrededor de 4 horas de Killer Queen Black en Nintendo Switch, alternando entre portable y docked sin ningún problema técnico más allá del delay inherente de malas conexiones en algunas partidas. Menos las partidas por rango, pude probar todos los modos, y jugué una buena cantidad de partidas rápidas alternando entre reina y trabajador hasta que me cansé de que me gritaran por no ser buena reina y me quedé como trabajador. El juego fue provisto por el desarrollador.