ANÁLISIS | Kill It With Fire, caos y diversión no apta para aracnofóbicos

Caos, destrucción sin objetivos y catarsis, la fórmula que nació con Goat Simulator resultó tan exitosa que nunca se fue. Juegos como I Am Bread, Untitled Goose Game y Deeeer Simulator, entre muchos otros, siguieron el estilo y dentro de lo más reciente tenemos a Kill It With Fire. Desarrollado por Casey Donnellan Games y publicado por TinyBuild, estamos ante un título que sorprende por su originalidad y su complejidad, sin perder nunca su corazón anárquico.

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Kill It With Fire nos propone matar arañas, una costumbre en la que muchos caemos en mayor o menor medida. Como es de esperarse, para no caer en el mal gusto, el título tiene un enfoque muy cómico y caricaturesco, y nos propone matar varios tipos de artrópodos: arañas saltarinas, explosivas, tejedoras y otras tantas. ¿Cómo lo hacemos? Con un arsenal de lo más insólito o incluso con lo que sea que tengamos a nuestro alcance en el entorno.

A lo largo de ocho misiones, que suena a poco, pero, créanme, no lo es, Kill It With Fire nos va a proponer matar un tipo de araña en cada misión como objetivo principal. En nuestro inventario tenemos una libreta en la que se van listando objetivos. Al principio parecerá que lo único que tenemos para hacer es darles caza a los bicharracos, pero, a medida que interactuamos con el ambiente, se van desbloqueando nuevos objetivos.

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En el primer nivel, todo luce simple. Estamos en una casa pequeño, y van saliendo arañas por debajo de los muebles, detrás de los adornos y de otros rincones, y solo podremos aplastarlas con nuestra libreta. Pero Kill It With Fire tiene físicas libres, de esas que se prestan al caos y la destrucción, de modo que, cuando agarramos el aerosol de laca y lo combinamos con un encendedor, la experiencia comienza a hacerle justicia a su nombre.

La propuesta de Casey Donnellan Games comienza con un estilo relativamente realista. Más allá de que es descabellado matar arañas con fuego, en el primer nivel no habremos visto ni la punta del iceberg. En Kill It With Fire, con cada nivel que pasa, las cosas se intensifican y se ridiculizan. Si la premisa inicial trata de matar arañas sin preocuparnos por los daños colaterales, esa idea se va maximizando, al punto que se lleva al extremo más divertido.

El componente sandbox está presente en la medida en que podemos pasarnos mucho tiempo probando el amplísimo arsenal contra las arañas o destruyendo lo que tengamos ganas, sin cumplir los objetivos principales. El personaje no sufre daño y no podemos morir, de modo que el único techo para romper todo es nuestra creatividad.

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Lo que habla muy bien del juego es que los objetivos extra o incluso secretos se van desbloqueando a medida que interactuamos con el ambiente. Si llegamos a un nivel y solo matamos la cantidad de arañas que nos piden, sin hacer nada más, vamos a poder avanzar al siguiente, pero nos vamos a estar perdiendo el quid de la cuestión.

Los niveles de Kill It With Fire están diseñados como para recompensarnos con mejoras, secretos y todo tipo de locuras si les dedicamos tiempo suficiente. Y lo que consigue darnos es entretenimiento del más puro. Al punto que matar arañas pasa a ser un objetivo secundario y el verdadero desafío está en encontrarle la vuelta al nivel y buscar qué secretos tiene guardados para nosotros. En los escenarios más caóticos podemos llegar a volar paredes enteras y derrumbar estructuras enormes. El caos no tiene límites y los desbloqueables son uno más ridículo que el otro. Bombas molotov, una escopeta doble cañón y un lanzallamas, entre otros, son algunas de nuestras armas.

Revelar y cumplir todos los objetivos extra de cada nivel es todo un puzzle. Vamos a revisitar los niveles después de destrabar un ítem o arma específico en otro nivel para así poder sacarle todo el jugo a la propuesta. Si completamos todos los objetivos de un nivel se desbloquea el Guantelete Arácnido, una prueba especial con un objetivo difícil que se debe cumplir en un tiempo determinado.

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Algunos objetivos pueden ser más complicados que otros, pero nunca llegamos a frustrarnos porque la libertad y la destrucción son una constante, como es clásico en este tipo de juegos. Kill It With Fire nunca pretende ser más que diversión pura y ridícula, pero apuesta por un nivel de desafíos y de contenido que está por encima de lo que esperaríamos de un juego así. Probar el gran abanico de posibilidades que ofrecen los niveles se disfruta muchísimo y el diseño encuentra la cuota justa entre hacernos pensar y darle rienda suelta al sinsentido.

A nivel técnico es lo más simplista que existe. Tiene bugs de físicas, molestos, pero ninguno que haya roto el juego como para arruinarme la experiencia. Desde el punto de vista gráfico, apuesta por un apartado low poly sin mucho vuelo artístico, que solo busca que entendamos el entorno y nada más. El apartado sonoro sí hace de las suyas, con una banda sonora que enfatiza lo aterradoras que son las arañas, siempre desde un ángulo exagerado y ridículo. Cuando las bichas de ocho patas aparecen, una música estridente, al estilo Tiburón, aparece para hacernos caer en desesperación.

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Al final, Kill It With Fire logra hacernos sentir que es mucho más que una propuesta descerebrada. Tiene la catarsis y la relajación de House Flipper, parte de la inteligencia de Goose Game y el desorden extremo de Goat Simulator. No llega para cambiar el mundo y no quiere ser más que una excusa para pasarla bien un rato. Si te gustan este tipo de propuestas sandbox, hilarantes y destructivas, este juego es otro buen candidato para sumar a tu colección.

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KILL IT WITH FIRE

13/08/2020 (PC)
7.0

Jugué Kill It With Fire en PC por unas 6 horas, completando todos los niveles y llevando varios al 100%. La experiencia es divertida y sorprendentemente catártica.