¿Qué pasaría si tu padre, el Rey del Cosmos, tuviese una noche de parranda y, en un desliz, destruye casi todas las estrellas del cosmos? No hay otra que remediarlo. La misión de El Príncipe es viajar a la Tierra, robar y objetos, y con ellos restaurar las constelaciones enteras y a nuestro querido satélite, La Luna. Esa es la premisa de Katamari Damacy REROLL, la remasterización del videojuego de culto que llegó a PlayStation 2 en 2004.
La saga creada por Keita Takahashi tiene una idiosincrasia muy japonesa. Un tono muy jovial que nos captura por completo de entrada. En Katamari todo es divertido, colorido y alegre. Al menos es así siempre y cuando cumplas las peticiones de El Rey del Cosmos. REROLL no solo es la remasterización de Katamari Damacy, también significa que Bandai Namco podría estar teniendo interés en volver a darle amor a esta saga. En este contexto, relanzar el primer título es la apuesta obvia para captar nuevas audiencias. Por fortuna, la fórmula de Katamari envejeció mejor de lo que a recordábamos.
La mecánica central de Katamari Damacy REROLL –y de la mayoría de las entregas de esta saga– es una sola: rodamos por el nivel una pelota colorida (llamada Katamari) a la que se le adhiere todo objeto que toque que tenga más o menos el mismo tamaño. Mientras más arrollemos con nuestro Katamari, más grande se volverá y podrá arrollar objetos más grandes.
Podríamos definirlo como un videojuego de puzles o de plataformas, aunque no en el sentido tradicional, claro. Cada nivel nos propone un objetivo en tamaño al que debe llegar el Katamari. El desafío está en dar con una estrategia que nos permita ir pegando objetos al Katamari de manera tal que no perdamos mucho tiempo. Sí, porque además de un objetivo en tamaño, tenemos una cuenta regresiva. Hay que hacer crecer el Katamari tal como nos lo piden antes de que se agote el tiempo.
En Katamari todo es cuestión de práctica. Los primeros niveles salen prácticamente solos, sin necesidad de reintentarlos. Son los ideales para familiarizarnos con el control, que toma un poco de tiempo ganarle la mano. Para este análisis, jugamos Katamari Damacy REROLL en PC con un control de Xbox. Los analógicos son casi intuitivos para controlar la pelota, lo único que hay que tener en cuenta es que siempre vamos a tener que usar dos analógicos para movernos y que podemos hacer distintas cosas dependiendo si movemos ambos en direcciones opuestas o iguales. Lo rebuscado del control es acordarse cómo hacer algunos movimientos, como saltar, propulsarse o girar 180°. Pero una vez que juguemos un par de niveles, vamos a ir acostumbrándonos.
Hay comentarios negativos sobre el control de la versión de Switch. Pasar del control de PlayStation a los Joy-Con no resultó muy agradable para muchos usuarios. Pero al no haber testeado esa versión, no puedo emitir juicio alguno. Por lo pronto les digo que en PC (con joystick, no vayan a jugarlo en teclado) el control es cómodo, como lo fue en la versión original, hace 15 años.
En general, cada nivel nos va guiando con la disposición de los objetos. Aprender a mirar es clave para entender la estrategia de por dónde nos conviene “magnetizar” objetos primero. En general, Katamari es un juego muy satisfactorio. No hay nada más gratificante que ver crecer a nuestra pelota. La dificultad tiene una curva justa y ofrece diversión tanto para quienes buscan relajarse como para quienes necesitan un reto. El modo Eternal, estilo sandbox sin límites de tiempo y tamaño, solo se desbloquea si terminamos tres de los niveles con puntuación máxima, ¡y eso sí que está difícil!
Además, los niveles extra de completar las constelaciones zodiacales dan un incentivo a seguir jugando después de completada la campaña ya que en estos niveles además de tener un límite de tiempo y de ir monitoreando el tamaño, tenemos que recoger solo un tipo de objeto. Para crear Cáncer, por ejemplo, hay que juntar la mayor cantidad de crustáceos.
En lo que respecta a lo técnico, Katamari Damacy en su momento era toda una proeza. En los tiempos de la PlayStation 2 sorprendía encontrar un videojuego con tantas partículas, todas interactivas, y con tantos cambios de perspectiva que funcionase tan fluido. Katamari Damacy REROLL no tiene problemas en recrear esto. De hecho, ha llegado con mejoras visuales. Ya no hay bordes serruchados y los colores son aún más fuertes. Con resolución en 4K y aspecto de pantalla widescreen, Katamari nunca lució mejor, en ninguna de sus entregas.