Si bien me crié a base de juegos plataformeros – alabado sea el rey Mario-, Kao the Kangaroo pasó desapercibido en mi joven radar. Fue recién cuando llegó la key que busqué un trailer para entender de qué se trataba y realmente me llevé una grata sorpresa. No sólo utilizaron tremendo temazo (Move your feet de Junior Senior), sino que durante esos pocos minutos se siente el humor de este universo, la vivacidad que tiene y las franquicias de las que bebe.
Este particular marsupial inició su aventura allá por el año 2000 de la mano de SEGA con la Dreamcast. Tuvo un buen número de ventas, lo que decantó en cinco títulos más (contando spin-offs), pero tras la última entrega en el 2006 los fanáticos de Kao no supieron más de su querido amigo hasta ahora. Está de más decir que dieciséis años de espera es demasiado tiempo y que la presión para cumplir expectativas era realmente alta. Menos mal que Tate Multimedia pudo hacerlo y es que a pesar de ciertos problemas técnicos, Kao the Kangaroo es un plataformero con todas las letras.
El juego arranca con una cinemática en donde Kao ve a su hermana Kaia en peligro. Como era de esperarse, sale en su búsqueda con el apoyo de su madre, Marlene, y su mentor Walt. Por supuesto tenemos el respectivo tutorial – algo largo si me preguntan – en donde nos calzamos los guantes de boxeo que eran nada más y nada menos que de su padre, Kobe, quien se encuentra desaparecido desde hace algún tiempo. ¡Pero eso no es todo! ¡Los guantes son mágicos! Grey ‘s Anatomy, ¿quién te conoce?
Una vez enterados de todo el drama, tenemos la posibilidad de explorar a nuestras anchas el primer mapa del juego, la isla Hopalloo. Aquí encontramos el dojo de Walt, distintos establecimientos manejados por canguros lugareños y – lo que nos interesa – unos portales que nos llevarán a nuestras aventuras. Eso sí, para poder entrar en estos debemos contar con la cantidad necesaria de runas, las cuales se encuentran dispersas por todo el mapa, así que mantengan los ojos bien abiertos.
Como buen plataformero, Kao the Kangaroo cuenta con artículos coleccionables, aunque son muy pocos. Los Ducat son la moneda local con la que podemos comprar ítems como vidas extra, corazones de salud e incluso accesorios para vestir. También hay pergaminos que sirven para completar la kaopedia que abarca a los personajes, enemigos, tesoros y movesets. Por otro lado hay unas gemas celestes que no tienen ningún uso particular, al igual que las letras K-A-O que se encuentran ocultas en cada nivel, haciendo homenaje al K-O-N-G que juntamos en las aventuras de Donkey Kong.
La historia completa cuenta con cuatro mapas (Hopalloo Island, Hungry Jungle, Frozen Mountains y Isle of Eternity) y cada uno incluye cinco niveles. Todas las locaciones manejan el mismo formato: El primer nivel es exploratorio y luego hay tres niveles que sirven principalmente para juntar las runas necesarias para abrir el portal del nivel final en donde se encuentra el boss. No les voy a mentir, los enfrentamientos de todo el juego son sumamente fáciles. Las hordas de enemigos no atacan muy rápido, por lo que es sencillo esquivar y devolver los golpes sin estresarnos de más. En el caso de los jefes finales es tan básico como esquivar todo lo que nos tiren y esperar a que les rebote el ataque y queden inconscientes por su propia mano.
El fuerte de este título recae en su exploración y mecánicas. Hay una enorme cantidad de caminos secundarios y espacios ocultos. Esto no solo extiende la duración de la aventura al querer descubrirlos todos (lo cual es un reto), sino que además esos lugares esconden muchos ítems coleccionables, que si son como yo, van a querer encontrarlos todos. Por otro lado, están las mecánicas de Kao y del entorno. Él tiene un moveset variado, pero lo más interesante son las capacidades de los guantes. Al ser mágicos, tienen la habilidad de mezclarse con tres elementos naturales. Los de fuego nos permiten quemar cosas. abrir caminos y activar tarimas, los de hielo congelan el agua y los de viento mueven objetos.
Es realmente entretenido ir descubriendo estas mecánicas y utilizarlas para resolver los puzles de cada nivel. Por ejemplo, en uno de ellos tenemos un bumerán al que le debemos pegar con los guantes de fuego, para luego tirarlo dentro de una caldera y así poder encenderla. Esto hace que baje un puente y podamos cruzar lava hirviendo. Los guantes son el fuerte de Kao the Kangaroo y es este tipo de interconectividad entre los elementos la que hace que sea un gran plataformero, con poco que envidiarle a los más grandes del género.
Si bien hay ciertos problemas técnicos como caídas de frames y audio, mecánicas sin pulir (como la falta de precisión del ataque especial), efectos de sonido mal calibrados o directamente inexistentes, todo esto se puede arreglar fácilmente con un parche. Son inconvenientes que no tienen gran relevancia ni impiden el progreso del juego, pero durante sesiones largas sí pueden volverse un fastidio.
Kao the Kangaroo no es – por ningún lado – un título de gran dificultad. En realidad es bastante fácil. Por mi parte, conseguí todos los coleccionables, compré todos los ítems ya que me sobraban los Ducat y terminé con una cantidad absurda de corazones de vida que me hacían invencible. Pero es apto para toda la familia, por momentos es gracioso, tiene una historia sólida, sus niveles son creativos y coloridos, te hacen pensar y están ensamblados para lucir todas sus mecánicas en un solo espacio. En cada esquina hay cosas por romper, puñetazos que dar y enemigos por knockear. Definitivamente el regreso de Kao luego de tantos años es un mimo al corazón de todos esos fanáticos que lo disfrutaron durante su niñez. Asimismo, es una invitación a que todos los que estábamos ocupados con Mario, Donkey Kong, Crash y Spyro lo conozcamos y apreciemos.
Kao the Kangaroo fue lanzado el 27/05/2022. La campaña me tomó 9 horas y fue jugada en la Nintendo Switch Oled. También se encuentra disponible en PS4/PS5, Xbox One, Xbox Series S/X y Microsoft Windows.