ANÁLISIS | Inscryption, mucho más que un juego de cartas

Inscryption viene generando expectativas desde la pasada E3. Pero también muchas dudas. ¡En el buen sentido, claro! La primera vez que lo vimos en acción en su trailer de presentación no sabíamos bien qué estábamos viendo: un juego de terror que a la vez es roguelike, juego de puzles y deck builder, ¿cómo se combinan géneros tan distintos? Pero hoy no vengo a arrojar mucha luz en el asunto porque Inscryption es un juego que se disfruta más mientras menos sepamos de él. Aunque sí hay algo que deben tener en claro: tienen que jugarlo.

Decidí empezar siendo directa. Inscryption tiene sus falencias, pero es un juego tan único, divertido y turbio por igual que se convierte en uno de los imprescindibles del año. Y también en una de las sorpresas porque en el mundo del juego nada es lo que parece. No vamos a estar tranquilos un segundo y cuando creamos que nos la sabemos todas… ¡Pum! Patada en el tablero y se dan vuelta las reglas de juego.

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Inscryption empieza situándonos en una cabaña. Ante nosotros, dos ojos misteriosos nos observan desde la penumbra. Si miramos la mesa, veremos un tablero de juego y si recorremos el espacio que nos rodea, no vamos a encontrar más que mobiliario de cabaña. O al menos eso creemos al principio porque hay muchos secretos por descubrir.

Desde la oscuridad nos habla una voz y pronto descubrimos que esos ojos misteriosos pertenecen a un desquiciado que nos obligará a jugar un juego de cartas con él. Acá llega la faceta deckbuilder del juego. Comenzaremos a jugar un juego de mesa que nos planteará distintos desafíos. El principal serán las partidas a modo juego de cartas y nuestro objetivo será anotarle cinco puntos de daño al rival, pero los ataques se suman y restan en una balanza. Es decir, si pegamos cinco puntos de daño en el primer turno, ganamos automáticamente, pero si hacemos dos puntos de daño y el rival nos hace tres en el siguiente turno, vamos perdiendo por un punto de daño. Intuitivo, sin dudas.

Volviendo al tablero de juego, funciona como un mapa que tiene distintos caminos que tendemos que seguir. Es un camino predeterminado con varias opciones y el jugador decide cuál será el próximo desafío. Entre las opciones puede estar una partida de cartas, como ya mencioné arriba, o alguna forma de mejorar una carta o de agregar cartas a nuestro mazo. Pero nada llega sin penalización en Inscryption, así que cuidado con lo que eliges.

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Los desafíos son bastante simples de entender y, si tenemos mala suerte, lo que puede pasar es que perdamos alguna carta. A medida que vayamos jugando vamos a entender mejor la dinámica de cada uno, pero en general consisten en sacrificar una carta con cierta habilidad para ceder la habilidad a otra carta o algo más azaroso que implica adivinar o apostar.

El duelo de cartas es el quid de la cuestión. Se basa en un sistema en el que las cartas tienen un valor predeterminado de ataque y de defensa, y un coste que se paga con sangre o huesos, lo que implica que otras cartas tienen que morir primero para que puedas jugar una. El mazo cuenta con cartas de coste 0 que son ardillas y que pasan a ser el combustible inicial del mazo porque se pueden sacrificar enseguida. Pero esto no siempre es posible y la dificultad del sistema está en juzgar si vale la pena sacrificar una carta, sabiendo que esto puede dejarnos desprotegidos ante un ataque del mazo de tu oponente. Las cartas además pueden tener habilidades como volar, toque mortal y otras que, si alguna vez jugaste Magic o algún juego de cartas, las vas a entender sin que te expliquen.

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La realidad es que no tiene sentido explicar a fondo el sistema de combate de cartas porque parte de su encanto está en ir aprendiéndolo. Lo importante es que sepan que es original, intuitivo y muy divertido… Bueno, y macabro. Además, varias cartas de la baraja son parlantes y nos acompañan a lo largo del viaje como dignos compañeros de party de un RPG. El apartado narrativo está a la orden del día y si creías que jugar con un extraño en una cabaña era una tarea solitaria, nada más distinto de la realidad porque en Inscryption hay mucho diálogo, chistes y secretos por descubrir, además de mucha matanza y sacrificio.

Por otro lado, Inscryption tiene componentes roguelike. El mapa cuenta con varias etapas y cada una termina en una batalla contra un jefe con un estilo de juego y estrategia particular. Para avanzar en estas etapas contamos con dos vidas –simbolizadas con dos velas– y restaremos una cuando perdamos un duelo de cartas. Una vez que le ganamos al jefe de cada etapa, las vidas se recargan, pero, siendo solo dos vidas, en cada etapa podemos perder una sola vez porque a la segunda vez que perdemos, morimos y el juego reinicia. Pero como en todo buen roguelike, a pesar de que los desafíos en el mapa son aleatorios cada vez que reiniciamos, hay mejoras permanentes para el mazo que nos hacen más fácil el viaje cada vez que morimos.

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Por último, nos queda explicar el costado más aventurero. En cualquier momento desde la vista de mapa, es posible levantarse de la mesa y explorar la cabaña. Los que inicialmente parecen simples muebles y decoraciones esconden puzzles y secretos que nos darán pistas para culminar la aventura. Como decía en un inicio, en Inscryption nada es lo que parece y uno de sus costados más gratificantes es darnos cuenta que delante nuestro siempre tuvimos herramientas para ganar, solo hay que aprender a mirar bien y a pensar fuera de la caja.

Aunque Inscryption pueda parece un juego en el que tenemos que estar pendientes de muchos objetivos y mecánicas, lo cierto es que responde a una fórmula de “fácil de aprender y difícil de ganar”. Y todo el sistema de juego llega acompañado de una ambientación muy trabajada y aterradora, dándole al título la cualidad de poder generar terror e incomodidad sin sustos gratuitos.

Hay mucho seso en el diseño, pero también en el concepto, en la idea. Es un juego que nos va a aterrar, pero que también no vamos a poder soltar. Las horas se pasan como si nada cuando jugamos Inscryption. Y lo mejor de todo es que no deja de sorprendernos hasta el final. Pero detalles de esto no les puedo dar, solo les voy a decir que las reglas de juego cambian más de una vez y que, como en Pony Island, Daniel Mullins se las ingenió muy bien para romper expectativas y géneros, dándonos una experiencia difícil de encasillar.

Como punto flaco encuentro a la estructura de la historia que a veces es confusa. Además, siendo un título que busca romper esquemas adrede, algunos de los cambios que se guarda bajo la manga no van a sentarle del todo bien a todos los jugadores. La realidad es que hay momentos en que te descoloca, pero, con paciencia, lo positivo que tiene para ofrecer pesa mucho más en la balanza.

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Atrapante como pocos juegos, Inscryption, sin dudas, es una de las mejores apuestas independientes del año. Ahora solo queda que te animes a entrar a su mundo hostil, sabiendo que la sorpresa es inminente. Dentro de la escena indie hay bastantes proyectos arriesgados y únicos, pero pocos son además tan divertidos en el sentido más lúdico como Inscryption. Un título que no calza en las etiquetas clásicas, pero que sí entra cómodo en la biblioteca de cualquier jugador que busque algo estratégico, humorístico, turbio y fresco. No averigüen más sobre él, vayan directo a jugar.

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INSCRYPTION

18/10/2021 (PC)
9.0