ANÁLISIS | Harvestella, un choque de dos mundos

Square Enix, con Harvestella, encontró la fórmula precisa para fusionar exitosamente un RPG con un simulador agrícola.

La compañía nipona está teniendo un año excepcional con lanzamientos a diestra y siniestra. Desde Triangle Strategy pasando por Live a Live, The DioField Chronicle y recientemente Valkyrie Elysium. Esta vez llegó el turno de explorar Harvestella, una entrega que busca fusionar en un mismo universo los tradicionales e icónicos juegos de rol a los que Square Enix nos tiene acostumbrados con la simulación de granja

La historia toma lugar en un mundo protegido por cuatro cristales gigantes llamados Seaslight. Estos son los encargados de que todo fluya en armonía y que las estaciones del año roten de forma correcta pero, cada vez que una de ellas culmina, se genera un extraño fenómeno llamado Quietus. Este se trata de un polvo que cubre y mata cualquier forma de vida que toque.

Nuestro personaje despierta totalmente amnésico luego de haber tenido un misterioso sueño. Es aquí donde conocemos a la Dra. Cres, quien nos dice que sorprendentemente hemos sobrevivido a la exposición del Quietus y nos guía hasta la aldea Lethe. Ahí nos presenta al alcalde, quien nos otorga una cabaña y unas tierras para que podamos autogestionar nuestros recursos. Luego de unos veloces tutoriales estamos listos para arar, sembrar y regar nuestros cultivos para venderlos una vez que crezcan.

A cambio de esto nos piden que les ayudemos a descubrir por qué cada vez que este terrible fenómeno llega dura más y cómo pueden hacer para detenerlo de una vez por todas. 

Mientras le vamos agarrando la mano al proceso de cosechar y vender para luego ir al pueblo a comprar más variedades de semillas, llega a la historia una misteriosa chica llamada Aria. Ella también tiene amnesia, pero gracias a unos diarios que lleva consigo podemos develar algunos datos que nos impulsa a empezar la aventura fuera de la granja.

Harvestella divide su universo en dos tipos de zonas. Por un lado están las cinco ciudades en las cuales podemos pasear, investigar más sobre la historia, conocer NPCs que nos darán misiones secundarias y sobre todo podemos hacer compras. En algunos lugares se nos permite comprar semillas entre otros insumos para cultivo, también podemos hacerle mejoras a la cabaña y ampliar nuestras tierras, o podemos ir al herrero para obtener y mejorar armas. Por otro lado están las zonas rurales que funcionan como grandes dungeons.

Estas mazmorras cuentan con muchos niveles, una gran variedad de enemigos, cosas por recolectar y por supuesto un boss final. Eso sí, no nos podemos perder por el mapa a nuestro antojo debido a que Harvestella tiene un guiño a Cenicienta.

Todas las noches debemos volver sí o sí a la habitación para dormir antes de que sean las doce. Si no lo hacemos nos desmayaremos y la doctora Cres irá a nuestro rescate, pero nos cobrará una cifra que irá en aumento tras cada colapso. Sí, aparentemente en Lethe también tienen inflación. Asimismo, debemos estar muy pendientes de nuestra estamina.

Si corremos, trabajamos la tierra, levantamos algún ítem del suelo o damos un golpe, nos fatigaremos y no podremos hacer nada más. Lo bueno es que mientras mantengamos aunque sea el mínimo de la barra, esta se irá regenerando de a poquito, brindándonos un poco más de tiempo para hacer lo que tengamos que hacer y es que, el verdadero reto de Harvestella, es la planificación del día a día.

Cómo distribuyes las horas determinará qué tan rápido avanzas en la historia y qué tan exitoso eres (económicamente hablando). Pero no es tan fácil porque el tiempo se pasa rapidísimo. Las cuatro estaciones duran sólo 30 días cada una. Una vez que pasamos a la siguiente hay que arrancar los cultivos desde cero – debido al Quietus – y hay muchos insumos que ya no están disponibles por encontrarse fuera de temporada. Durante el día estamos activos de seis de la mañana a medianoche, pero si realizamos alguna actividad de crafteo también se nos resta tiempo.

Por ejemplo, por crear un dispositivo que te transporta de inmediato a tu casa te restan 20 minutos, y si quieres reparar un puente dentro de alguna mazmorra, te pueden restar entre una y dos horas enteras. Me atrevo a decir que el 80% de las veces que no llegué al final de un dungeon no fue porque me quedara sin vida o estamina, sino porque se hicieron las doce y tuve que volver a casa para dormir

El combate que viviremos dentro de estos lugares es bastante básico, pero cumple su función. Está bastante bien balanceado y la dificultad es progresiva a la aventura. A excepción de los “miedos”, criaturas de altísimo nivel que se encuentran dormitando y debemos evitar a toda costa. Aquí la parte que se lleva los aplausos es la de los roles. Dentro de la historia hay, nada más y nada menos, que doce tipos entre los cuales elegir: guerrero, mago, mecánico, lancero, etc. Cada uno cuenta con su propio árbol de habilidades y ataques especiales.

Al pelear podemos asignarnos tres de ellos para ir alternando según nos convenga. Al ser un combate de acción hack n’ slash (alejadísimo del combate por turnos al que nos tiene acostumbrados Square Enix) se le suma mucho dinamismo a los enfrentamientos.

En el camino iremos conociendo distintos personajes que también andan en la búsqueda de información y terminarán formando parte de nuestra ‘party’. Sus diseños son de lo más variopintos. Hay desde unicornios y hadas hasta creaciones totalmente originales, extrañas y terroríficas, pero todas las criaturas tienen el sello de Square Enix muy bien marcado. Algunas con grandes referencias a Final Fantasy en el modelado 3D y otras con guiños a entregas como Octopath Traveler o Bravely Default II con las ilustraciones en 2D que aparecen junto a los diálogos.

Harvestella es un juego original, creativo y realmente hermoso, sobre todo cuando muestra su potencial durante las cinemáticas. Aunque vale la pena avisar que en la parte técnica sufre de vez en cuando de lag, caída de frames y fondos borrosos. 

En general, el título no tiene grandes puntos negativos por señalar por fuera de los técnicos. Efectivamente hay partes repetitivas en el gameplay y la historia se puede tornar algo entreverada de vez en cuando ya que incluye fuerzas oscuras, criaturas mágicas y hasta viajes en el tiempo. Pero basta con prestar un poco de atención.

Además, hay muchas conversaciones en las que se nos permite elegir qué decir. Al inicio da la sensación de que no importa lo que decidamos, todo seguirá igual. Sin embargo, conforme avancemos, veremos que nuestras decisiones afectan las relaciones con otros personajes – y, por ende, qué tanto ayudan al estar en nuestra party – y eventualmente al desenlace de la historia, ya que tiene 2 finales “negativos” que cierran la aventura en el capítulo 9 y el final “real” que te otorga un capítulo más a modo de epílogo.

En definitiva, Harvestella consiguió converger dos géneros de una forma muy eficaz, que ayuda a que se potencien en lugar de pelear por el protagonismo. Ambos lados de la moneda ponen sobre la mesa lo más representativo de sus géneros sin ser realmente innovadores. Ni la parte de RPG ni la de simulación destacan en su gameplay per sé, sino en lo bien combinados y alternados que están.

El poder empezar el día trabajando en la granja de una forma relajada para luego ir a una mazmorra a darse a espadazos y estar con la adrenalina a tope le da mucho dinamismo al juego y ayuda a que no se torne pesado por su carga narrativa. La libertad de dejar que el jugador decida qué es lo que quiere hacer con cada uno de los días que dispone es una bocanada de aire fresco, sobre todo en una aventura con tantas horas por delante. 

PUNTAJE: 7

Harvestella fue lanzado el 04/11/2022. La campaña completa me tomó alrededor de cuarenta horas y la jugué en Nintendo Switch.