Probablemente cuando les mencionan Gears Of War lo primero que se les viene a la cabeza es tiros, sangre, cobertura, recarga activa, explosiones, vehículos, personajes con poco cuello y muy anchos, la Lancer como bandera y mucha acción a gran escala. Esa es la fórmula que durante ya 15 años le ha permitido a Microsoft darnos seis juegos de la saga principal y un spin off en forma de Gears Pop. Es una franquicia con millones de fanáticos y fanáticas que supo revolucionar el género de los juegos de acción en tercera persona haciendo extremadamente popular e influyente a su sistema de cobertura. Cientos de juegos intentaron imitar a Gears, pocos algunas vez lograron que su jugabilidad se sintiera igual de precisa e intensa. Pero con el correr del tiempo su peso en el gaming fue cayéndose; no por una baja en la calidad de sus entregas (Gears 5, por ejemplo, nos dio una campaña excelente) sino porque ya no es un título que paraliza a la industria o que define al año. En ese contexto y con la necesidad de refrescar el interés por Gears, Xbox Game Studios decide apostar por una forma totalmente diferente de jugar esta icónica saga pero manteniendo su esencia y el resultado es mucho mejor del que esperábamos.
Gears Tactics toma una carta de los imitadores de su franquicia principal al inspirarse en otro juego con una fórmula super establecida y exitosa como lo es la saga Xcom. Porque no hay mucha vuelta que darle, Tactics es un Xcom pero del mundo Gears of War. Por lo tanto si ya sabés cómo son esos juegos de Firaxis, entonces estás más que preparado para aquello con lo que te vas a encontrar en este nuevo título de The Coalition. Por supuesto que el estudio le agregó su propia impronta, sus particularidades y algunas mecánicas, pero en ningún momento se avergüenzan de su influencia, la abrazan e intentan hacer el mejor juego posible en ese género refrescando y reinventando varios de sus conceptos; y honestamente es uno de los que más me ha gustado hasta la fecha.
No soy un gran estratega ni tampoco he sabido dominar cuanto juego táctico se me puso enfrente, pero siempre me fascinaron y siempre soñé con alguna vez ser medianamente capaz en alguno de ellos. Sin embargo por lo general terminaba frustrado, ya fuera porque mi campaña en Xcom fracasaba o porque me topaba con algún jefe imposible. Pero algo en mí hizo click con este Gears Tactics y por primera vez sentí que realmente estaba dominando el campo de batalla. Quizás tenga que ver con cómo hace bastante accesible ciertos aspectos de estos juegos tácticos por turnos y cómo hay un gran abanico de opciones de dificultad y de personalización de la experiencia que hacen que la podamos ajustar a nuestro gusto y capacidad. Sí, no lo jugué en la dificultad más alta (elegí “intermedio” que es la recomendada para una primera campaña) y tampoco activé el modo “Iron Man” donde no podemos reiniciar una misión ni tener checkpoints en el medio, pero eso no quita que el juego no me presentara un desafío importante y que lo haya podido superar.
Incluso en ese modo de dificultad, no es un juego para nada sencillo. Cada enemigo puede ser letal, por más pequeño e insignificante que parezca. Esto es un gran cambio con respecto al resto de la saga donde hemos matado miles de Locust sin despeinarnos; ese respeto que adquirimos por los enemigos hace que cada combate sea incluso más intenso y con mucho más en juego que cualquier otra secuencia de Gears previos. Hay que pensar cada paso que vamos a dar más de una vez; un mal posicionamiento puede ser fatal y vamos pagar sus consecuencias cerca del final de la misión. Hay varios tipos de enemigos con distintos propósitos: ‘rushearnos’ con escopetas, snipers que hacen que no podamos movernos, otros especializados en ataques cuerpo a cuerpo, entre otros. La buena noticia, es que incluso con lo amenazantes que son los Locust, nuestros personajes se siguen sintiendo poderosos. Gears Tactics se apoya en un sistema que combina “Héroes” (personajes especiales que protagonizan la historia) y tropas generadas aleatoriamente que vamos reclutando. Estos Héroes suelen tener sus beneficios, habilidades específicas y buenas estadísticas; vamos a querer tenerlos en nuestro escuadrón y muchas veces será obligatorio llevarlos para cumplir ciertas misiones. La contra de tener en nuestro equipo a estos personajes especiales es que si uno de ellos muere en el campo de batalla, vamos a fallar la misión y tendremos que volver a comenzar; en cambio si llevamos soldados reclutados pueden morir pero tendremos todavía chances de ser exitosos siempre y cuando el resto sobreviva.
El máximo de personajes que vamos a tener a nuestra disposición son cuatro. En la previa podemos seleccionar su equipamientos, ampliar su árbol de habilidades y modificar cada uno de sus aspectos estéticos (algo en lo que pasé más tiempo de lo que me gustaría admitir). Una de las formas en las que Gears Tactics hace nuestra vida un poco más fácil es con loot que vamos recibiendo tras cumplir cada misión principal o secundaria; más cartuchos para la Lancer, más precisión para un sniper, más daño crítico para la escopeta, etc. Es fundamental pasar un buen rato antes de cada misión eligiendo nuestro loadout porque nos da muchas más chances de sobrevivir; incluso hay mejoras que nos dan nuevas habilidades pasivas para el personaje (como hacer más daño con la última bala de nuestro cartucho, por ejemplo).
Una vez dentro de la misión vamos a tener que ir moviendo a nuestras tropas utilizando lo que el juego denomina como “puntos de acción”. En nuestro turno, cada personaje tiene tres de esos puntos y cada acción consume uno de ellos: movernos, disparar, recargar, entrar en “vigilancia” (el famoso “overwatch”), usar una habilidad, lanzar una granada, etc. Cómo decidimos consumir esos puntos depende enteramente de nosotros y no hay nada que nos obligue a cumplir ciertos tipos de acciones o que separe lo que es movimiento de lo que son acciones ofensivas. Además vamos a poder ir alternando qué personaje usar en cualquier momento, es decir, podemos hacer una acción con uno, después dos con otro y luego una con un tercer personaje; esto hace que vayamos craneando estrategias bastante creativas y elaboradas que usan las habilidades y el posicionamiento de cada personaje en una hermosa sinergía de destrucción. Si hacemos las cosas bien, les vamos a dar una paliza táctica a las fuerzas del Locust.
A esto le sumamos el hecho que si somos lo suficientemente inteligentes vamos a poder extender bastante nuestro turno. Tactics tiene un sistema en el que al bajar a un enemigo, queda vulnerable a una ejecución. Al hacerla con un personaje (le consume un punto de acción) el resto del escuadrón ganan todos un punto extra de acción. Así es como, por ejemplo, podemos ir bajando enemigos con un primer personaje, con otro ir ejecutándolos, lo que le da a los otros dos restantes cada vez más puntos de acción para ir adelantándose en el campo de batalla, flanqueando mejor, agarrar cajas con loot que andan dispersas por ahí o simplemente seguir eliminando enemigos. Es interesante cómo The Coalition logró que la acción se sienta fluida, que haya una sensación de momentum incluso cuando, técnicamente, todo está pausado y vamos ordenando de a una acción a la vez. Quizás sea el hecho de no abusar de la cámara que hace foco en un personaje cuando lanza un tiro, de lo rápido que salta de personaje en personaje o de cómo si estamos en vigilancia los enemigos se pueden comer una marea de balas en pocos segundos.
Esta forma de balancear los sistemas constantemente para combinar una experiencia táctica y rigurosa propia del género con lo frenético que es un Gears of War, es lo que hace a Tactics un título tan divertido de jugar. Los enemigos son temibles, pero igual vamos a bajar una cantidad elevada de ellos por misión; los héroes tienen un montón de habilidades y ventajas pero igual se pueden ver abrumados si se quedan sin munición y están en el lugar equivocado; las granadas son ilimitadas y devastadoras pero tienen un cooldown elevado; los enemigos pueden entrar en vigilancia pero tenemos una habilidad para sacarlos de esa postura; al mismo tiempo nosotros cuando estamos en vigilancia vamos a poder dispararle a la cantidad de enemigos que nuestras balas y nuestros puntos de acción nos permitan; la distancia que podemos recorrer con cada personaje es bastante larga, entre muchas otras mecánicas que hacen de Gears Tactics un juego desafiante y fluido que pocas veces es frustrante. Las herramientas están ahí para que las aprovechemos y son muchas, si no lo hacemos vamos a fallar pero no estamos en una desventaja por defecto.
Al poco tiempo de estar jugando ya vamos a entrar en un buen ritmo que nos ayuda a entender cuándo ser agresivos y cuándo ser un poco más conservadores. Cada misión puede tener un objetivo principal distinto, una condición para ser completado y también objetivos adicionales que nos darán nuevas mejoras. Así es como a veces tendremos que completar la misión en una cierta cantidad de turnos, otra sin que se muera nadie e incluso aquello que tengamos que hacer va a ir cambiando durante el transcurso de la misión misma. El dinamismo entonces no sólo se logra con lo rápido que se ejecutan las acciones, sino también lo que se nos pide hacer. A eso se le suma que por lo general los capítulos son bastante largos, con múltiples instancias y lo que comenzó como un simple rescate a unos soldados, también nos pide destruir ciertas estructuras para que todo termine en un escape dramático o en una pelea con un jefe. Cuando te lo ponés a pensar, es la misma estructura que cualquier otra misión en un Gears Of War, simplemente que con otra perspectiva.
Donde no siento que de en el clavo del todo es cuando quiere recrear la escala de las peleas con jefes que han caracterizado a la saga pero en un entorno estratégico y por turnos. Son por lo general arenas que nos obligan a jugar de una manera muy específica y con formas muy marcadas de hacerle daño al jefe. Siento que toda la libertad táctica que tenemos durante el resto del juego se pierde en secciones un tanto forzadas y no del todo efectivas. Son difíciles, son desafiantes pero nos vamos a sentir limitados en cuanto a aquello que podemos ejecutar y quizás fueron los momentos donde más frustrado me sentí o más injusto sentí que fuera el juego, algo que no me pasó con el resto de la experiencia donde si perdí, fue por error propio. Las peleas con jefes se pueden volver particularmente problemáticas cuando llegan al final de una misión por demás extensa. Esto provoca que si no tenemos a las clases de personajes adecuados o si alguno de nuestros héroes ya fue derribado (pueden revivirse a sí mismo una vez por misión y más veces por otros compañeros aunque con una penalidad en la vida máxima) ganarle a ese jefe resulte muy difícil a menos que abortemos la misión y comencemos todo de nuevo. Si bien el juego nos da checkpoints incluso dentro de la misma pelea con el jefe, muchas veces vamos a estar ya en malas condiciones y es inútil intentarlo desde ese punto; incluso puede ser obsoleto reintentar desde el inicio de ese combate porque previamente perdimos a una unidad o ya no tiene la posibilidad de autoreanimarse.
Más allá de querer crear cierto tipo de enfrentamiento, aquello que también ancla a Tactics en el universo Gears es su historia. El principal Héroe y protagonista es Gabe Díaz, el papá de Kate quien toma un rol principal en los últimos juegos de la saga. Por lo tanto Tactics funciona a modo de precuela para entender ciertos sucesos de los actuales capítulos y también para explicar mejor el trasfondo de algunos personajes. Gabe es un mecánico que solía formar parte del COG pero la urgencia de la guerra con los Locust lo devuelve al campo de batalla. Nuestra misión será detener a Ukkon, una especie de chamán de las fuerzas enemigas quien está realizando experimentos con algunas de estas criaturas. Él representa un peligro enorme y para cumplir nuestro objetivo tendremos que reclutar a la mayor cantidad de Gears posibles e ir yendo de misión en misión en una persecución constante contra este villano que siempre tendrá un az bajo la manga. En el camino vamos a interactuar con otros personajes como Sid Redburn (un experimentado soldado y la voz de la experiencia) o Mikayla, una guerrera que no está para nada de acuerdo con los métodos del COG pero que sabe que la urgencia del enemigo en común es más importante.
La historia en sí no nos volará la cabeza, pero los personajes son lo suficientemente carismáticos como para comprometernos, mínimo, con su bienestar y con que no les pase nada. Las cinemáticas están un escalón por debajo de las más espectaculares de la saga, pero igualmente tienen mucho trabajo detrás y son bastante frecuentes (además de tener buenas interpretaciones tanto en latino como en inglés). Eso le da un sabor particular a este Gears Tactics, armando una experiencia mucho más cinematográfica que la de otros juegos del género. En el medio de las misiones vamos a tener cinemáticas, diálogos interesantes y una sensación de urgencia y escala que va más allá de lo que pase en la batalla. Para aquellas personas más metidas en el universo Gears habrá mucha tela para cortar y bastantes datos para seguir expandiendo un universo que encuentra en Tactics a su primer gran spin off.
La aventura nos va a llevar por ciudades y escenarios que nos resultarán medianamente familiares si venimos jugando a Gears. La arquitectura dilapidada y característica de la saga dice presente nuevamente y si bien habrá una cierta sensación de déjà vu, la cámara aérea y táctica nos da una manera totalmente diferente de apreciar este universo. Estos escenarios están bastante detallados, cuentan con una buena verticalidad y son lo suficientemente complejos como para ir armando buenas situaciones de combate. No son simples descampados, vamos a tener muchas opciones y está en nosotros aprovecharlas. Ciertas misiones nos van a llevar por extensos recorridos y sorprendiéndonos con el tipo de tablero de ajedrez que se nos propone.
El apartado gráfico también ayuda a hacernos sentir dentro del mundo de Gears con buenos efectos de iluminación y con personajes muy detallados cuando la cámara se acerca a ellos. Lamentablemente en las cinemáticas, por lo menos en mi caso que lo jugué en PC, las texturas tardan bastante en cargar y eso hace que pierdan un poco de espectacularidad. Salvo eso, el juego corre muy bien mostrando campos de batalla bastantes amplios con una gran cantidad de enemigos a la vez.
Geras Tactics termina siendo una más que agradable sorpresa, manteniendo la esencia de esta longeva saga pero adaptándola a un género que nos obliga a pensar mucho más que a disparar. Sin embargo eso no hace que pierda intensidad o dinamismo; la cantidad de enemigos que vamos a derribar es prueba de eso y lo complejo de las misiones nos coloca en una montaña rusa estratégica de la que no nos vamos a querer bajar y que nos va a hacer sentir orgullosos de nosotros mismos cuando el plan funcione a la perfección. Siento que es una experiencia bastante más permisiva que otras del género pero no por tener una inteligencia artificial deficiente o desbalancear la dificultad, sino por el gran arsenal de movimientos, habilidades y de cómo combinarlas. Si damos pasos en falso podemos reiniciar la misión o arrancar desde un punto de guardado específico; Gears busca hacernos pensar y dominar el campo debatalla pero rara vez intenta frustrarnos o pisotear nuestro ego. El resultado es una experiencia táctica de lo más entretenida y ojalá no sea esta la última vez que este universo visite el género.