Hace dos años, Adult Swim dejó caer la bomba en sus redes sociales: anunciaron que co-producirían, junto al estudio nipón Production I.G, dos nuevas temporadas de uno de los programas más lisérgicos que pasaron por la pantalla del Cartoon Network estadounidense. Así nace FLCL Progressive, la primera de ellas. Mencionar a Adult Swim es vital en todo este asunto no porque estemos frente a un anime occidentalizado (es todo lo contrario, de hecho), sino porque de no haber sido por ellos, nunca habría salido una secuela. De hecho, Progressive se estrenó antes en Estados Unidos que en Japón y por ahora solo podemos verlo doblado al inglés.
Esta nueva temporada sigue a Hidomi, una adolescente introvertida y muy nihilista que dice abiertamente no tener deseos ni ambiciones en la vida. La primera escena del capítulo nos introduce al personaje de la mejor forma posible, dejando en claro que para FLCL el tiempo no pasó. La musicalización de la escena, el imaginario surrealista y el ritmo de la animación son todo lo que estábamos buscando del regreso de un anime tan vanguardista.
FLCL sigue siendo un relato extraño de un tema muy familiar como lo es la adolescencia y el sufrimiento de dejar de ser un niño. Progressive no tiene una sola protagonista sino que también nos presenta a Ide, un compañero de clases de Hidomi que se la pasa alardeando sobre sus citas. Lo extravagante de la vida los llevará a reunirse en la situación menos pensada. Ahora no puedo esperar a ver cómo la serie desarrolla las dolencias de estos dos jóvenes, tan opuestos de personalidad, pero presos en la misma melancolía.
En lo que respecta a animación, Progressive está más que bien y se vale de las técnicas de la original, con personajes definidos por rasgos que a veces se deforman y una fluidez propia de los animes de hace 15 años. En lo personal, me gustaba muchísimo más el trabajo de los fondos en el anime original; ambos son estáticos, pero los de Progressive son más lisos y están desprovistos de detalle. Lo que no falla es la musicalización. La vuelta de The Pillows no solo despierta nostalgia (la escena en la que suena Little Busters me movió todo), también sigue siendo la banda ideal para ambientar todo lo que viven los protagonistas. No hay nada más adolescente que el estilo pop-grunge.
Siguiendo un poco con el contraste, después de revisitar las seis OVAs de la primera temporada, noto que Progressive optó por darle más énfasis al drama, desprendiéndose un poco de lo absurdo que caracterizaba tanto a la serie. No hay nada a que temerle, claro, porque la escena final del episodio deja bien en claro que es solo cuestión de tiempo hasta que empecemos a tener el humor ácido de Haruko nuevamente con nosotros.
Las insinuaciones sexuales y los gags no faltan. Las incoherencias tampoco, claro, pero ahora sentimos que entendemos un poco más lo que estamos viendo. Esto sucede porque sabemos qué esperar de FLCL, algo que nos tomó por sorpresa la primera vez. Aunque el primer capítulo de Progressive no representa un arranque tan eufórico como el que cautivó las pantallas en el 2000, eso no quita que se trate uno de los animes con más personalidad que vimos en los últimos años.
FLCL regresa con menos metalenguaje y menos rupturas de la cuarta pared, pero igual de afilado y divertido. Habrá que ver qué tanto impacto consigue esta secuela. El episodio inicial es fiel al original, sin caer en el homenaje burdo sin esencia. Los nuevos personajes también tienen potencial. Esperamos con ansias ese segundo capítulo.