Algo muy similar sucede con la versión virtual de la F1; si no cambian las reglas, no cambian los autos y no hay muchas novedades a nivel equipos (salvo algunos rebrandeos como Aston Martin y Alpine), no hay demasiado lugar para que Codemasters pueda meter mano y brindar una experiencia novedosa con un título que apunta principalmente a la simulación y que ya ha alcanzado un nivel altísimo de realismo.
Las entregas de deportes anuales no suelen tener muchas modificaciones; eso representa en sí mismo una dificultad para convencer a los usuarios de invertir año tras año en experiencias similares. Pero más difícil le va a resultar a Codemasters si encima ofrece un paquete con algunas ausencias clave. Por empezar, no contamos con autos clásicos, un aspecto que puede enamorar a nostálgicos y que ofrecía una experiencia de juego totalmente distinta al tratarse de autos sin ninguna de las mejoras o cambios tecnológicos actuales. Agarrar la Ferrari de 2004 con motor V10 era una sensación increíble y subirse al McLaren MP4/4 del ‘88 era todo un desafío.
Tampoco van a decir presente circuitos que fueron adheridos al calendario oficial a último momento como Portimao o Imola, sin embargo llegarán en un tiempo en forma de DLC gratuito. Codemasters ha explicado que tarda alrededor de un año armar nuevos circuitos y sus alrededores; todavía queda por definirse cuándo estarán llegando estas pistas, sin embargo, la que no lo va a hacer es la del Gran Premio de Turquía. Por último la F2 no es la versión de este año sino la del anterior (es decir, la F2 2020).
Todas estas ausencias tienen varias justificaciones, la principal de ellas recae en el hecho de que esta edición fue desarrollada principalmente en pandemia con trabajo remoto. Pero también el hecho de ser un juego ‘cross-gen’ tiene su grado de dificultad; si a esto le sumamos que Codemasters tuvo que atravesar la compra del estudio por parte de Electronic Arts, tenemos un combo explosivo que pudo haber impedido, en el peor de los casos, la salida de F1 2021. Teniendo todos esos pormenores en cuenta, resulta casi milagrosa la salida de esta edición pero eso no quita el hecho de que tenga varias ausencias y que su precio no haya bajado en lo absoluto manteniéndose a 60 dólares.
La única verdadera novedad es la adición de un modo historia que termina convirtiéndose en la estrella de este F1. Bajo el nombre de ‘Braking Point’, Codemasters nos propone una experiencia narrativa muy al estilo de FIFA con ‘The Journey’. Al igual que en ese título de EA, no vamos a crearnos nuestro personaje, sino que vamos a estar encarnando a Aiden Jackson, un joven piloto que comienza su carrera en la F1. Luego de ser campeones en la F2 somos contratados por uno de los equipos de rango medio de la categoría (puede ser Williams o Aston Martin por ejemplo) y así vamos a ir atravesando dos temporadas llenas de drama, sorpresas y con mucha variedad de situaciones para resolver.
La mejor manera de describir a Braking Point sería diciendo que es la versión telenovela de lo que se ve en la serie documental de Netflix, ‘Drive To Survive’. Esto se debe a que el otro personaje principal de esta historia es Casper Akkerman, nuestro compañero de equipo y un piloto muy experimentado en la F1. Claramente él no va a estar contento con la atención que acapara Aiden como novato estrella y, alimentado por los rumores de nuestro némesis Devon Butler dentro del paddock , se van a ir sucediendo conflictos dentro y fuera de la pista que son deliciosamente ridículos y perfectamente ejecutados.
El equipo de guionistas y los actores y actrices entendieron al 100% el tono que tenía que tener la historia y el resultado es más que satisfactorio. No sólo por las cinemáticas y el desarrollo de personajes, sino también por lo que vamos a ir haciendo a nivel jugabilidad. Se nos van a ir presentando desafíos a completar y situaciones de carrera específicas que, si bien resultan muy predefinidas, marcan un contraste muy importante con el resto de los modos. Así es como vamos a tener carreras donde se nos estropea un neumático, entramos a boxes y reanudamos la carrera con el objetivo de llegar a los primeros 10 puestos. Si no completamos este desafío, tendremos que volver a intentarlo. Otros capítulos nos pedirán superar a corredores de un determinado equipo o conseguir la vuelta más rápida, por ejemplo.
A pesar de ser una gran experiencia, Braking Point tiene un talón de aquiles en el hecho de que no se puede adaptar a que a nosotros nos vaya bien a la hora de disputar las carreras. Si bien formamos parte de equipos que no deberían estar peleando por el podio, cuando lo conseguimos o incluso si llegamos a ganar una carrera, este modo historia casi no ofrece ningún tipo de reacción o respuesta a nuestras buenas actuaciones. Es entendible ya que hay un fuerte énfasis en lo narrativo y sería muy difícil crear cinemáticas, mensajes y llamadas que se adapten orgánicamente a nuestra performance, pero lamentablemente atenta contra todo tipo de inmersión.
La otra pata negativa del modo historia tiene que ver con lo poco maleable que es la dificultad y con la imposibilidad de modificarla en el transcurso de nuestra carrera; esto es algo que no sucede en otros modos donde podemos ajustar todo tipo de opciones para modificar la experiencia. Braking Point sufre de tener una dificultad intermedia un poco elevada si no estamos muy acostumbrados al manejo o si es lo primero que decidimos jugar; para bajar ese nivel de desafío vamos a tener que arrancar todo de nuevo. El mayor problema llega cuando en esa nueva dificultad todo resulta extremadamente fácil y mi equipo (en este caso Williams) empezó a ganar una carrera tras otra de manera poco verosímil.
Más allá de Braking Point, el otro modo principal de F1 2021 es aquel llamado MyTeam donde manejaremos a nuestro propio equipo, convirtiéndose en la 11ava escudería. Este modo se mantiene prácticamente igual al del año pasado: tenemos los fines de semana completos con práctica, clasificación y carrera; vamos a ir mejorando nuestro auto e instalaciones como si del árbol de habilidades en un RPG se tratara y también vamos a ir manejando presupuesto, sponsors, pilotos y nuestra relación con los fans.
Es un modo muy entretenido que nos va a mantener bastante enganchados si decidimos aprovechar los fines de semana de competencia en su totalidad. Pocos títulos deportivos logran un nivel de autenticidad como F1 lo hace con esta experiencia tanto a nivel jugabilidad como en todo lo que rodea a las carreras. Cada instancia ofrece una sensación distinta y disfrutable, teniendo que primero planificar la estrategia, realizar los desafíos en los días de práctica para conocer mejor la pista e ir leveleando las áreas de potencia, aerodinámica y durabilidad. Luego pasamos a la clasificación donde ya conocemos la pista y estamos en una lucha furiosa con el resto de los pilotos para que todo termine en el día de carrera donde nos jugamos el todo por el todo. Ese día domingo acarrea el peso de todo lo realizado con anterioridad y se siente importante y determinante.
Quizás sea el hecho de que lleva mucho tiempo de juego cada instancia pero cada carrera se vive con una intensidad enorme cuando se tiene en cuenta todo lo que se trabajó para tener una buena posición en la grilla de partida o cuánto se pudo mejorar el auto gracias a las prácticas. No siento que me suceda lo mismo con casi ningún otro título deportivo y si a eso le sumamos todos los detalles que se ven en boxes, lo bien que se ve a nivel técnico y cómo toda la gráfica y estilo de la F1 oficial dice presente, estamos ante una de las experiencias más inmersivas del mercado.
La buena noticia es que si no te querés tomar tan en serio la experiencia, F1 2021 tiene un gran abanico de opciones para modificar por completo la dificultad, las asistencias, la inteligencia artificial, el manejo de los autos e incluso los controles. Además contamos la clásica opción de poder meter un ‘flashback‘ y así arreglar cualquier maniobra errónea o choque que hayamos tenido. Por lo tanto vamos a poder customizar la jugabilidad a nuestro antojo: quizás queremos una inteligencia artificial muy agresiva pero con muchas asistencias o podemos optar por tener una dificultad amigable pero no usar flashbacks y no tener ayudas como el grip activadas. Las herramientas están ahí por si incluso queremos tunear cada uno de los aspectos de nuestro auto, siempre y cuando tengamos el conocimiento necesario.
Por supuesto que con un joystick se hace un poco más difícil eliminar asistencias o subirle mucho la dificultad a los pilotos rivales. No es que sea obligatorio tener un volante para disfrutar del juego, pero sí cuesta mucho tener las sutilezas y la maleabilidad que nos brinda tener una buena pedalera a nuestra disposición. Con un control de Xbox o PlayStation es difícil sacar algunas asistencias ya que los gatillos y los sticks no ofrecen ese mismo nivel de precisión.
F1 2021 es el primer juego de la franquicia que llega a consolas de nueva generación y el trabajo a nivel visual es notable. Si bien todavía queda mucho por ser mejorado en los años que se vienen, el hecho de contar con ray tracing en PS5 y Xbox Series X/S (al igual que en PC), vuelven al título de Codemasters un título muy llamativo en lo gráfico. Además en PS5 el DualSense ofrece algunos chiches que siempre son bienvenidos.
F1 2021 no es la gran evolución ni el paso hacia adelante que esperábamos. Las razones están a la vista y ni el contexto ni lo que sucede en la categoría depende de Codemasters. Pero algunas ausencias de modos, autos y pistas afectan bastante a una experiencia que es prácticamente la misma a la del año anterior salvo por un muy entretenido modo historia. La sensación de manejo, la velocidad y la intensidad de cada carrera son de un nivel altísimo, pero son las mismas de F1 2020. El 2022 se perfila para ser un año clave para la F1 y esperemos que también lo sea para el juego de Codemasters.