ANÁLISIS: Electric Dreams S01E01: The Hood Maker

El primer capítulo de la antología adapta ‘The Hood Maker’ (‘El Fabricante de Capuchas’) de 1955. Richard Madden, el Robb Stark de Game of Thrones, interpreta a Ross, policía de una Londres postapocalíptica que debe trabajar con Honor (Holliday Grainger, Lucrezia en The Borgias), la primera telépata invitada a la fuerza. En este futuro cercano, los telépatas (‘Teeps’) son una casta aparte, temidos y odiados, relegados a guetos y utilizados como un servicio por el gobierno y para extrañas prácticas sexuales por los ricos y poderosos.

En su primera tarea, Honor y Ross deben detener un disturbio, en el que un terrorista utiliza una capucha que impide que Honor lea su mente. Pronto descubrimos que un misterioso fabricante de capuchas está repartiéndolas por la ciudad, profundizando la grieta entre los teeps y el resto de la sociedad. Por supuesto, telépata y oficial tendrán un acercamiento romántico durante la investigación.

Desde el primer minuto se nota que Electric Dreams tiene un presupuesto ajustado, pero gran nivel de atención al detalle. La ambientación puede ser excesiva en ciertas escenas, pero tiene esa pesadez recargada del Brazil de Terry Gilliam, o de la ciencia ficción pre-Matrix de bajo presupuesto de la década del ‘90. Otros aspectos de la producción son menos afortunados, en especial el filtro verde y naranja que llega a saturar la fotografía, y los movimientos de cámara que no se deciden entre los ángulos opresivos o la shakycam de la saga Bourne.

‘The Hood Maker’ dura 52 minutos, y en su corto metraje comprime suficiente historia como para una película entera. Quizás buscaban que el episodio no aburra, pero tanta información sobre el mundo y sus reglas quita tiempo para desarrollar los protagonistas, a lo que se suma que Grainger y Madden son actores bastante endebles. Para peor, los tres o cuatro giros con los que el capítulo cierra parecen bocetos de ideas que más adelante veríamos mejor desarrollados en la obra de Dick. Y es que desde los telépatas hasta la constante sensación de persecución son elementos que recuerdan de inmediato a ‘Sentencia Previa’ – y no para bien.

El gran problema de este primer capítulo es la sensación de que todo esto lo vimos antes, y mejor hecho. La estructura de policial negro que introduce de a poco los elementos futuristas es la misma de ‘Blade Runner’, y Madden está intentando hacer el policía rudo de Harrison Ford, pero entre su cara de nene y su exagerado acento cockney, es imposible creérselo. Lo mismo pasa con Holliday Grainger que alterna entre la inescrutable, vulnerable Samantha Morton de ‘Sentencia Previa’ y la mujer fatal que vemos repetida en varias adaptaciones del autor.

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Revisando la lista de episodios queda claro que las adaptaciones se limitan a los primeros años de Dick como escritor. Si hoy recordamos a Dick como un genio incomprendido es por sus novelas, obras maestras de la paranoia presciente como Ubik, Una Mirada a la Oscuridad, y ¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas?… no por los ingeniosos pero sin duda torpes cuentos de mediados de los ‘50 que Channel 4 usará para esta adaptación.

O no. No había leído el cuento original, y la curiosidad me llevó a buscarlo. Con solo leer la primera escena, violenta y misteriosa, en la que sin explicación mediante un grupo de gente ataca a un viejito encapuchado, queda claro que esta adaptación ha usado el cuento solamente como un punto de partida y que sus deficiencias no se le pueden achacar al joven Dick.

Sin embargo, seguramente retome esta antología en las siguientes semanas. Se vienen capítulos dirigidos por Alan Taylor (Game of Thrones) y Marc Munden (Utopia), y después de una pausa cerrarán la temporada en 2018 con adaptaciones de cuentos geniales como ‘El Padre-Cosa’ y ‘Autofac’. Quizás Channel 4 decidió empezar con este episodio tradicional y derivativo para hacernos sentir una falsa comodidad y después movernos el piso. Sería una estrategia muy dickiana.

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