Análisis | EarthNight nos enfrenta a infinitos dragones

El tiempo que toma un videojuego en pasar a sus momentos más acelerados varía de título a título, pero es interesante notar una curiosa tendencia en juegos modernos a extender diálogos iniciales y secuencias de tutorial durante largo rato hasta que, al fin, entramos a las secuencias de acción para las que la historia nos iba preparando física y emocionalmente. Quizá por eso es tan refrescante el acercamiento de EarthNight, cuya carencia de una narrativa compleja es uno de sus mayores atractivos, dando paso a pura acción frenérica.

La historia es sencillísima: el planeta es invadido por dragones que destruyen todo. Fin. Las fuerzas armadas terrestres nada pueden hacer contra la amenaza, viéndose forzados a abandonar el mundo y sobrevivir en el espacio. Pero no todos aceptan esta realidad: dos aguerridos humanos; el barbudo Stanley y la joven Sydney; están dispuestos a dar batalla y eliminar la invasión, un dragón a la vez.

EarthNight es un juego que se mantuvo en desarrollo durante varios años y finalmente muestra los frutos de esa espera. Lo que tenemos aquí es un Endless Runner en el que nuestro protagonista elegido corre sobre el lomo de un dragón hasta llegar a la cabeza del mismo, momento en el que habrá que atacar con certeza para eliminar a la criatura. Esto es básicamente todo el juego, que se repite una y otra vez hasta que inevitablemente sucumbimos ante el desafío, momento en el que nos recoge nuestra nave de rescate y podemos optar por volver a intentarlo o explorar el Laboratorio de nuestro anfitrión.

Ya de entrada caemos en picada hasta nuestro objetivo

Como todo buen Endless Runner, EarthNight posee un sistema de progresión basado en la recolección de objetos a lo largo de nuestras incursiones, que son intercambiados por agua pura, la moneda de cambio de las colonias espaciales. También hallaremos huevos de dragón y, al derrotar a cada criatura, un colmillo o gema especial perteneciente al coloso volador. Serán las sumas de agua, huevos y otros ingredientes los que habilitarán y mejorarán nuestro arsenal de Power-Ups temporales que pueden aparecen en futuras correrías.

Pero para obtener estos preciados ítems es necesario salir a enfrentar dragones. Cada etapa de juego nos hace descender en picada hasta el lomo de una de las criaturas, momento en que comienza una carrera hacia la cabeza del gigantesco ser. El camino estará colmado de tesoros a recolectar y enemigos a tener en cuenta, los cuales pueden ser eliminados saltándoles encima. Rebotar de enemigo en enemigo activa un contador de combo que, tras cuatro rebotes, cada rebote subsecuente recuperará un poco de nuestra salud. Mantener combos será una necesidad para sobrevivir tanto como sea posible.

Corre, Sydney, corre

Al llegar a la cabeza de cada dragón habrá que atacarla de un modo específico dependiendo de la categoría de dragón. Con los primeros bastará con asestar golpes en cuanto nuestra arma esté cargada al máximo; pero con otras clases habrá que descubrir sus propias estrategias. Cada dragón esconde tres huevos en su recorrido, y cada uno—además de ser una valiosa moneda para adquirir y/o mejorar ítems de vuelta en el Laboratorio—mejora el daño causado a la cabeza al momento del combate.

Una vez destruida la amenaza somos recompensados con una caída al vacío, desde la cual podemos maniobrar para aterrizar en otro dragón o seguir de largo para alcanzar las capas atmosféricas inferiores, que contienen otras variedades de dragones para descubrir y eliminar. Estas escenas de caída libre son muy satisfactorias, aunque a veces la naturaleza errática del vuelo de esas bestias hace un poco difícil apuntar con certeza.

Caídas épicas

Cada uno de los protagonistas tiene un esquema de movimientos diferente. Stanley cuenta con un salto normal y un salto largo, pero tiene la ventaja de usar Power-Ups de espadas para arremeter de frente contra algunos enemigos específicos. Sydney, por su lado, cuenta con una segunda acción tras el primer salto (no posee salto largo) que nos da a optar entre una caída en picada, un salto doble, o un súbito impulso hacia adelante. Personalmente prefiero el esquema de Sydney, que otorga más control sobre el protagonista en un juego que pide certeza de movimiento, pero cada uno encontrará su combinación favorita.

Realmente no hay mucho más que decir respecto al juego en cuanto a jugabilidad. EarthNight hace de su simple premisa la excusa ideal para pasar de 0 a 100 en cuestión de segundos; pero también es la repetitiva naturaleza de su jugabilidad la que pondrá a prueba la paciencia de más de uno. El juego está disponible en dispositivos móviles y está claro que es la mejor plataforma para su estilo de juego, pero tampoco desmerece su inclusión en Steam, PS4 (aún no disponible al momento de escribir esta nota) y particularmente en Nintendo Switch. Como juego casual es maravilloso, pero no esperen largas sesiones con este título.

Ese pajarraco es una peste

Habiendo dicho eso, pasemos a hablar de ese soberbio apartado audiovisual. EarthNight se luce con un impecable diseño de arte saturado de color y movimiento. Los dragones por los que nos movemos son criaturas vivas, de modo que el terreno de juego está en constante bamboleo. El trabajo de animación y el diseño de personajes y enemigos es fantástico, y la única queja aquí es que, a veces, la pantalla está tan saturada de objetos que algún que otro enemigo puede pasar desapercibido a simple vista; y eso, en un juego que apunta al movimiento constante, puede acarrear daños inesperados. No es realmente tan grave, pero cuando ocurre se siente, y mucho.

Por su parte, la banda sonora es una mezcla chiptune que sabe separar momentos de acción desenfrenada y esos calmos segmentos de caída libre entre marañas de dragones gigantes. Consigue dar el tono mágico, casi místico, de películas dignas de Ghibli, aunque con gráficos en estilo acuarela.

Combatiendo al dragón

EarthNight es una gran experiencia, aunque no una experiencia con fuerza o variedad para soportar sesiones de juego largas. Es un juego diseñado para deslumbrar con un bellísimo apartado audiovisual y entretener por breves períodos de tiempo, siempre listo para rescatarnos de un momento de tediosa espera. En ese sentido, el juego triunfa. No hace falta una historia compleja; a veces una buena jugabilidad es más que suficiente para la excusa de eliminar dragones gigantes.

EARTHNIGHT

03/12/2019 (PC, SWITCH, IOS)
8.0

Experimenté EarthNight en PC mediante Steam. Durante mi tiempo de juego eliminé una cuantiosa cantidad de dragones y habilité casi la totalidad de Power-Ups, habiendo también Mejorado varios de ellos con el botín obtenido en mis incursiones. Considero al juego una excelente opción para disfrutar en breves segmentos de tiempo, aunque en sesiones largas su repetitiva naturaleza puede llegar a resultar ligeramente agobiante. Un gran juego para tener cerca; especialmente en dispositivos móviles y Nintendo Switch. El juego fue provisto por el desarrollador.