¡Bienvenidos al tren! O mejor dicho, al subterráneo. Bah, en realidad “Jane Patrol” nos sumerge por completo en los recovecos más oscuros de la mente de Kay Challis, quien hace rato desapareció para darle el protagonismo a sus 64 personalidades. A lo largo de estos primeros nueve episodios de “Doom Patrol” fuimos teniendo indicios del pasado de Crazy Jane, el trauma que desdobló su naturaleza, los experimentos a los que fue sometida (y la forma en que adquirió sus poderes), y su relación con el Jefe, la que quedó un tantito destrozada tras conocer a la Patrulla Condenada original.
Conocimos la necesidad de la chica por tener una figura paterna en la cual confiar, lugar que de alguna manera, vino a ocupar Cliff Steele tratando de subsanar su propia relación con su hija. El acercamiento de Robotman (y todas esas cosas que se dijeron durante “Therapy Patrol”) causó un desbarajuste en la psiquis de la chica, provocando el surgimiento de Karen y la desaparición de la propia Jane, personalidad principal cuya tarea es mantener el equilibrio.
La historia de esta semana nos vuelve a llevar un ratito hacia el pasado, al año 1957 en la ciudad de Arkansas, donde todo empezó para este rejunte de temperamentos que ayudaron a la pequeña Kay (Skye Roberts) a sobrevivir a los abusos de papá. En episodios anteriores habíamos tenido un pequeño vistazo de la complejidad del Subterráneo (Underground), la forma que toma la mente de Jane, y donde habitan sus 64 personalidades. Ahora, el director Harry Jierjian (quien ya pasó por “The Flash” y “Supergirl”) materializa este truculento escenario y los diferentes alter egos, que no siempre tienen el aspecto de Diane Guerrero. Acá abajo, Anna Lore es la insegura Penny Farthing, Stephanie Czajkowski es Hammerhead, Tara Lee es Lucy Fugue, Chelsea Alana Rivera la violenta Silver Tongue, y así sucesivamente.
Las chicas no ven con buenos ojos las recientes acciones de Karen y el desplante de Jane, que debe volver a ponerse al frente de todo y mantener el balance. Pero algo cambió y ahora ella necesita algunas respuestas para seguir adelante, un viaje introspectivo que la va a llevar hasta el Pozo (Well), el lugar más peligroso dentro de este laberinto de recuerdos. Después de convencer al Conductor 8 para que descomponga el vagón y le dé el tiempito necesario, Jane emprende esta travesía que podría ponerle fin a su existencia como ya ocurrió con otras personalidades principales.
Para el resto de la patrulla, y después de los sucesos de “Danny Patrol”, Kay parece haber quedado vacía y sin un alter ego al mando. La única solución para “traerla de vuelta” parece ser la de tratar de meterse en esa cabecita saturada, una loca idea al estilo del “Autobús Mágico” (The Magic School Bus) que sólo encuentra respuesta en este universo comiquero de la mano del ente radioactivo de Larry. La criatura decide intervenir y enviar a Cliff (o a su cerebro) al rescate.
Por un ratito, Steele recupera su “forma” más humana y emprende el camino entre personalidades hostiles y recuerdos no del todo gratos para encontrar a la verdadera Jane y persuadirla de que vuelva a casa. Para ello, la chica va a tener que enfrentar sus propios temores, todos abreviados en la figura de ese padre abusivo que la fracturó para siempre. En este escenario terrorífico, Jierjian y el guionista Marcus Dalzine encuentran un lugarcito para hablar de los abusos siempre desde el punto de vista de las víctimas, y nos dejan un gran momento al mostrar que Robotman no puede ser una amenaza para ella porque, básicamente, ya no es un hombre.
Claro que el tema es mucho más complejo, pero aplaudimos la “literalidad” de este instante y un capítulo totalmente dedicado a meterse con este personaje y un tema tan coyuntural. Así, “Doom Patrol” sigue llenando casillas a la hora del desarrollo de sus protagonistas, un paso necesario antes de convertirlos en el equipo “superheroico” que debe salvar el día y, en este caso, al desaparecido doctor Niles Caulder: una misión que parece haber quedado latente hasta que estos condenados puedan poner sus propios asuntos en orden.
Por ahí se encamina esta primera temporada, que decidió destacar a sus principales representantes por encima de la trama.