ANÁLISIS | Doom Patrol S01E07: Therapy Patrol (Spoilers)

“Doom Patrol Patrol” dejó varias heridas abiertas en las emociones de nuestros héroes tras cruzarse con la Patrulla Condenada original y unas cuantas verdades sobre Niles Caulder. Está más que claro que el Jefe ejerció (y ejerce) como guía y figura paterna de estos locos lindos desde que los rescató y los acogió bajo su ala, y su desaparición puso en evidencia lo mucho que lo andan necesitando para no caer en ese lugar oscuro tan atractivo que, digámoslo, generaron ellos mismos a partir de culpas, contradicciones, resentimientos y muchos miedos.

“Therapy Patrol” arranca con Cliff tratando de que el equipo (que no lo es tal, todavía) se conecte un poco más y exprese sus sentimientos, justamente, en una pseudo terapia de grupo. La única manera de poder superar los obstáculos de Mr. Nobody y rescatar a Caulder es poner en orden todas sus emociones para evitar que el villano juegue con ellas como lo viene haciendo casi desde el principio. Por ahí viene este gran episodio que se concentra en la génesis de cada personaje, esos pequeños traumas y heridas (físicas y psicológicas) que vienen arrastrando desde que eran muy pequeñitos, y que los definen ahora en la adultez. La idea es que dejen de hacerlo y, en muchos casos, puedan escapar de ese círculo vicioso que los viene persiguiendo a lo largo de toda su vida.      

La mañana debería arrancar con una reunión grupal para definir los planes a futuro y el rescate del Jefe que no parece figurar en ningún lugar que pueda rastrearse, pero todos tienen inconvenientes para afrontar un día más cargado de torturas. Rita creció para convertirse en una estrella, logró la fama y la admiración, y luego lo perdió todo. De ahí el vació que ahora se expande en su interior tratando de encontrar su verdadera identidad. Hay cosas de su pasado que Morden logró remover y todavía faltan por revelar, aunque aceptarse como es, es el verdadero obstáculo que le falta superar. A pesar de que el glamour no le permite sacar sus trapitos al sol, ella es la primera en apoyar la sesión terapéutica de Cliff, sobre todo, tras pasar la mañana escapando del incinerador de la casa, y recomponiendo su cuerpo baboso.

Rita sacando sus trapitos al sol

Tras años de culparse y torturarse a sí mismo (o mejor dicho, creer que el espíritu que comparte su cuerpo lo tortura), Larry empieza a entender sus verdaderas intenciones al llevarlo de visita al pasado, una y otra vez, especialmente al último momento que compartió con John, incapaz de disfrutar de su verdadera naturaleza. Eran otros tiempos y Trainor cargaba con demasiadas responsabilidades, miedos y vergüenza inculcadas desde chiquito por sus propios padres, que nuca aceptaron su estilo de vida. Al final, el ex piloto parece empezar a comprender a su huésped y dejar que guie este nuevo camino de redención, aunque todavía tiene mucho para expresar en voz alta cuando llega el momento de abrirse con sus compañeros. Para ellos, el hecho de que Larry sea gay no es ningún secreto, pero sí sus sentimientos y necesidades a la hora de conexión con otro ser humano.      

Ahora que papá Silas se apartó de su sistema operativo, Vic parece recobrar el control de su vida y, más que nada, su privacidad tan mancillada desde el accidente que lo convirtió en Cyborg. No vamos a justificar las acciones “sobreprotectoras” del señor Stone, pero un poquito le tenemos que dar la razón al ver a su hijo tratando de sociabilizar con otros seres humanos a través de una página de citas poco actualizada desde sus días de jugador estrella. A Victor lo golpea la cruel realidad: ya no es percibido como una persona normal, lo cual lo empuja a dudar de sus propia consciencia y sus recuerdos. Tampoco ayuda el hecho de sentirse culpable de  la muerte de su mamá durante el mismo accidente, con quien, obviamente, guardaba una gran relación y complicidad.  

A Jane ya la vimos bucear varias veces en su enjambre de personalidades, pero los hechos de “Doom Patrol Patrol” rompieron esa confianza y relación que tenía con Niles. De repente, otro “padre” la decepciona, provocando la ira de más de uno de sus alter egos. El choque final lo tiene con Cliff -su nueva figura paterna-, quien parece ser el único que le da importancia y tolera sus desmanes. Justamente, su idea de la sesión surge después de un ‘brote psicótico’ donde las alusiones lo llevan a enfrentarse con Bump Weathers (Alan Heckner), viejo amigo convertido en el padrastro de su hija Clara (Bethany Anne Lind).

Personalidades en desacuerdo

Entre ataques y destrozos, la culpa de sobreviviente se apodera de Robotman, la misma que lo incapacita para reconectarse con su pequeña, incluso tantos años después. La psicosis del momento, o la necesidad de expresar todos esos sentimientos que no traspasan el metal, lo empujan a escupir unas cuantas verdades que espantan a Jane y, no particularmente, ayudan a que el grupo se conecte de forma más orgánica. ¿Un capítulo en vano? Para nada, y a pesar de que no avanza en la trama principal a la hora de localizar al Jefe y enfrentar a Mr. Nobody, “Doom Patrol” vuelve a demostrar que en sus protagonistas reside su mayor fortaleza.

Claro que no sería la serie que es, si no cortara estos momentos súper emotivos y de tensión con una nueva vuelta de tuerca absurda. De ahí, la incorporación de Admirial Whiskers, una ratita que perdió a su madre por culpa de la Patrulla, y fue convencida por Morden para cobrar venganza. Así entendemos el extraño comportamiento de Steele, cuyo mecanismo se desbarajusta ante la presencia del animal dentro de su cuerpo. Todo tiene sentido, ¿no?

“Doom Patrol” nunca se desprende de lo que es: una serie bizarra de superhéroes poco convencionales, pero tampoco les da prioridad a la aventura o los villanos, sino que los pone de excusa para bucear en las psiques de estos seres quebrados e imperfectos que deben aprender a aceptarse y rescatarse a sí mismos, antes de salir a salvar al mundo.