ANÁLISIS | Doom Patrol S01E014: Penultimate Patrol (Spoilers)

Acá no hay sutilezas y el título bien lo anticipa: estamos ante el penúltimo episodio de esta primera temporada de “Doom Patrol”, y nuestros protagonistas ya están listos para enfrentar su reto más grande. Ya lo dijo Mr. Nobody al final de “Flex Patrol”: después de 13 capítulos, la patrulla condenada está preparada para entregarnos la serie superheroica que todos queremos ver. Claro que se equivoca, porque lo que venimos disfrutando hasta ahora es mucho más interesante que observar a este grupo de renegados cumpliendo diferentes misiones, semana tras semana.  

Ya habíamos tenido algunos indicios del pasado de Eric Morden en Paraguay (y el experimento que le dio sus poderes), pero antes del encontronazo entre los héroes y este villano, “Penultimate Patrol” nos lleva una vez más en retrospectiva al año 1946, cuando el muchacho es rechazado por su novia Millie (Victoria Blade) después de que este fuera desterrado de la Hermandad del Mal (Brotherhood of Evil), donde sus planes maquiavélicos no tuvieron éxito. Así se convierte en un “Don nadie”, el resentido que secuestró a Niles Caulder y propició la unión de este grupete. En parte, se lo agradecemos.  

Después de escapar de la Granja de Hormigas y devolverle la memoria a Flex Mentallo, el equipo pone manos a la obra para buscar al Beard Hunter/Ernest Franklin, único indicio que tienen para encontrar al Jefe. La búsqueda los lleva hasta Danny the Street, donde Franklin dejó de explorar para abrazar la libertad que le ofreció a cambio este lugar tan mágico. En cambio, y a riesgo de ser castigada por Morden, la calle les revela que su líder está prisionero en una dimensión llamada “White Space”, básicamente, el espacio en blanco entre las viñetas de los cómics.  

Ese sí que fue un momento intenso

Los extraños y flexibles poderes de Mentallo los pueden transportar hasta ahí, sin antes causar un revuelo orgásmico a lo largo y ancho del lugar cuando se confunde “movimiento”. Finalmente, Rita, Larry, Jane y Cliff pueden enfrentar a Mr. Nobody, pero este vuelve a jugar con sus cabecitas, ofreciéndoles la posibilidad de vivir una existencia muy diferente, esquivando ese fatídico día donde ocurrieron sus respectivas tragedias, a cambio de abandonar la búsqueda de Caulder. La oferta es más que tentadora y algunos llegan a sopesarla, pero el camino recorrido este último año les demuestra que ellos pudieron superar sus errores y que se merecen seguir adelante con el presente que construyeron, en gran parte, gracias al Jefe.

Mientras tanto, Victor sigue acumulando culpas tras lo ocurrido con su papá, al que no pretende abandonar hasta que mejore. Eso hasta que Silas le revela una nueva verdad, de cómo manipuló sus recuerdos del día de su accidente. ¿Por qué? Porque mamá Stone también sobrevivió a la explosión del laboratorio (de ahí las extrañas y embarulladas imágenes que se acumulan en su cabeza), y a papá le tocó decidir quién de los dos tenía más chances de permanecer con vida. Una guachada (la mentira en sí, no tanto la decisión de Silas) que vuelve a minar la confianza de Cyborg, quien decide partir para unirse a su verdadera “familia”.    

Perdidos en sus recuerdos del pasado, Larry, Cliff, Jane y Rita intentan tomar una decisión. Finalmente es Farr quien da el primer paso y empieza a hacerse cargo de su propia narrativa, liberando a sus compañeros del yugo de Mr. Nobody. El enfrentamiento dura poco tras rescatar al Jefe, ya que Vic decide caer a último momento, cortar por lo sano y acabar con el villano mediante un disparo de su cañón. 

Haz tu magia, Flex

Un año después, todo parece haber vuelto a la normalidad en la Mansión Caulder, donde el equipo se convierte en la nueva Doom Patrol dispuesta a salvar las papas cada vez que el mundo los necesite. Una nueva misión los lleva a enfrentarse con un peligrosísimo robot gigante que acaba con ellos en un santiamén… una y otra vez. Sí, la realidad es que nuestros héroes nunca logaron salir del White Space y Morden los atrapó en un eterno loop temporal donde no pueden escaparle a la muerte porque, como bien lo dice, él tiene el poder para tomar el control de todo, incluso de la programación del DC Universe (como no amarlo).  

Cansado de ver sufrir a sus criaturas, Caulder le exige que pare, pero la condición es revelarles su oscura y amarga verdad: él, el mismísimo Jefe, es el responsable de todas las tragedias que los convirtieron en lo que son. Corte a negro y a esperar el dramático final de temporada.

Tampoco nos vamos a hacer los giles y negar que no nos veíamos venir algo así en algún momento de la serie. Caulder no es ninguna carmelita descalza, y como miembro del Departamento de Rarezas, y luego el Departamento de la Normalidad, bien podría haber jugado a favor de sus propios intereses de “científico loco que le gusta jugar a ser dios”, como ya lo vimos más desatado en “Titans”. Habrá que ver cómo reaccionan sus discípulos ante estas revelaciones, la última treta de Morden para evitar ser atrapado.

Los pecados del padre

“Penultimate Patrol” vuelve a conjugar los mejores elementos de la creación comiquera de Jeremy Carver, mezclando bizarreadas, el humor más consciente y la humanidad de sus protagonistas, que decidieron aceptar al “monstruo” interior para seguir adelante y crecer como personas y personajes. Todavía faltan los últimos “retoques”, pero es obvio que estamos listos para abrazar a la nueva Patrulla Condenada.