Análisis | Disaster Report 4: Summer Memories no es ningún desastre

Los desastres naturales no son algo que se vean seguido en los videojuegos, o al menos no de la misma forma en la que el cine los trata. En nuestro medio de preferencia, hemos visto incontables juegos post-apocalípticos con justificaciones bastante amplias. Un brote de zombies, un meteorito que choca contra la tierra, invasión alienígena, o mismo algún tipo de desastre lo suficientemente poderoso como para cambiar la vida del planeta entero. Lo más simple, como eventos de pequeña escala, no se ha explorado tanto, pero para eso está Disaster Report 4: Summer Memories.

Esta serie japonesa tiene una premisa bastante simple: un desastre natural azota la región específica donde tiene lugar cada juego y nuestro protagonista simplemente tiene que sobrevivir colaborando con las demás personas afectadas. Disaster Report 4, en particular, tiene lugar en una versión ficticia de Tokio. Algunas calles o monumentos, como la estatua del perro Hachiko, tienen paralelos bastante similares, pero por lo demás, el juego opta por recrear una ciudad clara pero genéricamente japonesa, que cualquiera podría visitar en algún viaje al país del sol naciente.

Es importante antes de analizar Disaster Report 4 entender el contexto del juego. Si bien esta entrega salió en Japón en el 2018 y está llegando recién ahora en Occidente, esto no era originalmente el plan. Disaster Report 4, en realidad, iba a lanzarse originalmente en Playstation 3 en el año 2011. El motivo detrás del enorme retraso fue que ese mismo año el terremoto de Tohoku arrasó Japón, en uno de los desastres naturales más grandes de la historia del país, y lanzar un juego que utilizaba una tragedia similar a modo de entretenimiento se veía como algo insensible. Después de años de los fans pidiendo que vuelva la serie, y malabares entre estudios y la propiedad intelectual, el juego finalmente vio la luz en Playstation 4.

Al comenzar Disaster Report 4 están claras las similitudes con esos desastres naturales reales que impidieron su salida en aquel entonces. Nuestro personaje, cuyo género e historia personal queda a nuestra elección, se encuentra en viaje proveniente de una ciudad alejada de este Tokio ficticio, cuando de repente un terremoto vuelca el colectivo en el que viajamos. Una vez en pie, el juego no nos da mucho tiempo de familiarizarnos con los controles ya que casi inmediatamente comienzan las réplicas del terremoto. Edificios literalmente se derrumban delante de nuestros ojos, postes de luz caen a nuestros pies, la gente grita y se tira al piso para resguardarse, a tal punto que tenemos un botón dedicado exclusivamente para hacer lo mismo nosotros al sentir una de estas réplicas. Es en esta situación en la que nuestro personaje tiene que encontrar una manera de escapar de la ciudad, y para ello tendrá que trabajar en conjunto con varias de las víctimas de este desastre.

Tanto la ciudad como la gente termina devastada en esta tragedia.

En sí, la historia no es demasiado profunda ni tampoco es algo que no se haya visto nunca. De hecho, Disaster Report 4 constantemente da la sensación de que estamos jugando una películas de desastres naturales, presentando situaciones propias de ese género. Esto, sin embargo, le juega a favor, ya que es un tipo de historia que consigue diferenciarse bien de los tantos otros juegos post-apocalípticos. Mientras que en otras historias la sensación que se busca transmitir es que la humanidad entera pende de un hilo, en este juego simplemente es una tragedia natural de la que se va a salir adelante: esto es un terremoto en Japón y no un desastre a nivel mundial.

Esta sensación de realismo que envuelve al juego le permite explorar varias historias que involucran una gran variedad de personajes que claramente buscan invocar ciertos tropos, pero que en Disaster Report 4 se sienten como personas reales: aquel que utiliza la tragedia para vender bienes básicos a precios exagerados, un dueño de un restaurant que se inundó al destrozarse el sistema de cañería, una pareja que entre todo el caos se separa y no puede volver a encontrarse, o incluso alguien que aprovecha la situación para robar negocios. Sin embargo, que todos estos personajes reflejen historias que pueden darse en una tragedia de este tipo no significa que el juego no tenga momentos divertidos, ya que el juego sabe manejar muy bien el balance entre momentos ligeros y momentos serios.

Algunos personajes son memorables por razones obvias.

A la hora de jugarlo, Disaster Report 4 es muy simple. Nuestro personaje se ve afectado por varios sistemas típicos de videojuegos que involucran la supervivencia: sed, hambre, ganas de ir al baño, estrés, y hasta un sistema de moralidad. Todos estos aspectos, sin embargo, son increíblemente fáciles de manejar. Toda pantalla del juego tiene algún baño para usar, y la primer tienda que encontremos tiene suficiente bebida y alimento para que nos dure el juego entero. El sistema de moralidad no tiene peso alguno en nuestro personaje, a pesar de que algunas acciones y decisiones nos recompensan con puntos Morales o Inmorales. Simplemente sirven para establecer el tono de las escenas.

Y es que tono es la palabra clave detrás del éxito de Disaster Report 4. Ya que la jugabilidad en sí es incluso más simple que aventuras como las de Telltale, el juego decide por hacer un uso increíblemente experto de tono. La gran mayoría de las conversaciones nos ofrecen varias opciones para responder. Y realmente son varias: en promedio, podemos llegar a tener entre 6 y 7 respuestas diferentes, algunas conversaciones llegando incluso a 11 o 12. ¿Afectan estas opciones a la historia o la estructura del juego? No. ¿Sirven para moldear las escenas a nuestro gusto y darnos la sensación de que realmente estamos en control de lo que nuestro personaje dice? Por supuesto. Por más que no tengan demasiada influencia, todas estas opciones hacen que nuestro personaje se sienta nuestro de manera en la que pocos juegos de este estilo logran.

Todas las opciones llevan a lo mismo, pero lo que cambia es el tono de la escena.

Lo cierto es que el tono encantador realmente se carga a sus hombros al resto del juego, porque ese legado como trabajo de la generación pasada definitivamente se hace notar. El juego tiene problemas de framerate hasta en Playstation 4 Pro, los modelos de los personajes no tienen demasiado detalle, muchas texturas vistas de cerca dejan mucho que desear, los controles se sienten toscos, y el juego hasta tiene momentos en los que no es muy claro nuestro siguiente objetivo. En muchos sentidos, realmente se siente como jugar un juego de los primeros años de Playstation 3.

Así y todo, Disaster Report 4: Summer Memories es un juego fascinante y encantador. Por más que en materia técnica parezca un juego de la generación pasada, no deja de ser una aventura bastante única. Combinando una situación que no suele verse en videojuegos con un elenco de personajes con historias memorables, este juego realmente ofrece una experiencia que, una vez que te engancha, es muy difícil de soltar. La espera habrá sido demasiada larga, pero Disaster Report 4 vale la pena completamente.

DISASTER REPORT 4: SUMMER MEMORIES

07/04/2020 (PS4, SWITCH, PC)
8.0

Jugué Disaster Report 4 en Playstation 4 Pro alrededor de unas 13 horas. Las primeras 12 me tomó la historia, la otra hora fue explorar partidas guardadas anteriores para ver la diferencia entre decisiones. Como ya comenté, el juego tiene varios problemas técnicos. Nada injugable, pero sí notable. El juego también tiene un modo para Playstation VR pero no pude probarlo.