Es un nuevo despertar para Destiny. La liberación de Bungie de la siempre omnipresente y peligrosa presencia de un publicador bastante ambicioso como Activision representa la posibilidad para poder ejecutar ese juego de 10 años que alguna vez nos prometieron. Después de lo que fue el genial Forsaken (con una gran campaña y muy buen contenido endgame) llegó lo que se dio a conocer como el “Pase Anual” de Destiny. Esto es un plan para brindar contenido de manera periódica a Destiny a través de temporadas. Hemos ya tenido dos de tres, primero con la Black Armory en “Season of The Forge” y ahora con Jokers Wild en “Season Of The Drifter”. Atrás quedaron las grandes (y a veces no tanto) expansiones de Destiny que traían campañas, cinemáticas, historias propias, strikes nuevas y cada tanto una raid. En cambio ahora se apuesta por darle a los usuarios misiones y desafíos semanales para mantener viva la escena. El resultado es un juego en constante movimiento y evolución que se muestra lo suficientemente flexible e impredecible para ajustar algunas falencias a tiempo.
La primera parte de este pase anual, Black Armory, combinó buenas con malas. La repetición de la mecánica de las Forjas no fue muy bien recibida por la comunidad y de hecho la dificultad de uno de estos puzzles fue tan elevada que terminó de quebrar el espíritu de hasta los más ávidos jugadores de Destiny. Pero el potencial estaba evidenciado en nuevas zonas que se abrieron en la Torre, en personajes nuevos y en misiones con capacidad para expandirse. Season Of The Drifter, por su parte, se apoya principalmente en la figura del Drifter (un Guardián que se mueve un poco por fuera de la ley y que es extremadamente carismático) para brindarnos una batería de nuevos modos e incluso toma de decisiones.
La principal novedad tiene que ver con los cambios a Gambit, el modo PvE/PvP que se estrenó en Forsaken y que es de lo mejor que ha hecho Destiny en cuanto a lo competitivo. Ahora tenemos Gambit Prime, que vendría a ser una partida de este modo pero con algunas variaciones que la hacen todavía más electrizante. Primero que todo, es una sóla ronda; ya no es al mejor de tres. Luego los “bloqueadores” que le mandamos al equipo contrario, pueden robarnos los motes que depositemos en nuestro banco. Además los enemigos son aún más devastadores y cuando convoquemos al Primeval (el jefe final que tendremos que matar antes que el otro equipo haga lo propio con el suyo) ahí los momentos finales toman un dinamismo y una adrenalina excelentes.
Esto se debe a algunas modificaciones al sistema de invasiones y de cómo hacerle daño a este gran enemigo. Ahora vamos a poder invadir a nuestro rivales con más frecuencia y cada jugador que eliminemos, va a curar al Primeval. La mayor frecuencia de las invasiones, hace que la recta final de la partida se estire generando bastante incertidumbre. Pero por otro lado, sólo vamos a poder hacerle daño al jefe cuando hayamos matado a un cierto grupo de enemigos; esto nos dará un círculo en el mapa donde tendremos que pararnos y ahí recibir una especie de “buff” para recién ahí poder bajarle la vida. Entonces como equipo deberemos ser lo suficientemente astutos para guardarnos especiales o munición pesada para ese momento específico y lograr matarlo cuanto antes. Gambit Prime es todo lo bueno que tenía el modo original pero en esteroides, con partidas que pueden cambiar su destino en pocos segundos y con un grado de dificultad elevado. Además hay todo un meta alrededor en cuanto a recompensas y piezas de armadura que tienen que ver con nuestro desempeño o especialización en Gambit Prime, que conectan con otro de los nuevos modos que trae Season Of The Drifter.
Este nuevo desafío en Destiny se llama “Reckoning” y consiste en visitar una zona totalmente nueva que propone un modo PvE de 4 jugadores. Allí lo que tendremos que hacer es depositar unos sintetizadores que conseguimos en Gambit Prime y así activaremos un modo horda de distintos rangos. La primer categoría es bastante simple y consiste en aguantar hasta tener un jefe final; la segunda ya es más compleja y tiene mecánicas similares a las de una raid incluso; la tercera es prácticamente igual a la segunda pero mucho más difícil y sólo la podrán terminar aquellos jugadores con un nivel elevadísimo de poder (alrededor de 690). Reckoning requiere en sus categorías superiores un nivel de coordinación y de composición de equipo (habilidades, clases, sub clases, etc) que es difícil de lograr con desconocidos. Si bien tiene matchmaking, no es lo recomendable y será muy difícil superarla si no hay un cierto grado de comunicación. Las recompensas son notables y combinar este modo con Gambit Prime es la mejor forma de conseguir la armadura específica de esta temporada (que, por supuesto, es extremadamente fachera).
Pero lo más sorprendente de Season Of The Drifter vino en forma de una mecánica que no pensábamos que alguna vez íbamos a experimentar en Destiny. Luego de cuatro años y medio junto a este juego, no habíamos tenido que pasar por una toma de decisión que afecte a nuestro personaje, su destino, su recompensa y sus misiones. Todo cambia en Joker’s Wild, donde nos veremos obligados a tomar partido por el Drifter o mantenernos leales a la Vanguardia. Según se nos explica, hay quests, ítems y lore al que tendremos acceso o no de acuerdo a lo que elijamos y que esta decisión tendrá repercusiones en el futuro contenido que veamos en Destiny. Esta es la primer muestra de hacia dónde quiere llevar Bungie su juego como servicio; si finalmente logran una experiencia que involucre de manera más explícita al jugador en aquello que va sucediendo en la historia, si generan intriga en la dinámica de sus personajes y un mundo que nos haga creer que lo que hacemos realmente tiene importancia, podríamos estar viviendo uno de los momentos más vibrantes de Destiny en toda su historia. Quizás esta termine siendo la base para lo que sea Destiny 3, si es que alguna vez llega ya que tranquilamente podrían seguir expandiendo esta plataforma que le está dando bastante satisfacciones a su comunidad más fiel.
Por supuesto que decidí aliarme con el Drifter, simplemente porque esta es su temporada y a simple vista es lo que se supone que debía hacer. Pero traicionar a la Vanguardia no fue sencillo, incluso si parecen demasiados amigos de la autoridad. Esta decisión ya tuvo ramificaciones interesantes, como el acceso a un mercado negro manejado por La Araña (el cual me avisó que, quizás, no había hecho la elección correcta). Además hay una idea latente dando vuelta de que la Vanguardia y el Traveler no son tan buenos como parece y cuando el Drifter me extendió la mano y me popuso independizarme (muy similar a lo que le sucedió a Bungie con Activision) la propuesta resultó demasiado tentadora. Es lindo ser un poco rebelde cada tanto, sobre todo en un universo y en un juego que no lo permitió con mucha frecuencia.
Season Of The Drifter trajo también nuevos niveles de poder, nuevo equipamiento al cual aspirar y ha perfeccionado del todo el sistema de “bounties” y misiones diarias y semanales que tenemos para hacer. Ser aplicado y cumplir esos objetivos, nos darán buenas recompensas y siempre vamos a sentir un progreso constante. Incluso le dio a la persona que juega de manera casual, la posibilidad de cumplir algunos desafíos y ya tener armaduras y armas que la coloquen en nivel 650 de poder (el recomendado para experimentar todo lo que Season Of The Drifter tiene para ofrecer). Lo inteligente de este sistema de desafíos es que nos van dando misiones, incluso con algunas porciones de lore e historia, que nos hacen saltar de modo en modo, explorando todo lo que esta nueva temporada tiene para ofrecer y sin forzarnos a quedarnos en aquello con lo que nos sentimos más familiar. Nos darán versiones muy difíciles de Aventuras que ya hayamos completado hace tiempo, nos proponen matar cierto tipo de enemigos en strikes, jugar al Crucible, meter partidas de Gambit, etc. Season Of The Drifter nos va dando una batea de nuevo contenido todas las semanas y bastante variado. Es una buena manera de mantener entretenida a la comunidad y cada tanto hasta te da sorpresas como Xur invitándote a hacer bounties semanales a cambio de un ítem exótico.
Es un momento de mucha expectativa y de infinitas posibilidades para la comunidad de Destiny. El problema principal es que si no venís tan conectado con este mundo, pueda costarte un poco estar a tono incluso cuando han creado una forma para darte equipamiento del nivel apropiado para disfrutar todo el contenido. Al mismo tiempo, si compraras por primera vez Destiny 2 con absolutamente todas sus expansiones y el pase anual, tendrías una cantidad ridícula de misiones e historia por disfrutar. En estos momentos el juego de Bungie tiene contenido para tirar al techo y la mayoría ha dado buenos resultados (excepto por Curse Of Osiris o algunas cosas de Black Armory). Quizás seas de aquellas personas que extraña la típica estructura de expansiones con sus cinemáticas propias y que te hacían volver al juego después de algunas meses, pero de esta manera constantemente vamos a tener pequeñas y recompensantes excusas para volver a un juego que nunca podemos abandonar del todo. Destiny es mi casa, es el juego al que vuelvo cada tanto (y ahora con más frecuencia) para sentirme a gusto, para estar cómodo y saber que pase lo que pase, lo voy a disfrutar. Ya hace casi cinco años que vengo comprometido con mis personajes, con este universo y con esta comunidad y que esté en un momento bastante saludable, llena a todos los Guardianes de confianza y esperanza.