Desde el primer momento, con su informativo corte introductorio, Deliver Us The Moon, da la idea de ser un juego simple. La premisa es así: En el año 2032 los humanos colonizamos la Luna, en la búsqueda de extender la vida útil del planeta por una crisis de recursos. Con esa función crearon la WSA (World Space Agency) que encontró la solución al problema en el isótopo, Helium 3, curiosamente en abundancia en la Luna. Todo iba bien hasta 2054, cuando de un momento para el otro, se apagó todo.
Deliver Us The Moon es, en esencia, lo que vulgarmente se conoce como un Walking Simulator. Nuestro rol es el de el pobre diablo que la Tierra envía a la Luna para descubrir qué pasó allá arriba, y si es posible, volver a activar el switch de la ló’. Estos juegos se caracterizan por tener mecánicas básicas, pero Deliver Us The Moon buscar ir un poco más allá, agregando sazón a sus mecánicas. Aunque la cosa termina en actividades que parecen intrascendentes o se van al otro extremo, aparentando ser absolutamente monumentales, que casi no tienen sentido dentro de la narrativa. Pero entre esos trompicones, hay un gran tratamiento de la narrativa, que obviando algunas cuestiones mecánicas, que se disfruta de gran manera.
Es tal vez ahí donde comete su única gran crítica. Mientras que el paso de la narrativa está muy cuidado, contando toda su historia mediante la inmersión de su exploración y el descubrimiento grabaciones, si alguna vez baja el pie del acelerador se debe puramente a las mecánicas. El juego exige múltiples repeticiones de escenarios que son casi imposibles de lograr en los primeros intentos. Lo mismo tal vez con algunos puzzles, que aunque bien integrados, algunos se sienten directamente innecesario o fuera de lugar.
Y esto es lo único malo. De verdad. Aquel párrafo es lo que Deliver Us The Moon tiene de negativo. Después, es posible que el género no sea del agrado de todos, pero el juego hace grandes esfuerzos por codearse con otros. Aunque este parezca condenado a ser un simulador de caminata, el juego no se duerme en los laureles, porque además de explorar caminando, lo hacemos flotando por el espacio y hasta a bordo de un ágil vehículo sobre la superficie lunar. Lo cual agrega un poco de variedad, pero no hay vuelta que darle, el juego es exploración y una historia muy bien tratada.
Las interacciones con otros personajes se mantienen al mínimo, hasta la Tierra parece abandonada, cuando en las primera hora tenemos que hacer activar el cohete y además correr hasta él, antes de que se vaya sin nosotros. Puede ser divertido la primera vez, pero las constantes repeticiones pueden agotar el encanto, y esto ocurre más de una vez. Aún así, es la historia lo que mantiene la “acción” avanzando, y hay mucha, con excelentes detalles y momentos emocionales hasta el final. Sí, leyeron bien, hasta el final. No es algo de todos los días que los juegos con buena historia sean gratificantes hasta el punto final.

Nuestro —literal— cable a Tierra es Claire Johanson, diseñadora del Taurus V, el transbordador que nos llevó hasta allá. Y a medida que exploramos la superficie lunar, y todas las estaciones de trabajo e investigación construidas allá arriba, vamos de a poco armando pieza a pieza el rompecabezas de la historia, con cada uno de los personajes en el lugar que ocupa. Pero como dijimos, la trama no viene sin sus sorpresas, que lograr llevar a cabo de manera soberbia, y al final del día, hacen del juego lo que es.
El esquema de controles como buen Walking Simulator es bastante simple. Se usan las teclas para moverse y el mouse para mover la cámara. Y después, las acciones son todas con un botón o dos, porque se basan principalmente en empujar cosas, mover switches y girar perillas. También tenemos un laser para cortar metales y resolver puzzles. Parece soso explicado así, pero entre la historia y los gráficos, cada una de estas tareas es lo suficiente divertida para no pensar que estamos siguiendo las instrucciones que aparecen en pantalla, y en realidad estamos en una desesperada misión para salvar a la Tierra de su inminente fin.

Para todo aquello que no podemos lograr solos —porque realmente estamos abandonados a nuestra suerte en este mundo, a excepción de Claire— tenemos nuestro inseparable amigo, ASE. Un robotito volador, tipo pelota, que puede ayudarnos a desbloquear puertas hasta pasar por lugares demasiado altos o muy pequeños, y hasta puede ayudarnos a abrir puertas cerradas.
Y cuando no estemos explorando o conociendo la historia detrás de los eventos que culminaron en esta situación, vamos a estar resolviendo algunos de los puzzles que aunque no parezcan muy complejos, estan muy bien integrados. No porque sean difíciles o innovadores, sino porque están van bien con el mundo y la historia. Al punto que ni siquiera parecen puzzles. Esto habla del nivel de diseño en general que muestra el juego, un tacto soberbio para los aspectos principales, desde la exploración, a la historia y los puzzles.

Ayuda muchísimo que se ve verdaderamente hermoso. La fidelidad gráfica es fascinante, y logra escenas inspiradas que ayudan a convenir la narrativa. Las animaciones también son excelentes y le dan el aspecto de un producto pulido. Es importante recordar que el juego comenzó como un Kickstarter por la compañía indie holandesa, KokeN Interactive. Su lanzamiento original fue hace un año, casi hasta la fecha, pero los mismos desarrolladores no quedaron satisfechos con el producto final, y se tomaron un año más para darle los retoques finales.
Como primer proyecto de un estudio independiente, Deliver Us The Moon es un éxito. En un medio donde las buenas premisas abundan, pero no así la ejecución de dichas historias, el juego nos lleva de la mano a través de una trama que tiene un poco de todo, e ir descubriéndola es un verdadero placer. Aunque no sea muy extenso, y tenga momentos un poco frustrantes, Deliver Us The Moon cumple con creces su promesa.

Por el tiempo que duró, disfruté mucho de Deliver Us The Moon. Tiene una historia muy fuerte, que logra tirar de los hilos emocionales con fuerza, como muy pocos juegos hoy por hoy lo logran. Incluso, si pueden aguantar algunos de los puzzles más frustrantes, el juego se puede terminar en una sola sentada, y aunque parezca poco, es la manera óptima de experimentar este juego. Como si fuera una extensa, pero emocionante película.